domingo, 12 de junio de 2011

La calidad educativa puesta en cuestión

Un reciente estudio mundial sobre el conocimiento de los alumnos de 65 ciudades o países que están finalizando el ciclo de educación obligatoria, deja mal parada a la Argentina. Nuestro país se ubicó en los últimos puestos del ranking en los tres ítems que fueron medidos -lectura, matemáticas y ciencias- por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, dependiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), una entidad que agrupa a 34 naciones y tiene sede en París. El propio Ministerio de Educación de la Nación avaló el trabajo porque lo informa en su propia página web, aunque ofrece otra visión: destaca el crecimiento que mostró el país en comparación a la evaluación anterior.
El objetivo de la medición fue saber hasta qué punto ese segmento del estudiantado -jóvenes de 15 años- ha adquirido algunos de los conocimientos y habilidades necesarias para la participación plena en la sociedad del saber. Se tomó esa edad porque los países que conforman la OCDE exigen una enseñanza obligatoria promedio de diez años.
Las pruebas de esta organización se realizan cada tres años y apuntan a conocer las motivaciones que poseen los alumnos por aprender, la concepción que tienen ellos sobre sí mismos y las estrategias de aprendizaje que utilizan.
El trabajo mostró a la Argentina en el lugar 57º en lectura y ciencias y en el 54º en matemáticas, en todos los casos muy por debajo del promedio. En los dos primeros segmentos solamente superó a Albania, Azerbaiján, Perú, Qatar, Panamá, Kazajistán y Kirguistán. En lectura, el promedio OCDE fue de 493 puntos y los secundarios argentinos lograron 398, mientras que en ciencias esos puntajes fueron de 501 y 401, respectivamente. En matemáticas el promedio fue de 496 puntos y Argentina obtuvo 388, superando a Perú, Panamá, Qatar, Albania, Kirguistán, Indonesia, Túnez, Jordania, Colombia y Brasil. A éstos dos últimos países por siete y dos puntos, respectivamente. No obstante, tanto Colombia como Brasil tuvieron mejor performance en los otros dos ítems, mientras que Chile y Uruguay -las otras naciones sudamericanas incluidas en la medición- se ubicaron muy por encima en las tres categorías.
Para la edición 2009 se incluyó a 199 escuelas de todo el país y a 4.774 estudiantes. El 64 por ciento de ellos conformaron la muestra específica de alumnos secundarios regulares y el resto correspondió a estudiantes de los sistemas de educación para adultos y no formal.
El Ministerio, con esos mismos datos, destacó que hubo una mejora sustancial en los puntajes promedio teniendo en cuenta la evaluación de 2006, y remarcó que en el ítem lectura se redujo en seis puntos el porcentaje de estudiantes ubicados por debajo del nivel dos (entre seis niveles). También que en "competencia lectora" fue, junto a Colombia, el país de la región que creció por sobre la media.
Esas dos lecturas también se observan al momento de ubicar a la Argentina en uno de los cinco grupos en que la OCDE separó a los 65 países de acuerdo a las semejantes estadísticas. Para la entidad, se ubicó junto a Montenegro, Túnez, Kazajistán, Jordania, Colombia, Brasil, Indonesia y Albania. Educación prefirió enfatizar que, exclusivamente entre los alumnos regulares, Argentina se encolumnó al lado de Bulgaria, Chile, Dubai, Israel, Serbia y Turquía.
Que un mismo fenómeno admita miradas diferentes no es novedoso, y más cuando se trata de estadísticas con un trasfondo socioeconómico, aunque en este caso la elocuencia de las cifras parece estar por encima del optimismo que significa haber avanzado en los últimos años. Pero más allá de esas visiones, el Estado debe hacer foco en mejorar sustancialmente la calidad educativa -a partir de una convicción política, mayor presupuesto, infraestructura y compromiso docente- y fortalecer la inclusión en las aulas. Allí están hoy quienes deberán gobernar el país mañana.

LA ARENA

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