viernes, 3 de julio de 2009

La crisis sanitaria al desnudo

Muchas veces parece que es inevitable el destino de los hombres y mujeres de enfermar y morir. Esta es una verdad a medias, debemos enfermar y morir por causas inevitables.
Con los avances de la ciencia en general y de la medicina en particular muchas de las causas que históricamente diezmaron poblaciones enteras, hoy con medidas simples y de bajo costo, junto con el avance de las comunicaciones para llegar a todos los sectores, podrían evitarse.
La mayoría de las enfermedades que más muertes e incapacidades provocan en nuestro país, están directamente relacionadas con la inequidad, con la pobreza estructural de millones de conciudadanos, y con un sistema público de salud que sólo aparece privilegiado en los discursos de campaña.
Un niño menor de 1 año muere en el país cada 2 horas por causas evitables. Una madre muere cada 28 horas también en su gran mayoría evitable. En el país del trigo 260.000 chicos de 0 a 5 años tienen algún grado de desnutrición 2.100.000 argentinos no tienen asegurada su comida diaria, esto implica aproximadamente que 330.000 familias padecen hambre.
La epidemia de dengue dejó al descubierto la interrelación de factores en el proceso de salud-enfermedad, ya que la reproducción del mosquito tiene que ver con la tala indiscriminada de los bosques, con las condiciones de vida de nuestras poblaciones más desprotegidas y con el abandono por parte de los gobiernos de políticas de prevención de las enfermedades los 365 días del año.
Ahora se suma la Gripe A, con un alto grado de contagiosidad y, según dicen especialistas, con menor mortalidad que la gripe común pero con una población aterrada por la inadecuada información.
Creemos imprescindible que frente a la actual pandemia, se tomen todas las medidas necesarias para reducir los riesgos a la población así como también las destinadas a la protección de los trabajadores del sector.
Además, se deben resolver las otras cuestiones sanitarias que producen en nuestro país cientos de muertes y enfermedades cada año.
Algunas de estas son:
Chagas, es la principal enfermedad endémica de la Argentina: 2 millones de infectados; 10 personas mueren por semana. Se combate con viviendas dignas y fumigación. Se necesitan entre 1000 y 1500 trabajadores de la salud que trabajen en la prevención, sólo tenemos hoy 300. Presupuesto destinado: 66 millones (Programa Nacional de Chagas 16 millones más 50 millones del Banco Mundial).
Tuberculosis: 15.000 casos nuevos cada año. Es la responsable de muchas muertes evitables en adultos. Se necesitan aprox. 4 millones por año para la compra de los medicamentos. Presupuesto actual: 1,8 millones.
La gripe común en la Argentina (año 2007) causó: 1.258.704 de casos denunciados; 22.000 Internaciones; 3.600 muertes.
La bronquiolitis, bronquitis y neumonía son las causas del 50% de las internaciones pediátricas en el invierno en menores de 2 años. Es una de las principales causas, según los especialistas, del aumento de la mortalidad infantil que pasó de 12,9 por mil en 2006 a 13,3 por mil en 2008.
Parte de las causas de estas muertes están dadas por falencias del sistema de salud: consulta tardía por falta de acceso, falta de camas de internación y chicos de bajo peso (falta de control del embarazo, pobreza, mala alimentación). Todas estas causas pueden ser modificadas y las muertes evitadas. Los hospitales están hoy desbordados, al igual que cada invierno, a lo que se agrega esta nueva pandemia.
La falta de elementos de protección para el cuidado de la salud, así como la mala información acerca de las medidas a tomar por los trabajadores de la salud, habla de la falta de valor que las autoridades les dan a nuestras vidas.
La crisis no empieza hoy. En nuestro país vivimos en emergencia sanitaria, como nuestra organización lo viene sosteniendo. El dengue y la gripe A sólo lo están haciendo más visible.
Sólo falta que la emergencia sea reconocida y se invierta en recursos económicos y en políticas públicas universales e integrales. Faltan trabajadores de la salud en el sistema público; la mitad del existente está precarizado a través de perversas formas laborales como becas, subsidios, contratos, reemplazos de guardias etc. Ello provoca que este personal de tanta importancia, formado en la mayoría de los casos por el mismo estado, se encuentren hoy sin trabajo o no trabajando en toda su capacidad.
Basta de hipocresías. No se necesita convocar a estudiantes ni médicas/cos o enfermeras/os jubilados. Atender la crisis es terminar con la precarización, nombrar al personal formado que es mucho y bueno. Valorar la importancia social de los trabajadores de salud frente a la vida/muerte de nuestra gente. Avanzar hacia un sistema de salud universal, gratuito y de calidad, al alcance de cada ciudadano.
Atender la crisis es también recuperar nuestra capacidad de producción pública de medicamentos, no quedando como rehenes de los laboratorios multinacionales. ¿No es posible fabricar los antivirales para la gripe A al mínimo costo en estos laboratorios?.
¿Tiene que seguir siendo el Instituto Malbrán el único lugar a dónde se deriven todos los estudios frente a cada emergencia en el país, a costa del estrés por sobre exigencia de sus trabajadores?
No negamos las necesarias medidas de precaución que están tomando las autoridades. Lo que sí planteamos es que de una vez por todas tiene que haber una convocatoria para para resolver el tema estructural de salud en la Argentina. Los trabajadores tenemos mucho que decir y aportar.

Silvia León, Dirigente de la Rama Salud de ATE; miembro de la Mesa Nacional de la CTA.

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