viernes, 5 de septiembre de 2008

No al pago de la deuda al Club de París

Gobierno y oposición: Serviciales con los ricos, avaros con los trabajadores
El pago de 6.700 millones de dólares de deuda al llamado Club de París, un cártel que agrupa a 19 países imperialistas ladrones que saquean el planeta para su exclusivo beneficio, es una medida completamente reaccionaria que va contra los intereses del pueblo trabajador.
Es probable que, con esta medida, gobierno y empresarios consigan créditos internacionales a intereses más bajos pero los trabajadores seguiremos sometidos a recortes, bajos salarios y explotación.

Una deuda inmoral

La deuda del Club de París, como la mayor parte de la deuda pública y externa argentina, es doblemente inmoral. Primero, porque fue contraída por gobiernos antipopulares e inflada con la deuda privada de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros que le pasaron al Estado sus propios quebrantos y estafas. Segundo, porque ya fue pagada con creces a lo largo de los años y a intereses usurarios.
El propio mecanismo de la deuda externa, impuesta por las grandes potencias imperialistas, incorpora la trampa para que nunca pueda dejar de pagarse.
Desde que Argentina salió del impago de la deuda externa (default) hace 3 años, esta deuda aumentó en 23.000 millones de dólares, hasta alcanzar los 150.000 millones, pese a haberse abonado por ese concepto unos 39.000 millones de dólares.
Esto se debe al incremento de los tipos de interés y a que el 40% de la deuda está en pesos ajustables con la inflación, de manera que por cada 1% de inflación la deuda aumenta automáticamente en ¡548 millones de dólares! Así, los parásitos que lucran con la deuda pública no pierden poder adquisitivo con la suba de precios. Además, una parte de la deuda incorpora un bono especial que premia a los acreedores con una ganancia extra si el PBI (la riqueza generada en el país) crece más de un 4,25% al año. Como este fue el caso en estos 3 años (se creció a tasas del 8%-9%) eso implica pagos adicionales de deuda de entre 500-1.000 millones de dólares anuales.

Quién se acuerda del pueblo trabajador

Pero además de la deuda pública y externa, los empresarios nacionales y extranjeros radicados en el país reciben anualmente más de $30.000 millones en ayudas y subvenciones por parte del Estado. Los empresarios agrícolas y los agroindustriales reciben el 10% de esa cifra, unos $3.000 millones al año, pese a que triplicaron sus ganancias en estos años.
¡Cuántas reformas se podrían hacer a favor del pueblo trabajador, el único que produce realmente la riqueza, con toda esta plata! Estamos hablando de unos $65.000 millones al año. Habría plata suficiente para adecentar los salarios de los empleados públicos (docentes, estatales, municipales), dotar dignamente nuestros hospitales y escuelas; terminar con la indecencia de millones de hogares obreros sin cloacas, o reconstruir el sistema ferroviario nacional a favor de las necesidades sociales.
Se podría hacer todo eso .... si al frente del gobierno estuvieran verdaderos representantes del pueblo trabajador, y no agentes serviles de esos mismos ricachones que lucran con el sudor y el hambre del pueblo, como es el gobierno actual, pese a su retórica demagógica "contra los 90".
Los trabajadores están condenados a descargar su bronca haciendo puebladas como en las Estaciones de Merlo y Castelar (TBA), hartos de las demoras, interrupciones y de viajar como ganado, pero el gobierno prefiere destinar 3.600 millones de dólares al Tren Bala para que los ricos viajen cómodamente a Córdoba.
Por todo esto, tiene razón el gobierno cuando dice que no tiene más dinero que dar este año a los empleados públicos, a los jubilados, a los hospitales y las escuelas ¡Ya arregló para dárselo todo a los patrones y capitalistas parásitos!

La derecha y los empresarios aplauden el pago

Pero los mismos reproches hacemos a la oposición: Carrió, Macri, Duhalde, Binner, y a la prensa que dirigen los patrones: Clarín y La Nación. Todos ellos han apoyado el pago al Club de París, e incluso algunos de ellos han recriminado al gobierno que lo hiciera tarde y de manera desprolija. Ellos no son la alternativa. Para decir toda la verdad: son, incluso, más serviles con los capitalistas que el actual gobierno.
Tampoco sorprende que las patronales aplaudan esta medida (UIA, AEA, Sociedad Rural) ¡No tienen que reclamar salarios bajos, ni se atienden en hospitales con falta de insumos! De nada vale que venga ahora Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, a lavarse la cara criticando la medida del gobierno, cuando él se alineó con los grandes enemigos del pueblo trabajador en el llamado "conflicto del campo" para salvarle las papas a esta gente, la misma que lucra con el hambre del pueblo.

El Militante

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