jueves, 24 de octubre de 2013

Más justicia para “el Negrito” Avellaneda



El joven de 15 años secuestrado y asesinado por la última dictadura militar se convirtió en un ícono para sus compañeros de militancia de la Federación Juvenil Comunista.
Por Victoria Silber. El Tribunal Oral Federal de San Martín revocó una sentencia que favorecía a los represores condenados por el crimen contra el "Negrito" Avellaneda. Se abren nuevas batallas para derrotar la impunidad. "Hay que estar dispuesto a romper los límites", declaró José Schulman, presidente de la LADH.

El miércoles, en el marco del pedido de revocatoria de la absolución de los ex policías Alberto Aneto, Raúl Harsich y César Fragni por el secuestro y homicidio de Floreal “el Negrito” Avellaneda, la Sala II de Casación del Tribunal Oral Federal de San Martín condenó por los cargos de “participación necesaria en el homicidio” a los represores. También revisó la situación del cumplimiento de la pena, enviándolos al penal de Marcos Paz, ya que hasta el momento gozaban de prisión domiciliaria.
Esta sentencia se da en el marco de la causa 2005 donde en agosto de 2009 se había juzgado los crímenes cometidos contra los militantes comunistas Floreal “el Negrito” y su madre, Iris Avellaneda. En aquella oportunidad se había considerado que sólo eran responsables de la muerte de Floreal los generales Santiago Omar Riveros – ex representante argentino ante la Junta Interamericana de Defensa- Fernando Verplaetzen y Jorge Osvaldo García. Riveros había sido condenado a prisión perpetua y sus pares, también generales, a veinticinco y dieciocho años de prisión respectivamente. El reciente fallo del TOF de San Martín elevó de catorce a dieciséis años de prisión la pena de Aneto y de ocho a doce las de Fragni y Harsich.
Lo novedoso de este fallo es que es la primera vez en la corta historia de los juicios de crímenes de lesa humanidad en que se revisa un fallo de un Tribunal de Primera Instancia, aumentando las penas de los imputados. En este sentido, Jose Schulman, presidente de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) señaló que “el fallo respeta la verdad histórica, todos los que participaron en el secuestro fueron solidariamente responsables de su muerte.”
Haber logrado esta “corrección” no fue un camino simple, pues no sólo en septiembre de este año los abogados del Ministerio Público renunciaron a defender los imputados Harsich y Fragni con insólitos argumentos jurídicos de ilegalidad del proceso judicial, sino que también el pasado miércoles, la representante de la Defensoría Pública, Dra. Grasso, denostó a Iris Avellaneda, querellante y madre de Floreal y a la LADH sosteniendo que “las víctimas no tienen capacidad de omnicomprensión de la situación y solo piensan en más condenas”.
Al respecto Schulman indicó a Marcha que “lo que les preocupa en serio es que Casación pueda ordenar revisar ‘para arriba’ otros fallos, por eso fueron tan beligerantes; no tanto contra nosotros, sino contra el precedente. Entendemos que una vez más la Liga rompió fronteras del derecho y el sentido común jurídico; fuimos contra la corriente, peleamos lo que estaba perdido y eso los desespera”.
Según el presidente de la LADH, este fallo es un paso muy fuerte y a su vez un desafío pues “la impunidad es un proceso de constantes reconfiguraciones de trampas y límites”. Y agregó: “Hay que estar dispuesto a romper los límites y el principal es ir contra el poder económico. En ese sentido el fallo Oyarbide sobre Acindar es el primero que dice ‘del interés económico del directorio en la represión’. Ese es nuestro desafío: el poder económico”.

“El Negrito”

Tenía 15 años y era militante de “La Fede”, la organización juvenil del Partido Comunista (PC). Fue secuestrado el 15 de abril de 1976, junto con su madre -también militante del PC- Iris, de su casa en Munro, en la zona norte del Gran Buenos Aires. En realidad, los ocho Ford Falcon que llegaron hasta la puerta del hogar en un brutal operativo buscaban a su padre, del mismo nombre, que era obrero metalúrgico y militante del mismo partido.
Se pudo comprobar que “el Negrito” fue torturado en la comisaría de Villa Martelli antes de ser llevado a Campo de Mayo. Un mes después, su cuerpo fue encontrado atado de pies y manos en la costa uruguaya del Río de la Plata. “El Ejército Uruguayo completó lo que el Argentino dejó incompleto y hasta ahora ni los militares argentinos dijeron la verdad sobre el final de Floreal ni el Estado Uruguayo nos devolvió el cuerpo del Negrito a pesar de que hemos ido una y otra vez a buscarlo, en el 84, en los 90 y varias veces en los últimos años”, dice José Schulman.
Un dato no menor de la causa por el secuestro, tortura y homicidio del joven militante es que es la primera vez que se aceptó como querellante a un partido político, a pesar de que el Código Penal sólo permite presentarse como tal a las víctimas o familiares directos.

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