lunes, 13 de junio de 2011

Las siderales estafas a los fondos previsionales

Que se esconden detrás del conflicto entre el Gobierno, ANSES, Siderar y Techint.

Hay algo podrido, no en Dinamarca, sino en el conflicto abierto entre el gobierno y el poderoso grupo Techint, dueño de Siderar SA. La acería en la que el gobierno pretende designar tres directores de la ANSES, para lo cual apeló al dictado del decreto de necesidad y urgencia 441. Pese a que hasta hace poco el gobierno y Techint eran como chanchos. La Presidenta, en la inauguración de la “Tenaris University Campus” en la localidad de Campana en el 2008, llamó a su CEO "querido Paolo Rocca”. Y dijo que “Techint y sus vinculadas, Tenaris, Siderca, son un orgullo para los argentinos, es la primera gran multinacional argentina”. Cabe la pregunta de qué tiene que andar haciendo Techint con una universidad con nombre en inglés. O con el programa Propymes, para supuestamente fortalecer la competitividad de la pequeña industria. Cuando la mejor forma de fortalecerla sería vendiéndole acero barato.

Techint de acero duro

Lo concreto es que Techint desde hace quince años hace lo que quiere con el precio del acero, rompiéndonos el traste a todos los argentinos. Obteniendo así “rentas extraordinarias”, muy superiores a la de la soja. A la que al menos no la pagan los argentinos, como es el caso de TECHINT, sino los chinos. Mientras que la Comisión de Defensa de la Competencia, que supuestamente está para limitar el accionar de los grupos dominantes, y evitar que obtengan “rentas extraordinarias”, se chupa el dedo como si estuviera integrada por infantes. Y ha emitido dictámenes favorables a Techint, igual que hacía con el grupo CLARIN, cuando todo era mieles y rosas entre los Kirchners y Magneto.
Este abuso de su posición dominante por parte de Siderar, se ve reflejado en sus balances de los últimos diez años. En los que, tras perder 125 millones de pesos en el año 2001, pasó a tener ganancias brutas acumuladas hasta el 2010 por 14.900 millones de pesos. Las cuales, tras pagar nada menos que 4.900 millones de pesos en impuesto a las ganancias y otras yerbas, se transformaron en ganancias netas por 9.500 millones de pesos. Como solo distribuyó en dividendos la sexta parte de ellas, 1.600 millones de pesos, tenía a la fecha utilidades acumuladas y no asignadas, por nada menos que 7.900 millones de pesos. Cuya parte sustancial esta invertido en el exterior, en especulación financiera, y otras firmas propiedad de Techint.

La ANSES rica demandada por jubilados pobres

Si por el lado de Techint todo es bonanza, por el lado del gobierno, que parece hundido en la confusión, es todo lo contrario. Nuestra Presidenta en un reciente discurso dijo que los laburantes argentinos eran los mejor pagos de Latinoamérica (aunque luego aclaró que eran los que tenía empleos formales, o sea solo la mitad de ellos). Y seguidamente expresó que “las empresas argentinas han registrado rentabilidades altísimas… lo cual nos pone muy contentos, que los trabajadores participen y tengan mejores salarios y que nuestros empresarios ganen mucho dinero y paguen muchos impuestos”.
Nuestra Presidenta debería recibir algunas lecciones rudimentarias de economía; porque en el mercado interno el precio de los bienes, las ganancias de las empresas, los salarios, y los impuestos, son un juego de suma cero. No hay milagros. Y si a alguien le va demasiado bien, es porque otro la está pagando. Como es el caso de Techint y el precio del acero. Para que exista realmente “redistribución de la riqueza”, es necesario por contrario, que las ganancias empresarias sean moderadas, que los salarios sean homogéneos, y que los bienes sean asequibles para todo el mundo. Hablar bien no es solo hablar de corrido y sin apuntes, sino decir cosas profundas y con sentido.
Por su parte el ministro Aníbal Fernandez dijo bizarramente, “nosotros pusimos plata y somos tan dueños como ellos de la parte que nos corresponde”. Pero en realidad, los dueños no son ni gobierno ni el Estado, sino los jubilados y quienes hacen aportes a la ANSES. Y al respecto la ANSES tiene 465 mil demandas judiciales por mal pago de sus haberes jubilatorios. Que a razón de 125 mil pesos promedio cada una -según estima la misma ANSES- representa un pasivo de casi 60 mil millones de pesos. De los cuales anualmente solo liquida 20.000 demandas por 2.500 millones de pesos, discriminándolas por razones humanitarias. Si sus beneficiarios son muy viejos, o muy enfermos, o su jubilación es minúscula, o si el juicio lo inició el año de ñaupa.
A este paso si no se suman nuevas sentencias, pese que todos los meses llueven miles de ellas, la ANSES va a tardar un cuarto de siglo en pagar todas ellas, cuando de los actuales jubilados solo queden sus nietos. También suena obsceno que un jubilado con más de 30 años de aportes, gane poco más de mil pesos. Mientras que el director que supuestamente representa sus intereses en Siderar, embolse 500 mil pesos anuales o 40 mil pesos mensuales, por asistir una vez al mes a la reunión de directorio.
Mas desubicada o sincera, estuvo la ministra Deborah Giorgi. Que dijo que el actual modelo “hizo crecer como ninguno las ganancias de algunas empresas que hoy cuestionan al Estado”. Cuando la función del Estado es precisamente inversa, impedir que esos sectores obtengas ganancias desmesuradas, como las que obtienen Siderar y Techint.

Amigos son los amigos y enemigos los enemigos

En el año 2008, tras un amable cabildeo entre el gobierno y Techint, fue designado Aldo Ferrer, un viejo amigo de los Rocca, como director en Siderar por parte de la ANSES. Oriundos de Milán, los Rocca son hábiles en desplegar diplomacias florentinas, para transformar en aliados a quien debe controlarlos. Desde siempre esta ha sido la base de su buena “fortuna” en Argentina.
Luego, tras la muerte de Néstor Kirchner, el gobierno perdió “ductilidad” para articular la política con los negocios, que era la característica prominente del difunto. Al respecto es notable la tolerancia creciente que tiene la opinión pública argentina respecto esa articulación. Considerándola a partir de Menem lo más natural del mundo. Como si Poder, Negocios, Delito, y Corrupción fueran sinónimos aceptables, y ello no tuviera ningún costo social; siendo solo un prurito moral, o asunto exclusivo de la justicia penal. Que en la Argentina nunca llega, o llega muy tarde, si se trata de delitos del poder, ya sea político, económico, o religioso.
Por su lado los Rocca, como integrantes de la exclusiva AEA (Asociación Empresarios Argentinos) se pusieron de parte del grupo CLARIN / LA NACION, en el duro conflicto que estos mantienen con el gobierno. Lo cual no es extraño, dado que CLARIN y TECHINT son socios con el 50 % cada uno, en la firma Impripost Tecnologías, dedicada a servicios de impresión de facturas y papelería comercial. Ambos también han medrado ampliamente de los dineros baratos administrados, o mejor dicho desadministrados por las AFJP y ahora la ANSES. Mereciendo el caso de CLARIN un relato por separado al respecto, dado que al contrario de Techint, que dejó algún retorno a la ANSES, el caso de CLARIN ha sido a pura pérdida para ese organismo.
Los Rocca y los Noble / Magnetto, se consubstanciaron así en el ejercicio de un mismo estilo de capitalismo compinche con el poder de turno. Que les permitió su extraordinario desarrollo desde 1945 en adelante. Ya sea que el gobernante se llamara Perón, Frondizi, Illía, Onganía, Cámpora, Videla, Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, o Kirchner. Siendo ambos grandes exponentes del fenómeno de empresarios engrandecidos y enriquecidos, en una Argentina cada vez mas minúscula y empobrecida.
Un ejemplo de ese capitalismo compinche, se aprecia en la siguiente anécdota. Tras la entrevista en la que el entonces presidente Kirchner le pidió la renuncia, al primero que llamó con su celular el ex ministro Roberto Lavagna, fue a Paolo Rocca, diciéndole “siamo fuori”. Aunque esto le alcanzó en realidad solo a él, y no a los Rocca; que siempre tienen un influyente a mano para arrimarlo al gobierno de turno. Lavagna como el tero, denunciaba entonces el capitalismo compinche del ministro De Vido con las obras públicas; para disimular el nido de capitalismo compinche que él tenía por su parte con Techint y Aluar.
Además, como una metáfora de la inusitada simbiosis existente entre fierros y medios, entre negocios y periodismo, Techint se montó sobre el tradicional edificio del diario LA NACION, en Puerto Madero. Y erigió sobre él una torre de departamentos de acero de cien metros de altura, demostrativa de las relaciones carnales íntimas que mantienen entre ellos.
En consecuencia Techint no pudo menos que plegarse a la estrategia magnetiana, emprendida desde comienzos del año pasado por AEA (entidad que nuclea a los principales formadores de precios) de propulsar la inflación para tratar de erosionar al gobierno. Que además de paso les permite propulsar sus ganancias. Tal como lo hicieron con el gobierno de Alfonsín. Cuya estrepitosa caída posibilitó no solo instalarlo a Menem en la presidencia, como el gran piloto de tormentas; sino también brindó el pretexto para emprender una salvaje desregulación y privatización de la economía. Que le permitió a Techint apropiarse de la estatal Somisa, de yacimientos de petróleo, y concesiones de rutas, Y a Clarín apropiarse de los medios audiovisuales más importantes.

Aparece La Cámpora como “articuladora”

Los Kirchners están muy lejos de ser estatistas. Por contrario, en connivencia con Menem, fueron los grandes privatizadores de YPF y de la megaminería metalífera, al prohibir que en ella interviniera directamente el Estado. Y repetidamente han expresado que conciben al político, como “el articulador del estado y los privados”. Concepción que se presta a cualquier interpretación, de la índole que sea. Que permite múltiples declinaciones del verbo “articular”, incluso con ribetes obscenos. Bajo esa impronta, tras la muerte de Kirchner el grupo juvenil “La Cámpora”, imitando a la Coordinadora y el grupo Sushi de los radicales, pasó a desplegar una ambiciosa estrategia de poder, procurando copar cuanto puesto importante se le pone a tiro. Cuanto más rentable mejor, para el bienestar de sus integrantes.
Por su parte recientemente Ferrer pasó a desempeñarse como embajador en Francia. Y en consecuencia, como resultado del deterioro del connubio entre el gobierno y Techint que comenzó a perfilarse tras la muerte de Kirchner, el economista Axel Kicilloff, integrante de La Cámpora, apareció como el candidato para suplantar a Ferrer. Quizás porque todo lo que tenga K, corre con ventaja en los grupos K.
Pese a que los antecedentes de Kicilloff no son nada recomendables, dado que es Subgerente General y encargado de las Finanzas de Aerolíneas Argentinas. Compañía que tiene un déficit de más de seis millones de pesos (1,6 millones de dólares) por día, que el pobre muchacho no sabe cómo resolver. No obstante si hubiese sumado a ese puesto el de director de Siderar, sus ingresos mensuales, lejos del déficit, habrían trepado a los ochenta mil pesos (veinte mil dólares) mensuales. Más altos que el de cualquier presidente sudamericano.
Los Rocca por su parte, le sacaron “bolilla negra” a la designación de este representante de “La Cámpora”. Y sugirieron el nombre del economista Bernardo Kosacoff, otro amigo de los Rocca, que son mecenas de sus investigaciones. Ante esto el gobierno con la prepotencia de poder que lo caracteriza, dijo “toma minga”, “si no querés uno, te meto tres”. Y se despacho con el decreto de necesidad y urgencia 441, con el que quitó el tope del 5 % que según la ley podían utilizar las AFJP. A la que modificó por su cuenta y sin intervención del Congreso, porque la Asamblea de Siderar se iba realizar dos días después. Esto sí que es legislar por cuenta propia, y con nombre y apellido, aunque en el decreto a Siderar ni se lo nombra. Igual que en los tiempos de Don Juan Manuel de Rozas, el ilustre restaurador del Orden y Protector del pueblo.

Las escaramuzas que enmascaran cuantiosas estafas

¿Qué esconde este insincero forcejeo en las sombras, entre Techint y el gobierno, que se ha sumado al que mantiene este con el grupo Clarín? Por el lado del gobierno, acorde con su pulsión del poder que lo llevó a meterse en aventuras como la de resolución 125, trató de dar con él una demostración de quién es el que tiene la batuta. Tal como gusta dejar en claro siempre. Necesidad que revela las inseguridades que tiene al respecto.
Y además, contradiciendo las enseñanzas de Perón, que aconsejaba desplumar a la gallina sin que cacareé, el gobierno hace cacarear a Techint, para disimular los secretos entendimientos que mantuvo y mantiene con esa firma. De la misma manera que lo hace con la persecución que de repente emprendió contra las exportadoras multinacionales de granos. Las cuales en él durísimo enfrentamiento que tuvo el gobierno con el campo, fueron las únicas que se beneficiaron con la famosa resolución 125, llevándose puestas un monto cercano a los dos mil millones de dólares. Con vistas a las próximas elecciones, el gobierno hace cacarear a esas multinacionales y grupos económicos, para disimular que dejó que emplumaran desmesuradamente.
Pero además trata de sacarle algunas plumas. Porque el móvil que también lo guía, es el de reforzar la caja de la ANSES. Que junto con la del Banco Central, son las que le permiten todos los meses dibujar el superávit presupuestario para atender los pagos de la deuda. Que supuestamente está muerta tras los canjes del 2005 y del 2010, pero sigue viva y coleando. Ese fue el motivo por la que estatizó las AFJP en el 2008, pese haberles asegurado previamente su continuidad. Y se abalanzó sobre el Banco Central en el 2009, haciendo volar de la presidencia al hasta ese momento dócil Martín Redrado. Según la consultora ACM, sin los giros del Banco Central y la ANSES, el déficit en las cuentas públicas habría trepado en el año 2009, a 28,5 mil millones de pesos; en el 2010, a 26,4 mil millones de pesos, y a 3 mil millones de pesos en el primer trimestre del 2011.
La solución ante los problemas de la deuda que encontró este gobierno (o mejor dicho que inició Alfonsín, acentúo enormemente Cavallo, y profundizó este gobierno) fue la de “redistribuir la pobreza”. Haciendo que a la deuda la paguen los jubilados, con la merma de sus haberes muy por debajo del 82 % de ley. Y también todos los argentinos, con el neo endeudamiento del Banco Central, cuyas obligaciones monetarias y financiares superan largamente el monto de sus reservas. Con los peligros y la consecuente inflación que esto encierra; juego al que también apuestan los Rocca y Magneto.

La jugada defraudatoria no tan secreta de Techint

Pero por el lado de Techint Siderar, las intenciones son más oscuras y lindan directamente con el delito. Porque es claro que Techint y los Rocca desplegaron a partir del 2004 una estrategia que crudamente se podría titular, “cagar a los jubilados”. Consistente en liquidar mínimos dividendos en efectivo (16 % de las ganancias netas) y retener la parte sustancial de las ganancias que correspondían a estos (con unas desmesuradas “retenciones móviles” del 84 %) con vistas a recomprar las acciones de Siderar en manos de la ANSES, con las mismas ganancias pertenecientes a la ANSES.
Esta defraudación no es una suposición; ya se habría concretado al menos en grado de tentativa; y ante la vista y paciencia del gobierno, que evitó denunciarla. Concretamente CLARIN a través del periodista Marcelo Bonelli, informó que a partir de la estatización de las AFJP en el 2008, los Rocca procuraron reiteradamente recomprar las acciones de Siderar en manos de la ANSES, ofertando para ello la “millonaria cifra de 2.871 millones de pesos”. Esta actitud maliciosa de Siderar la confirmó recientemente el mismo Paolo Rocca, en un extenso reportaje que concedió a Clarín, donde reafirmó la intención de comprar las acciones de la ANSES. Insistiendo paralelamente ese diario, que las acciones en manos de la ANSES valdrían alrededor de 2.900 millones de pesos.


Esto pese a que en su último balance trimestral, cerrado al 31 de marzo pasado, Siderar declaró una ganancia de nada menos 610 millones de pesos en tres meses. Teniendo además “Ganancias reservadas” y “Resultados no asignados” por un total de 9.061 millones de pesos. De las que en total, corresponderían a la ANSES 2.512 millones de pesos.


O sea que en concreto, el 88 % del monto que los Rocca proponen pagar al ANSES por las acciones de Siderar, pertenece en realidad a los jubilados y los aportantes de la ANSES. Pagando en la realidad por esas acciones solo 360 millones de pesos provenientes de su propio bolsillo (2.871 - 2.511); cuando les correspondería pagar por ellas 5.399 millones de pesos. 2.512 millones correspondientes a las ganancias reservadas y resultados no asignados pertenecientes a la ANSES, y 2.887 millones por el valor bursátil de las acciones pertenecientes a la ANSES. Este habría sido el verdadero objeto de las “retenciones móviles” aplicadas a las ganancias de Siderar por parte de los Rocca: el de despojar a los jubilados y aportantes del ANSES, de 2.528 millones de pesos (5.399 – 2.871).


Esta estimación es correcta, porque Techint en realidad ya ha retirado las ganancias obtenidas en Siderar, al invertir esos fondos en sus mismas empresas vinculadas en el exterior. Porque su patrimonio neto es mayor que el contable, al no haberse practicado últimamente ajustes por inflación en sus balances. Porque su situación financiera es notable, al representar su pasivo corriente solo el 21 % de las ventas anuales, mientras que su pasivo no corriente llega solo al 10 % de ellas. Y porque resulta evidente que el valor de la acción de Siderar y su capitalización bursátil, no está vinculado al patrimonio neto de Siderar, sino a su capacidad de ganancia, que trepa actualmente al 23 % sobre las ventas. Un claro ejemplo de esto es que la acción de Siderar alcanzó un nivel similar al actual en el año 2005, cuando su patrimonio neto era tres veces inferior al actual.


La sideral danza de los millones de Siderar


La malicia de la maniobra de Techint, se trasluce también por rotundo cambio que adoptó en su política de distribución de dividendos, a partir de que las AFJP pasaron a detentar las acciones de Siderar, en marzo del 2004. Como si un tenedor muy importante se hubiese desprendido velozmente de ellas, y se las hubiese encajado a las AFJP. Contando para ello con el apoyo normativo del gobierno, que a fines del año anterior había limitado la cartera que podían tener las AFJP en firmas del Mercosur, dándoles un plazo para regularizar la situación. Razón por la que estas se vieron obligadas a reconvertir sus carteras y comprar papeles de firmas locales. Pasaron así las acciones de Siderar a ser la tenencia accionaria más grande de las AFJP, después de las de Telecom.


Las AFJP compraron las acciones de Siderar a un promedio de 17 pesos, con la expectativa de un alto pago de dividendos en efectivo en el mes de mayo por venir. Que no se concretó, razón por la que las acciones a mediados del año 2004 cayeron a 11 pesos, con una pérdida del 35 %. A principios de ese año Siderar había anunciado ganancias netas por más de 422 millones de pesos, equivalentes a un 15 % de las ventas, pero finalmente solo pago dividendos en efectivo por 58 millones de pesos, o sea solo un 14 % de las ganancias netas. Pese a que el año anterior había repartido dividendos en efectivo por el 49 % de las ganancias netas obtenidas, equivalentes solo a un 5 % de las ventas.


O sea que Siderar, ganó tres veces más sobre las ventas, pero repartió tres veces menos respecto las ganancias netas, tras el traspaso de las acciones a las AFJP. La comparación se agrava si se tiene en cuenta que Siderar había distribuido dividendos en efectivo equivalentes a un promedio del 64 % sobre las ganancias netas, desde que comenzó a cotizar en la bolsa en 1996, hasta el 2002.


Esta defraudación a las expectativas de las AFJP o mejor dicho de sus aportantes y jubilados, prosiguió en los años subsiguientes, desde 2005 al 2007. En cuyos ejercicios Siderar nuevamente pago dividendos en efectivo equivalentes solo al 14 % de las ganancias netas. (Vendió 19.500 millones; ganó 5.207 millones, un 27 % sobre las ventas; y repartió dividendos por 735 millones, de los cuales solo 191 millones fueron a las AFJP). Seguidamente, cuando las acciones de Siderar ya habían pasado al ANSES, Siderar se tomó la licencia de no pagar ningún dividendo por el ejercicio del año 2008, pese a que sus ganancias netas treparon nada menos que 1.367 millones de pesos, equivalentes al 17 % sobre un total de ventas de 8.052 millones de pesos.
A continuación, fruto posiblemente de los tibios reclamos del gobierno, Siderar abrió un poco la mano. Y de esa manera para el periodo 2008 – 2009, pagó en promedio dividendos en efectivo por el 18 % de las ganancias netas. (Vendió 14.429 millones; ganó 2.081 millones, un 14 % sobre las ventas; y pagó dividendos por 382 millones, de los cuales 99 millones pasaron al ANSES). Y de sus balances surge que la parte sustancial de las ganancias no distribuidas, pasaron en ser invertidas por Siderar en las empresas que los Rocca tienen en el exterior. Pese a que el director de la ANSES en la firma era el economista Aldo Ferrer, defensor a ultranza de “vivir con lo nuestro”. Máxima que en el caso de Techint parece haberse convertido en “vivir de lo nuestro”.
En el año 2010, Siderar vendió por 9.554 millones de pesos, y ganó nada menos que 1.787 millones, un 19 % sobre las ventas. Empero el directorio propuso repartir dividendos en efectivo por solo el 22,5 % de las ganancias netas; 403 millones de pesos, de los cuales 104 millones irían a parar a la ANSES. De esa manera, desde que las acciones pasaron a manos de las AFJP / ANSES, con derecho a las ganancias del ejercicio del 2003, Siderar habría repartido dividendos en efectivo equivalentes a solo la sexta parte (16,6 %) del total de las ganancias netas obtenidas. (Vendió 46.270 millones de pesos; ganó 9.498 millones, equivalentes al 21 % de las ventas; y distribuiría dividendos por 1.579 millones, de los cuales solo 410 millones pasarían a la ANSES).
Pero trascartón, al armarse el cisco con el gobierno por la cuestión de la representación accionaria, los Rocca parecen haber percibido que se habían pasado de rosca en su estrategia de “cagar a los jubilados”. Y por ello súbitamente en la última Asamblea, decidieron por cuenta propia elevar los dividendos a repartir en efectivo a 1.511 millones de pesos. O sea nada menos que el 85 % de las ganancias netas de ese año, de los cuales 393 millones irían a parar a manos de la ANSES.
De concretarse esta distribución que por ahora está suspendida, Siderar solo habría pagado dividendos en efectivo desde el ejercicio el 2003 hasta la fecha, por solo el 28 % de sus ganancias netas. (Sobre los 9.499 millones de pesos ganados, pagaría dividendos por 2.688 millones, de los cuales 699 millones irían a la ANSES).
Techint fue uno de los grandes beneficiados con el vaciamiento del BANADE (Banco Nacional de Desarrollo) que llevaron adelante los radicales, de la mano de su presidente Mario Brodersohn. Dicho banco funcionaba en base a los aportes previsionales; y Brodersohn en medio de la inflación galopante del alfonsinismo, se encargó de cobrar las deudas del banco a sus principales acreedores, con módicos intereses y sin capitalizarlos; licuando así ferozmente la deuda a favor de esos empresarios. Por esa razón el BANADE cerró sus puertas y fue liquidado. Pero en su reemplazo aparecieron las AFJP, y luego la ANSES, que siguen los mismos pasos que el BANADE de Brodersohn. Consistentes en proveer recursos financieros regalados, provenientes de los aportes previsionales de millones de laboriosas personas, a los empresarios amigos pícaros, cortesanos del poder.
Las ganancias pertenecientes a la ANSES no distribuidas por Siderar, equivalen al pago de las veinte mil sentencias que la ANSES prevé pagar este año a los jubilados, por un total de 2.500 millones de pesos. Las cuales incluso se podrían duplicar si la ANSES se desprende de las acciones de Siderar. Siempre y cuando lo haga por el precio que los Rocca deben pagar por ellas, previo pago de los dividendos; y no por el precio estafatorio que los Rocca ofrecen pagar por ellas.

La historia negra de Techint forjada con la complicidad de los gobiernos

Esta estafa de la recompra de las acciones en manos de la ANSES, con las ganancias pertenecientes a la ANSES, no es novedosa por parte de Techint y los Rocca. Por contrario resulta acorde con el prontuario de estos, donde se destacan como especialistas en hacer negocios con recursos ajenos. Tal como acostumbra nuestro capitalismo compinche, vernáculo y no tanto.
Tras caer en desgracia en Italia después de la Segunda Guerra Mundial por su adhesión al facismo, donde intervenían en la estratégica industria de hacer caños y cañones sin costura por el método Manesmann, los Rocca se asentaron en Argentina. A la cual, gracias a su habilidad florentina para los negocios y la política, transformaron en un trampolín para sus negocios multinacionales. Mediante el expediente de depredar intensivamente en el mercado interno, para expandir sus negocios externos.
Al tal punto que actualmente los Rocca son uno de los reyes del tubo Manesmann sin costura en el mundo, de uso intensivo en las explotaciones petroleras. Con una cuota del 34 % del mercado, repartido con norteamericanos y chinos, países en donde también tienen fábricas. Con nulas ganancias de ello para Argentina, si se hace un balance global de su accionar, ya que sus empresas más importantes se hayan radicadas en Luxemburgo y otros paraísos financieros, y allí liquidan el grueso de sus impuestos.
En el año 2008, el grupo Techint declaró ventas consolidadas en todo el mundo por 26 mil millones de dólares (equivalentes al doble del presupuesto de la Provincia de Buenos Aires); ganancias netas por 1.600 millones de dólares; activos por 28 mil millones de dólares; y una dotación de 53 mil personas. Ante esas cifras, la facturación de Siderar de ese año solo representó el 10 de las ventas, el 10 % de la dotación del personal, pero casi el 30 % de las ganancias totales. Lo que de por si pone de manifiesto la estrategia de Techint de usar y abusar de Argentina, como trampolín para sus negocios multinacionales.
Techint y los Rocca, que viven con gran elegancia en el extranjero, son en consecuencia un notable ejemplo de cómo una empresa multinacional puede parasitar un país, y colonizar a sus dirigentes, cualesquiera sea su ideología, en función de sus estrategias e intereses. Ya no bajo la advocación de la cruz y la religión como en los tiempos de Colón, sino del industrialismo y la excelencia. Sin averiguar mucho de para qué, y a quienes realmente beneficia.
Su discurso es casi ostensible al respecto, como si los argentinos todavía fuéramos aborígenes en la época de los espejitos de colores. Cuando estalló el entredicho con el gobierno, el director de Siderar Martín Berardi salió a exigir que los “dejaran en paz” porque si no se “rompe el círculo virtuoso”, consistente en “inversión en capital, en trabajo, en investigación y desarrollo, y en inserción global”. Todo ello a costa del bienestar general del país.
En el reciente reportaje que concedió a CLARIN, Rocca manifestó “nosotros estamos casados con el país, no estamos casados con ningún gobierno”. Cuando la realidad de su historia indica que han estado casados con todos los gobiernos; y de esa manera, con la dispensa del término, se han cogido al país.
Brevemente, porque la historia negra de la firma da para un libro, en la década de los `40, vaya a saber en base a qué manejos, Techint resultó adjudicataria de la construcción de los gasoductos del Sur, para el que importó los caños desde Italia. Siendo a partir de allí las leoninas ganancias obtenidas en sus contratos con el Estado, una de sus principales fuentes de capitalización. Seguidamente instaló su primera fábrica, a la sombra de la estatal Somisa, de la que recibía palanquilla enormemente subsidiada para fabricar los tubos sin costura Manesmann. Que vendía a competitivos precios en el exterior, cobrando reintegros de exportación por ellos; pero a precios muy caros a YPF, al estar prohibida su importación.
De esta manera con el paso del tiempo, Techint se constituyó en cuádruple decano de los negocios opacos. Decano de la patria contratista, basada en el arreglo mafioso de las licitaciones públicas, para depredar los dineros públicos. Habiendo sido incluso denunciada hace algunos años ante la Comisión de Defensa de la Competencia por ello. Decano de la patria industrialista, basada en las altas protecciones arancelarias, para depredar a gusto y piacere en el mercado interno. Decano de la patria subsidiara, que medra a la sombra del Estado y sus empresas. Y decano de la patria exportadora, donde la Aduana compinche pasa a ser una fuente de cuantiosos dineros adicionales.
Finalmente, de tanto ordeñar la vaca estatal de Somisa, los tamberos Rocca, gracias a las privatizaciones de Menem, se quedaron con la vaca, a la que pasaron a llamar Siderar. Para ello contaron con la decisiva e invalorable intervención de Marijú Alsogaray, condenada por enriquecimiento ilícito, que castigó duramente la tasación de los activos fijos e inventarios de Somisa. De esa manera según algunos, los Rocca compraron Somisa a la tercera parte de su valor; y según otros, a la quinta parte del mismo. Algo parecido a lo intentan hacer hoy con las acciones de Siderar en manos de la ANSES.
Así los Rocca pasaron a dominar, además de los tubos sin costura de uso petrolero, los laminados planos para la industria metalmecánica y automotriz, y el hierro para la construcción. Y además pasaron de ser contratistas de YPF para la explotación de sus yacimientos, en concesionarios de esos mismos yacimientos, sin pagar un solo peso por ello. Luego con la compra de COMESI, pasaron también a detentar el monopolio de las chapas revestidas. Entre ellas, la popular chapa de cinc usada para la construcción económica, cuya importación prácticamente está prohibida a favor de Techint desde el 2002, para que este pueda obtener sus “rentas extraordinarias” monopólicas.
Finalmente en el 2005, con la compra simultánea de tres plantas de Acindar, los Rocca pasaron a controlar también el negocio de los tubos y caños con costura. Contaron para ello con el visto bueno de la CNDC, que a esta altura debería llamarse Comisión Nacional de Defensa de los Conglomerados Económicos. El hecho de que su dictamen respecto esa compra sea inaccesible en su página web, indica lo bochornoso que debe ser el mismo.
Esta articulación de Política & Negocios, explica porque transcurridos doce años, no se integró aún el Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia. Para el cual la ley prevé un sistema de selección, a los fines de asegurar la independencia de sus miembros. Fue sustituido ilegalmente en la práctica, por la referida comisión que depende directamente del secretario de Comercio, el inefable Guillermo Moreno. Y a cuyos integrantes pone y saca el Poder Ejecutivo, conforme el humor de sus relaciones y “articulaciones” con determinados grupos económicos, como es el caso de Techint y CLARIN.
En ese extenso periplo, como tahúres globales, los Rocca aprovecharon todas las subvenciones, licuaciones, estatizaciones de deuda, seguros de cambio, y pesificaciones asimétricas, que encontraron o propiciaron en el camino. Y con las enormes ganancias y ventajas que obtenían en el país, se dedicaron a multiplicar sus emprendimientos en el exterior. El dicho vulgar “vergüenza es robar y no llevar nada para las casas”, le cabe sumamente agravado a Techint y los Rocca. Que la inversa, como “burgueses antinacionales” robaron en “las casas” y se lo llevaron afuera. Y ahora siguiendo la misma tesitura, querían robar a mansalva a los jubilados argentinos y quienes aportan para serlo.

El estafado hasta el último momento cree ser el estafador

El dicho hace referencia al hecho bivalente, de que el estafado cae en la estafa, al estar animado por la codicia de obtener una ganancia ilegítima. Si este ánimo no existiera en él, no habría sido atrapado en ella. Esta relación ambivalente entre estafado y estafador, en la que no sabe bien quién es quién, es la que une a la ANSES con Siderar / Techint.
Si la Justicia existiera en Argentina, los Rocca en vez de ser tratados como barones de la industria, hace tiempo que deberían tener sus huesos en un calabozo. O al menos ya los habrían puesto fuera del país. Por ello se merecen la mayor de las condenas, por la estafa que han intentado contra la ANSES.
Pero el gobierno tampoco escapa a esa condena por estafa. Porque primero facilitó la maniobra de los Rocca. Y luego omitió denunciarla, cuando los Rocca reiteraban sus propuestas de comprar las acciones de la ANSES, con las ganancias de Siderar pertenecientes a la ANSES.
Pero esa no es la estafa más grave en la que está incurso la ANSES y el gobierno. La estafa imperdonable, es que haya un ANSES rico, con cuantiosas inversiones líquidas, enormemente descuidadas y arrojadas al juego de la especulación y la codicia de terceros. Y a la par haya jubilados pobres, a los cuales no se les paga el 82 % de ley. Y con muchos de los cuales además la ANSES está en mora en el pago de las sentencias firmes, que dictó la justicia previsional contra ella.
Al tratarse de deudas impagas de carácter alimentarias, con personas que tienen acotadas sus horizontes de vida, ambas estafas, tanto la intentada por Siderar como la de la ANSES, constituyen una flagrante violación a los Derechos Humanos básicos, de los que tanto declama el gobierno. Sin temor a exagerar, podrían ser calificados como crímenes de lesa humanidad, al atentar contra las posibilidades de una extensa capa de la población civil, que se encuentra indefensa tras haber llegado al ocaso de sus vidas.

