lunes, 14 de octubre de 2013

La caída de un bronce Montonero



Alberto Miguel Camps, uno de los tres sobrevivientes de la "Masacre de Trelew", era un verdadero “bronce” dentro de Montoneros. Cayó en combate el 16 de agosto de 1977 en Lomas de Zamora, en el Sur del Conurbano Bonaerense.

Alberto Miguel Camps era un verdadero “bronce” dentro de Montoneros. No sólo porque era uno de los tres sobrevivientes de la “Masacre de Trelew” del 22 de agosto de 1972, sino además porque era uno de los fundadores de las FAR. Sus primeros pasos en la militancia los había dado junto al legendario Carlos Olmedo, a quien conoció cuando cursaba la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires.
En 1969 se contactó con las proto FAR. Participó del atentado a los supermercados Minimax (el 26 de junio de 1969), en el marco de la visita de Rockefeler al país, y de todos los debates que llevaron a ese pequeño núcleo guevarista entrenado en Cuba para ser grupo de apoyo de Ernesto Guevara en Argentina, a pasar a asumir la identidad peronista y transformarse en una organización guerrillera urbana. Así, para cuando las FAR hace su aparición pública (el 30 de junio de 1970), con el copamiento de la ciudad bonaerense de Garín, Alberto Miguel Camps ya era Gervasio.
En 1972, como parte de los militantes de las organizaciones armadas detenidos en el Penal de Rawson, participa del intento de fuga. Pero no logra, como el primer contingente (integrado, entre otros, por Hugo Vaca Narvaja y Mario Roberto Santucho), tomar el avión que los llevará primero a Chile y luego a Cuba, sino que él se queda en la Base Almirante Zar, junto con el resto de los 18 presos políticos que serán fusilados por orden del Capitán de Corbeta Luis Emilio Sosa. Aunque tal vez milagrosamente, tanto él como María Antonia Berger y Ricardo Haidar logran sobrevivir a la matanza.
En su cautiverio conoció a María Rosa Pargas, con quien luego se casó. Recobró la libertad el 25 de mayo de 1973. Nuevamente detenido en abril de 1974, será puesto en libertad en 1975, a condición de que abandonara el país. Un mes antes del Golpe, Gervasio retornó a la Argentina. Desde entonces se mantuvo firme en su militancia montonera, siendo parte de la resistencia a la dictadura.
El 16 de agosto de 1977, luego de un intenso trabajo de inteligencia realizado por el Ejército, Gervasio fue abatido en su casa, situada en una barriada del Sur del Conurbano Bonaerense.
Según informó a la prensa el Comando Zona I ya en aquellos días, las fuerzas represivas llegaron a la vivienda que Camps habitaba en el distrito de Lomas de Zamora tras un meticuloso trabajo de inteligencia. El Ejército no sabía que Gervasio pasaba sus noches en su hogar ubicado en la calle Fray Luis Beltrán N° 451, entre Sixto Fernández y Garona. Pero sabían más o menos en qué zona se encontraba. Y contaban con un dato fundamental, obtenido por la delación bajo tortura de una militante: cerca de allí, podían comprarse unas exquisitas facturas, para nada comparables con las de panaderías de otras zonas. Así, con la detenida subida a un helicóptero, hicieron una primera aproximación al lugar. Y con inusitada paciencia, la “patota” que buscaba a Camps empezó a recorrer la zona, manzana por manzana. Hasta que dieron con una panadería, ubicada en la calle Colombres, que según decían los vecinos hacía “las mejores facturas del barrio”. La militante detenida las probó y confirmó el dato. Había comenzado la cuenta regresiva.
Cuando las fuerzas represivas llegaron al lugar, Gervasio llegó a esconder en el baño a su hija Raquel. Su mujer, María Rosa, había ido junto a Mariano, su hijo mayor (de 3 años), hasta la otra cuadra, para realizar unas compras. Mariano andaba en su pequeña bicicleta. Esa fue la última imagen que Rosa tuvo en su cabeza antes de ser secuestrada. Permaneció un tiempo detenida ilegalmente en el Centro Clandestino de Detención conocido como “El Vesubio”, donde fue brutalmente torturada. Aún permanece desaparecida. Los niños fueron restituidos a su familia al poco tiempo.
Tras un intenso tiroteo, Alberto Miguel Camps llegó mal herido al hospital Gandulfo. Dio la estricta orden de no ser atendido. Murió desangrado. Su cuerpo, junto con otros, fue enterrado por las fuerzas represivas en una fosa común, en el Cementerio de Lomas de Zamora. En el año 2000 fue identificado por el Equipo de Antropología Forense.
Jorge Lewinger, quien convivió unos meses con Alberto y Rosa en la casa de Lomas de Zamora, lo recuerda así:
“Alberto y yo solíamos poner la silla en la puerta, como era costumbre en el barrio. Cierto día, un vecino se acercó para charlar y nos confesó su deseo: que hubiera más Montoneros. Corría el año 77 y con Alberto nos quedamos mudos. En julio tuve que viajar a México, para participar en una reunión. Como vivía con ellos tenía que mantener un control telefónico diario. Una agrupación de discapacitados, gente maravillosa, atendía esos llamados. Nosotros pensábamos que no sabían nada. Sin embargo, todo lo conocían, razón por la cual muchos de ellos fueron secuestrados. Ellos recibían nuestros mensajes en código. Por ejemplo: que estaba enfermo y no podía ir significaba que había caído. El día que tomé el micro que me dejó en Río de Janeiro, me olvidé de llamar a Alberto. Me volví loco de angustia cuando me di cuenta que iba a levantar su casa. Al llegar a Brasil me encontré con un compañero del Sindicato Municipal de Avellaneda, se llamaba Trobato, y regresaba al país. Así que le pedí que llamara por teléfono a Alberto para avisarle que todo estaba bien. Alberto regresó a su casa una semana después, pero ya había sido localizado por otro lado”.
Las facturas, como tantas citas por aquellos días, también estaban “envenenadas”.

Mariano Pacheco

*Relato que forma parte de Montoneros silvestres, historias de resistencia a la dictadura en el sur del conurbano, libro en preparación que Marcha viene adelantando en breves entregas, el segundo martes de cada mes. El autor nació en Quilmes en 1980. Actualmente vive en la comuna de Dique Chico, provincia de Córdoba. Es escritor y periodista. Trabaja en el diario El Argentino edición Córdoba. Su blog es http://profanaspalabras.blogspot.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario