jueves, 9 de julio de 2009

A la CNN le hacen falta lecciones de ética periodística

Si el problema se resolviera con clases, a la CNN le vendrían bien algunas lecciones de ética periodística. Nunca antes se habían visto tan abiertamente parcializados a presentadores y conductores de sus informativos.
A esa televisora mundial pueden señalársele diferentes estrategias dirigidas a convertirse en el prisma a través del cual hay que enterarse de lo que ocurre en este mundo y en el centro de todo lo importante; baste mencionar la reciente e insistente invitación a celebrar el bicentenario de la independencia de varios países latinoamericanos “con la CNN” (“¡Únase a la celebración del Bicentenario… en CNN en Español!”), o el espacio “Héroes” (“Hacen falta muchos héroes… de CNN”). De alguna manera, la CNN siempre busca instalarse en el medio de todo e ir creando un lugar común: si no está en la CNN no existe, o las cosas son según CNN.
Pero lo que motiva estas líneas son los recientes sucesos en Honduras. Ahí la CNN no ha podido ocultar la oreja peluda de su manipulación mediática. Si no fuera por televisoras como Telesur o Cubavisión Internacional, más modestas por los medios de que disponen, pero con apego a la veracidad, no nos habríamos enterado de lo ocurrido realmente en Honduras.
En esta ocasión, incluso personas que no son analistas de prensa, ni comunicadores profesionales han comentado -no sin indignación- el modo en que la CNN ha presentado la información sobre Honduras. Un amigo, que solo está vinculado con el mundo de los medios cuando los lee, ve o escucha, me comentó, “Ni siquiera le dicen al Sr. Micheletti “Presidente de facto”, sino simplemente “Presidente”, mientras que a Zelaya le dicen “Presidente depuesto”, cuando no simplemente “Manuel Zelaya”. No es lo único. Cuando se refieren a las noticias sobre las manifestaciones, las que son de apoyo a los golpistas las califican de “multitudinarias”, o “de miles de participantes” y les dan tiros de cámara favorables, además de ponerlas siempre en primer lugar en la noticia, en segunda van los partidarios del Presidente Zelaya, los que son calificados de “grupos que apoyan a…”.
Entre los momentos de más burda manipulación esta la insistencia en poner en duda el indiscutible carácter de golpe de Estado de la asonada cívico – militar contra la democracia y el pueblo hondureños, por ejemplo, mediante la expresión siguiente: “La gran pregunta, tanto dentro como fuera de Honduras es ¿Fue legal o no la remoción del Presidente Zelaya de su cargo?”. No hay imágenes de la brutalidad de los militares y la policía contra esos manifestantes, tampoco siquiera reconocen que la participación de los partidarios de Manuel Zelaya, presidente legítimo de Honduras, está amenazada por la represión. Pero a menudo repite la CNN que “Estamos dando cabida a todos los puntos de vista”.
La parcialidad de la CNN ha sido evidente también, cuando entrevistando diferentes personalidades éstas les han corregido esas tendenciosas expresiones; las declaraciones acerca de que lo que quieren es dar una información imparcial, más que a modestia y preocupación sincera, suenan a la justificación típica de quien es sorprendido en falta. Ni siquiera, por elemental solidaridad profesional, han insistido en denunciar el cierre de muchos medios de comunicación, que han sido silenciados precisamente porque difundirían esa verdad que dicen estar buscando.
Entrevistado, el usurpador de la silla presidencial en Honduras, declaró que no se opondría a un adelanto de las elecciones. Cuando la CNN da la noticia lo tratan de “Presidente”, “el presidente se mostró dispuesto a” y con ello lo legitiman, lo presentan como alguien que está en su derecho y, además, dispuesto a contribuir a resolver la crisis. Ya no se habla ni siquiera de la “duda” de si ha sido legal o no el zarpazo. Otros catalogan simplemente de “error” lo que fue una acción criminal; uno de los comentaristas de esta cadena dijo: “el parlamento cometió un error en sacarlo de la manera en que lo sacó”, mientras el entrevistado por él, nada sospechoso de ser “pro Zelaya” acotó: “Eso fue un golpe de Estado, no habría otro modo de nombrarlo”.
Por los nefastos efectos de la manipulación mediática de la CNN bien valdría la pena hacer un estudio pormenorizado de toda la cobertura que han dado y darán en lo adelante al Golpe de Estado en Honduras, pero de cualquier manera difícilmente, después de este descalabro de su credibilidad ante los televidentes, la CNN sea para estos la misma.

Darío L. Machado Rodríguez

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