El crimen de lesa humanidad contra los derechos humanos de los jubilados

Luego de un largo proceso iniciado en 1995 por el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) en noviembre del 2009 las ANSES firmo un acuerdo de “solución amistosa”, para evitar una condena por parte de esa comisión. Por el cual se comprometió a pagar las sentencias judiciales firmes. No apelar las sentencias judiciales de primera o segunda instancia favorables a los jubilados, en cuyos temas la Corte Suprema se hubiere expedido. Y desistir de los recursos judiciales que se hubieran presentado ante la Corte Suprema o ante la Cámara Federal de Apelaciones de la Seguridad Social, contra las sentencias favorables a los jubilados.
Ante el total incumplimiento de la ANSES de estos compromisos, a mediados de año 2010 el CELS efectuó una nueva denuncia ante la CIDH. La que en vez de mejorar el desempeño de la ANSES, parece haberlo empeorado aun mas. Al punto tal de proseguir con sus incumplimientos judiciales, y haber suspendido además el pago de las sentencias durante el primer trimestre del año. A los que reanudó recientemente a cuentagotas, muy por debajo de sus niveles históricos.
Todo esto disimulado con una profusa propaganda de “Cuidemos a los abuelos”, para que no se les cobre altos intereses, o reciban billetes falsos, o sean engañados por falsos gestores. Cuando en los hechos, como una continuidad de las políticas de Cavallo, eso mismo es lo que está haciendo la ANSES con “los abuelos”. Engañándolos con falsos gestores o administradores, que no cuidan lo que es de ellos. Pagándoles con haberes envilecidos, que es lo mismo que recibir una parte en billetes falsos. Y calculando usurariamente sus haberes, para que no sobrepasen el mínimo legal. De esta manera parecería que descuida adrede a “los abuelos” en sus aspectos más básicos, con la intención de acortar sus expectativas de vida. Y así por vía de hecho, como si se tratara de un genocidio planificado, extinguir el pasivo que la ANSES tiene con ellos.
La Justicia y el Congreso deberían en forma urgente poner coto a estas estafas de lesa humanidad lindante con el genocidio. Y ordenarle concretamente al gobierno y la ANSES, que liquide ordenadamente sus inversiones, bajo la estricta supervisión de los representantes de los jubilados y quienes aportan para serlo. Con el objeto de cancelar de inmediato todas las deudas con los jubilados, reconocidas por sentencias firmes de la Justicia. Y esta sí sería una verdadera medida de redistribución de la riqueza, al pasar ella de unos pocos empresarios potentados, que se verán obligados a recomprar sus acciones, a decenas de miles de personas de humildes ingresos.
EL Fondo Garantía de Sustentabilidad de la ANSES contaba a diciembre de 2010, con cien mil millones de pesos en títulos de la deuda pública, cuya parte sustancial es ajustada estafatoriamente en base a los índices del INDEC. Contaba además con 23 mil millones de pesos en acciones de sociedades anónimas. 17 mil millones de pesos en Plazos Fijos y Fondos Comunes de Inversión. 4 mil millones de pesos en Fideicomisos de distinta índole. Y 20 mil millones en proyectos productivos e infraestructura.
Un tercio de este último monto, siete mil millones de pesos, fueron destinados a financiar las costosas obras construidas por Electroingeniería. La empresa dilecta del gobierno, resultado de la amistad de larga data que mantienen su vicepresidente Gerardo Ferreyra, con el secretario Legal y Técnico de la Presidencia Carlos Zannini; y su presidente Osvaldo Acosta, con el ex gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota. Quienes para favorecer los negocios de sus amigos, de dudosos retornos por sus enormes sobreprecios, no dudaron en meter la mano en la lata de los jubilados. De la misma manera que lo hacen quienes se dedican a asaltarlos violentamente, por la impunidad que les brinda el encontrarse ante seres indefensos.
Estas inversiones líquidas o susceptibles de liquidación, montan 64 mil millones de pesos. Una suma equivalente a los pasivos judiciales que tiene la ANSES con jubilados y pensionados, en abierta violación a sus Derechos Humanos más básicos. Para no seguir lesionando gravemente esos Derechos Humanos, resulta imperioso por razones morales y humanitarias, cancelar esta deuda social interna. A la que el gobierno le declaró el default, para poder hacer un mal arreglo de la deuda externa; y para seguir “articulando” negocios con los capitalistas compinches de siempre.

Javier Llorens (INFOSUR)

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