La economía del país tuvo en 2008 menos empleo, más pobreza y mayor concentración de la riqueza, respecto de 2007, y su actividad ingresó en una fase de estancamiento, según un informe.
La participación de los trabajadores en el PBI se mantuvo estancada al alcanzar el 22 por ciento, por debajo de los valores de 2001.
La cantidad de pobres llegó a los 14,8 millones de personas, mientras que la de indigentes se ubico en 6,2 millones, de acuerdo a las cifras indicadas.
El informe fue realizado por el diputado nacional Claudio Lozano, economista de la CTA, y se distancia claramente de las estadísticas dadas a conocer por el Indec.
El trabajo señala que debido a los impactos que la desaceleración tuvo en 2008, la capacidad que el crecimiento de la economía tiene para generar empleo cayó un 80 por ciento respecto del año anterior.
En ese marco, mientras en 2007 unas 500 personas conseguían empleo por día, en 2008 sólo 19 personas tuvieron la misma suerte.
A su vez, los salarios crecieron un 20 por ciento promedio, lo cual ubicó a la pérdida de poder adquisitivo en valores de 2007, alcanzando el 12 por ciento.
Las subas de tarifas del transporte público (53%), del servicio de electricidad (entre el 75 y 300%), del gas (entre 10 y 30%) y el incremento de los precios de los alimentos (33%) fueron los factores que más influyeron, según el informe.
En la primera mitad del año pasado se generaron en el país 1.200.000 nuevos pobres y 700 mil indigentes.
La tasa de pobreza llegó a ser del 37,5 por ciento y la de indigencia del 15,7 por ciento, involucrando a una población de 14,8 millones de personas y una de 6,2 millones, respectivamente.
A su vez, la participación de los trabajadores en el PBI se mantuvo estancada en valores cercanos al 22 por ciento sin poder recuperar siquiera los niveles del año 2001, que fue del 25,4 por ciento, dijo Lozano.
La masa de ingresos de los sectores populares -que incluye trabajadores urbanos y rurales así como los jubilados y los planes sociales- representó el 28,6 por ciento del ingreso total generado en el 2008, cuando en el 2001 representaba el 32,5 por ciento.
De acuerdo al documento, los problemas económicos de la Argentina son previos al conflicto con el campo (marzo del 2008) y a la crisis financiera internacional.
Ya en el 2007 se vislumbraba el agotamiento de las condiciones que hicieron posible la fase de expansión económica del período 2002-2006.
Aunque la crisis mundial sumó problemas como la fuga de capitales, que alcanzó los 23.098 millones de dólares en 2008, el triple que en 2007.
También se incrementó la presión sobre el tipo de cambio y a una devaluación de la moneda argentina, destrucción del superávit comercial y una fuerte caída en el nivel de actividad.
Además, el informe destacó el desplome de la recaudación fiscal que pasó a crecer a niveles de la mitad del promedio de antes de octubre.
De esta manera, según el informe, las transformaciones de la última década muestran una economía que produce más riqueza sobre una pauta distributiva más inequitativa.
La economía argentina se muestra con menos empleo, más pobreza y mayor concentración económica ingresando en la fase de estancamiento del nivel de actividad.
"Al mismo tiempo, las proyecciones sobre el mercado laboral hacen difícil suponer que el tránsito de dicha fase pueda producir otra cosa que no sea el agravamiento del cuadro social vigente", añade.
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