domingo, 19 de julio de 2009

Martí, mentor de una nueva revolución enriquecida


José Martí aparece destacado en el Ensayo de otro mundo de Roberto Fernández Retamar como el primer gigante que asumió como vocero la realidad de los países ahora conocidos como los del Tercer Mundo. Esa batalla profunda y coherente apareció a lo largo de toda la papelería que nos entregó un tesoro para valorar el mundo actual desde una radiografía fidedigna.
Desde la genialidad martiana se ilumina el futuro, al colocarse en la vanguardia del pensamiento como acicate. Llamó a no hacer el papel de cordero ante Estados Unidos y la necesidad de salir de su ámbito inhumano desde la encarnación del pueblo sin aceptarlo como simple caricatura, sino basamento social capaz de elevarse desde su actividad política como ente independiente para luchar por hacer felices como un todo a sus hijos.
El Martí dirigente advirtió desde la práctica social la posibilidad de levantarse para fundar una república nueva, desde el contexto continental ante las similitudes de las naciones hermanas. ÉL fue la primera inteligencia que vislumbró con total claridad el problema del hombre “que no es de Europa o de la América europea”. La apreció como entidad mestiza pero llegó a colocar el clímax de su futuro rompimiento con el pasado colonialista desde la independencia de las hermanas de Cuba y Puerto Rico.
La claridad del ideal martiano delineó como las islas hermanas poseían la posibilidad de que “entrarán a la libertad con composiciones muy diferentes y en época muy distinta y con responsabilidades mucho mayores que los demás pueblos hispanoamericanos.” A ellas entregó el papel de muralla para evitar el paso del imperialismo y de garantes para el equilibrio que permitiera en ellas la libertad equitativa y trabajadora.
Al recordar la tesis asombra que coloque en ellas el papel de espacios amenazados por la inhumanidad por el vecino indecoroso de Estados Unidos. Y a tan magna obra dedicó toda su vida esa batalla. En ella dejó importantes obras de consulta permanente entre las que se destacan el Manifiesto de Montecristi y la carta inconclusa a Manuel Mercado. En ellos está el himno glorioso que prevalece en nuestros días como el pórtico de nuestro tiempo advertido por Vladimir Ilich Lenin en su obra clásica El imperialismo, última etapa del capitalismo.
La universalidad del pensamiento de Martí está presente en la guerra de Cuba, la última del continente frente al viejo colonialismo. Sin olvidar que él debía desparecer para que las jóvenes repúblicas pudieran ejercer con certeza su papel desde un amplio arco histórico. Desde la base de su genialidad coloca su honda en las puertas de un nuevo siglo como resumen de toda una experiencia material y espiritual de los pueblos que darán batalla para alcanzar definitivamente la segunda y verdadera independencia en el futuro. Nada más concreto que el universal pensamiento que día a día se demuestra en Nuestra América, como un margen precisó de las aristas de su actual ruta liberadora. Tras ella ha nacido el nuevo espacio martiano. Ese es el del ALBA continental.

Miralys Sánchez Pupo
Colaboradora de Radio Rebelde
16 de Julio de 2009, 11:38 a.m.

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