sábado, 12 de octubre de 2013
José Fernando Penelón, Un Luchador Olvidado de los años 30
El líder de "Concentración Obrera" impulsó actitudes independientes en momentos que la izquierda argentina estaba totalmente enajenada a la aplicación mecánica de los esquemas frentepopulistas de la posguerra europea.
Escribe Emilio J. Corbiére
"En nombre del pueblo de Buenos Aires, declaro que estoy dispuesto como representante de la "Concentración Obrera" a defender los fueros del Concejo, a impedir el monopolio tranviario, a intentar que el pueblo boicotée el convenio, como se ha hecho en Colombia, a fin de evitar que se consume este monopolio privado de capitales ingleses, que ha de dar lugar a que la Ciudad de Buenos Aires tenga sobre sus espaldas, por 60 años, un peso muerto de esa importancia. Estoy dispuesto por mi parte a contribuir como concejal; y si la vida del Concejo, como se ha dicho en algún momento, puede depender de la posición que se adopte, en buena hora. El pueblo en algún momento sabrá traernos de nuevo si sabemos cumplir con nuestro deber."
JOSE F. PENELON (1934)
No sólo fueron "doctores" quienes a lo largo de la historia nacional, dieron testimonio de su vocación patriótica. Muchos hombres de origen obrero, autodidactas, protagonizaron en distintas épocas tareas dirigidas a la defensa del patrimonio económico, cultural y social nacional. La lista es inmensa, aunque ciertas academias ignoren en sus largos libros o publicaciones que la Argentina contemporánea también se construyó sobre la base de un importante movimiento obrero y sindical. Algunas de esas figuras fueron: José F. Penelón, Jacinto Oddone, Sebastián Marotta, Libertario Ferrari, Amadeo Olmos y Luis Danussi.
Uno de ellos – José Fernando Penelón-, un trabajador gráfico, para más detalle linotipista, sintetiza, por su conducta moral y por la acción desplegada durante su vida, la lucha de los trabajadores argentinos por sus derechos y reivindicaciones.
No figura en las historias oficiales. Tampoco paradójicamente, quienes podrían recordarlo –socialistas, comunistas o anarquistas- lo incluyen en sus libros. Y sin embargo, Penelón ocupa un lugar muy decisivo en la historia política obrera de este siglo. De lo cual se desprende que el dogmatismo y el sectarismo parecen no tener fronteras ni ideologías determinadas.
Un sobrecogedor manto de silencio cubre su memoria. Cualquiera sea la interpretación que con respecto a su vida y obra política pueda formularse. Penelón fue una figura relevante en el socialismo argentino y latinoamericano. En realidad el desconocimiento que sobre él existe sólo puede ser entendido con suspicacia. Los dirigentes del viejo Partido Socialista nunca perdonaron su heterodoxia en 1917. Los comunistas (que tenían la obligación de recordarlo, aún críticamente, pasada la lucha fraccional de 1927, en la que Penelón se separó del Partido, con un importante núcleo de militantes), también contribuyeron a su olvido y a silenciar su vida.
Penelón fue fundador y director durante varios períodos de "La Internacional " y "La Correspondencia Sudamericana". Escritor, periodista y dirigente sindical, participó de la huelga gráfica de 1919 y formó parte del Comité Federal de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Se desempeñó como dirigente de ña ISR y fue miembro del Comité Ampliado de la III Internacional. Contribuyó en 1918 a la fundación del Partido Socialista Internacional, que a fines de 1920 tomó el nombre de Partido Comunista (Sección Argentina de la I.C.). Penelón, junto al chileno Luis Emilio Recabarren -del que fuera entrañable amigo personal-, el peruano José Carlos Mariátegui y el cubano Julio Antonio Mella, figura entre los iniciadores del comunismo en América latina.
En abril de 1917, durante el Congreso Socialista realizado en el salón "Verdi" de la Boca , defendió, sin saberlo, idénticas tesis que los bolcheviques sostenían sobre la guerra mundial, definiéndola como una contienda interimperialista. En ese concepto socialista, Penelón, un joven veinteañero, derrotó nada menos que al jefe del Partido Socialista, al doctor Juan B. Justo, y a la plana mayor del socialismo argentino. A partir de 1927 se separó del Partido Comunista, en discrepancia con el sector de Vittorio Codovilla-Rodolfo Ghioldi, y por divergencias con el curso del comunismo soviético, en donde se iba componiendo la línea que impulsaba José Stalin. En realidad, el penelonismo que tampoco fue trotzkista, sino todo lo contrario, fue una manifestación del llamado "comunismo occidental" que inspiraron Nicolás Bujarin y otros soviéticos asesinados en los trágicos procesos de Moscú, en 1936, por orden de Stalin. Un comunismo que hoy reverdece, de alguna manera, con el llamado "eurocomunismo" italiano, francés y español.
