domingo, 12 de julio de 2009

¡Bestias!

1. No fueron las urnas, fueron las botas militares que pisotearon y las balas que atravesaron cuerpos y legalidades las que se hicieron presentes en Honduras. Y, obviamente, el cinismo de querer justificar el golpe de Estado. Cuando la CNN transmite lo sucedido bajo el rótulo de ‘sucesión forzada en Honduras’ (lo mismo hizo la inglesa BBC), ya se ha alineado políticamente con los intereses de los golpistas. Cuando Hillary Clinton hace piruetas verbales para que el presidente Obama se luzca con una benigna retórica, y éste no ordene cortar los millonarios fondos que los Estados Unidos entregan a las fuerzas armadas hondureñas y a las ‘organizaciones civiles’ y fundaciones, Estados Unidos dan su respaldo político y económico a los golpistas. Cuando la Sociedad Interamericana de Prensa no dice absolutamente nada por el cierre de medios de comunicación hondureños, apoya el cerco comunicacional estratégico de los golpistas. Cuando los medios de comunicación nacionales e internacionales emiten sus noticias llamando al tal Micheletti: ‘presidente interino’, sin ninguna ingenuidad apoyan desde sus trincheras mediáticas a los golpistas…
En este contexto, no es gratuita la percepción respecto a la existencia de un alineamiento veloz y poderoso de la derecha de este continente, a favor de los golpistas. En otras palabras, la derecha ha sonreído con el golpe doble: hacia afuera de Honduras, dirigida al ALBA, y, hacia adentro de aquel país, contra cualquier forma de legitimidad que nazca o pretenda nacer desde el pueblo.
2. En Tegucigalpa, provenientes desde todas partes del país, los miles de manifestantes avanzaron, en forma pacífica, hacia el aeropuerto. Los militares les abrieron el paso para, en acto seguido, emboscarlos y atacarlos sanguinariamente. ¡¡Una EMBOSCADA!! Los francotiradores y el cuerpo de élite apostados en el campo aéreo y sus alrededores abrieron fuego sobre indefensos caminantes y reclamantes, mientras los medios de comunicación privados también emboscaban a ese valiente pueblo ignorando la masacre y manteniendo silencio. Este acto fascista y cavernario nos da la medida de cuáles son los elementos que dirigen el golpe de Estado: unas fuerzas armadas alimentadas por los Estados Unidos durante décadas para destruir los movimientos sociales y populares, terratenientes y empresarios que han abusado del pobre Estado hondureño y han explotado a sus gentes, Iglesias católica y evangélica conservadoras y cómplices, medios de comunicación privados aliados a esos intereses. Todos estos han justificado el golpe.
El panorama anterior no solo revive las temibles dictaduras militares de los años 70 y 80, sino que también es una medida que, respecto a la construcción de democracias más igualitarias, participativas y solidarias, poco o nada ha cambiado en muchos países. Y el silencio de la potencia del norte, refuerza lo anterior.
Pero, esta vez, la derecha parece reorganizarse ideológicamente y, como bestia al acecho, se encuentra pronta a abalanzarse sobre cualquier pueblo o presidente o país.

Marcelo Medrano

mmedrano@telegrafo.com.ec
mmedranoh@hotmail.com

Artículo editorial tomado de la edición impresa de Diario El Telégrafo, Ecuador, del domingo 12 de julio del 2009

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