sábado, 25 de junio de 2011

Modelos de represión


El jueves por la noche la policía federal desalojó por la fuerza a los docentes que acampaban en frente del Ministerio de Trabajo, produciendo heridos y detenidos entre los manifestantes. Es una orden política, por qué dudarlo. La carpa docente presionaba al Ministerio a una negociación real de un conflicto muy prolongado, muy duro, muy reprimido (con ilegalizaciones, con amenazas verbales y reales, con patotas), como suelen serlo en la verdadera tierra kirchnerista. Por Agustín Santella.

Por ANRed - L (redaccion@anred.org)

Todavía nos acordamos del conflicto de 2007. De la enorme camioneta del funcionario pasando por encima de los manifestantes. Una especie de metáfora, pasar por encima como sea de la protesta, cuando ésta se va de las manos. Hay muchos ejemplos coherentes con una “gestión de la protesta” que combina concesiones con represión. Hay ejemplos incluso mucho más brutales. Palos y zanahorias. Concesiones cuando el conflicto es integrado por organizaciones burocráticas. Represiones cuando el conflicto amenaza esta mediación política. Es una relación política. No es la cantidad de pesos que reclaman los docentes de Santa Cruz, sino el mecanismo político entre las clases el que se pone en juego.
Estos conflictos muestran a su vez los resultados y las limitaciones del modelo económico general del gobierno. Las concesiones materiales para los sectores más organizados de la clase obrera (y los más disciplinados, el ejemplo siempre son los Camioneros) tienen un límite demasiado estrecho y deja afuera al conjunto de los trabajadores y los sectores populares.
Aunque la inflación se deba a la baja inversión de capital antes que a la puja salarial, la tasa de ganancia y la relación “adecuadamente” atractiva de poder capitalista en los establecimientos imponen una frontera muy patente a los reclamos. Así terminó el ciclo de huelgas de los años 2005-2006. Es el primer freno a la muy mencionada “distribución del ingreso”, combate a la pobreza, etc. En este contexto la Asignación Universal por Hijo es una dádiva vergonzosa.
En la perspectiva de la próxima gestión de Cristina no hay más “horizontes de cambio”. La hegemonía kirchnerista maneja el discurso del miedo a una situación aún peor, en la vuelta a los 90, en la derecha. Con Alfonsín era la vuelta a la dictadura, con Menen la hiperinflación, con los K es la derecha de los 90. En el conflicto del campo, Ruben Dri lo llevó al paroxismo de la "destitución". Pero, como escépticamente reconociera María Pía López en el debate organizado por el PTS en la UBA este recurso es, por decir lo menos, desmovilizante. Muestra las limitaciones reales en una perspectiva de cambio social.
Los recientes affaires (Schoklender, INADI), en el que se suma ahora la represión a los docentes, si bien no expresan el fin del gobierno sí hacen a su proceso, a sus limitaciones, a los procesos moleculares de antagonismo entre las clases que en la politización (lease conciencia, organización) modifican las relaciones de fuerza. Lejos del catastrofismo y en el más agudo realismo revolucionario, el comienzo de otra etapa dependerá de que el reconocido papel activista de las izquierdas se convierta en identidad política, una actualización del socialismo como salida para millones. Solidaridad con los docentes de Santa Cruz.

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