LOS AÑOS TREINTA
Pero resulta de interés, conocer las posiciones de la corriente penelonista, desde los años treinta, en nuestro país. Al separarse del P.C. –que pasa a subordinarse a la línea stalinista- crea primero el Partido Comunista de la Región Argentina. Un año después, la palabra "región" es suplantada por la de "república" y después de 1931, el sector toma el nombre de "Concentración Obrera", como se lo conocerá hasta su disolución, a principios de la década pasada. El nombre fue tomado de su similar europeo: Concentración Antifascista.
El historiador, o el curioso, que relea las amarillentas páginas del periódico penelonista "Adelante", entre 1927 y mediados de 1930, podrá encontrar interesantes interpretaciones sobre el yrigoyenismo, ya que los penelonistas se opusieron a la calificación de "fascista" respecto del gobierno de don Hipólito Yrigoyen, que los comunistas argentinos (Codovilla, etc.) prodigaron al caudillo radical en un desborde verbalista y sectario.
Así, los comunistas señalaron que "el yrigoyenismo tiene todas las características del nacional-fascismo"( La Correspondencia Sudamericana ", 30 de abril de 1929), en tanto que el Secretariado Sudamericano de la I.C. meses después decía: "El gobierno de Yrigoyen es el gobierno de la reacción capitalista, fascistizante, contra el proletariado, el cual aplica cada vez más los métodos terroristas"(Esbozo de Historia del Partido Comunista de la Argentina " ed. Anteo, Bs. As. , 1947,p.70 nota 112). Los fascistas vendrían después, con el pronunciamiento del 6 de setiembre de 1930, pero ya sería tarde. Comunistas y anarquistas serían las víctimas propiciatorias del nuevo régimen.
CONTRA LA CADE
Una de las luchas más consecuentes que realizó Penelón como concejal y político porteño, en los años treinta, fue la realizada contra la privatización del transporte urbano, y contra los consorcios internacionales de electricidad. (CADE). También se puede recordar su acción por la municipalización del gas. Algunos autores han ridiculizado el aspecto municipalista de la acción de Penelón. Todo lo contrario; alguna vez habrá que releer muchos de los debates del Concejo Deliberante, en aquellos años, para saber quiénes fueron auténticos defensores de la comunidad, frente a otros que defeccionaron. Y su acción no sólo se limitó al Concejo Deliberante, Penelón y sus correligionarios, casi todos obreros o empleados modestos, realizaron una intensa campaña pública en torno de estas cuestiones.
Declaraciones, murales, folletos, pequeños libros, utilizaron todos los medios de comunicación a su alcance para defender los intereses públicos. Como aquellos "Cuadernos de FORJA", los folletos de "Concentración Obrera" denunciaron y desnudaron los turbios intereses imperialistas y monopolistas que compraban conciencias y partidos, para obtener concesiones leoninas o preferencias impositivas. Las nuevas generaciones de argentinos no pueden ni deben olvidar esos nombres.
CONTRA LA "UNION DEMOCRATICA"
Un dato para finalizar: "Concentración Obrera" se opuso a Perón en 1945. Penelón enfrentó al régimen peronista, pero fue una de las pocas voces desde la izquierda que condenó a la "Unión Democrática". Mientras socialistas y comunistas plantearon la "Unión Democrática" como "unidad nacional", los penelonistas consideraron que "esta unidad nacional que se propicia no quiere significar un frente democrático. Es la unión nacional lisa y llana con el conservadorismo que pretende extender hasta la postguerra y con una neta concepción conservadora de los problemas sociales" "Dicha resolución –la de crear la Unión Democrática- resulta una forma hábil para desnaturalizar el anhelo popular de la unidad nacional y preparar una candidatura fundamentalmente oligárquica, quizá a cambio de algún ministerio en un gabinete de una nueva concordancia."
Cuando la Unión Democrática impuso la candidatura de Tamborini-Mosca, dos nombres ligados al radicalismo alvearista, los penelonistas trataron de convencer a socialistas, radicales, demoprogresistas y comunistas que la fórmula opuesta a Perón-Quijano, para tener algún éxito electoral, debería conformarse con un radical de raíz yrigoyenista. La propuesta fue Honorio Pueyrredón-Alfredo L.Palacios. Pero no fueron escuchados. Como tantas veces. Es un dato interesante que señala una actitud independiente en momentos que la izquierda argentina estaba totalmente enajenada a la aplicación mecánica de los esquemas frentepopulistas de la posguerra europea.
Semanario "Nueva Presencia". Año V-n°293, 11 de febrero de 1983. Director: Herman Schiller
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