jueves, 2 de junio de 2011

Los prisioneros de guerra de las FARC-EP presentes y combatiendo en el 47 aniversario de nuestro movimiento


Hace 47 años, un grupo de valientes hombres y mujeres hizo frente a un gigantesco operativo militar de 16 mil hombres, dirigidos contra la región de Marquetalia, señalada por el entonces senador conservador Álvaro Gómez Hurtado, como una “republica independiente”, cuando en realidad se trataba de una zona pacifica de campesinos dedicados a las labores agrícolas y con una larga tradición de lucha para sus intereses comentarios.
Las FARC-EP es el nervio de un movimiento campesino que viene de 1948, del sur del tolima, Huila y Cauca, sobre el cual se ha lanzado la fuerza asesina del gran latifundio, los grandes ganaderos y comerciantes y los gamonales bipartidistas. Hemos sido victimas de la política de “sangre y fuego” preconizada y llevada a la práctica por la oligarquía orinal que ha detentado el poder.
En casi siete décadas, se han desencadenado contra nosotros seis guerras: una a partir de 1948 bajo los gobiernos conservadores; la siguiente en 1954, con la dictadura de general Rojas Pinilla; la tercera en 1962 bajo el pacto bipartidista del frente nacional; dos años después la de Marquetalia cuando el 18 de mayo de 1964 os altos mandos militares declararon oficialmente iniciada “La Operación Marquetalia”. Más recientemente vino la del 9 de diciembre de 1990, cuando el neoliberal Cesar Gaviria y los altos mando militares iniciaron la operación de exterminio contra el secretariado de las FARC, en “casa verde” y la aniquilación del movimiento popular en todo el país, y esta ultima guerra que estamos enfrentando a partir del 7 de agosto de 2002, cuando el fascista Uribe Vélez y las fuerzas militares declararon la arremetida de exterminio contra nuestro movimiento.
Todas estas ofensivas han sido apoyadas y financiadas por las políticas guerreristas del pentágono norteamericano que en su momento han adoptado diferentas nombres: “Plan Lasso”, “Destructor I”, Destructor II”, “Plan Tanathos”, “Plan Colombia” y Plan Consolidación; sustentados todos ellos en la funesta política de la seguridad nacional.
En cada declaratoria de guerra contra las FARC-EP, estas han sido más fortalecidas.
Con mandos y combatientes experimentados en las tareas político-militares, siempre manteniendo en alto las banderas de la solución política al conflicto que vive nuestra patria.
La peor parte de esta guerra ha sido sobre los hombros de las organizaciones sociales, sindicalistas, universitarias, profesores, minorías étnicas y sobre organizaciones políticas legales como el genocidio de la unión patriótica, UP.
Siempre los pronunciamientos de las FARC-EP ha sido el llamamiento a todos los que anhelan la paz y la solución política, para un intercambio de opiniones, para buscarle solución al conflicto que desangra a nuestro país.
Las FARC-EP. Reconociendo el clamor de la gran mayoría de los y las colombianas rechazamos de manera rotunda a ingerencia norteamericana como son las siete bases militares ubicadas en los sectores estratégicos de nuestro país y la presencia de asesores, lo que hacen es agudizar el conflicto e internacionalizarlo más, gozando de plena inmunidad para rechazar las fechorías.
En el actual gobierno de Juan Manuel Santos es el continuador de las políticas del Uribismo, utilizando el lenguaje de “terroristas” y buscando el sometimiento, para unos posibles diálogos con la insurgencia.
Se equivocan los gobiernos de turno, se les olvida que el conflicto es social, político y armado, que tiene raíces profundas. La lucha armada no es un invento de las FARC-EP, sino que ha sido el producto de una oligarquía criolla que le arrebata a las clases populares la felicidad de la justicia social.
Desde estas mazmorras reiteramos nuestros principios y convicciones revolucionarias.

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