jueves, 25 de septiembre de 2008

Homenaje al comandante Manuel Marulanda Vélez


ALFONSO CANO/Comandante de las FARC

Agradezco en nombre de los guerrilleros que conformamos las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo, de los milicianos bolivarianos, de los militantes del Partido Comunista Clandestino y de los integrantes del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia este significativo homenaje en la cuna del Libertador Simón Bolívar, al comandante Manuel Marulanda Vélez,6 meses después de su muerte física en las montañas de nuestro país.
Merecido tributo a un verdadero mariscal de la guerra de guerrillas revolucionarias y de la libertad, nacido el 13 de mayo de 1930 en Génova pueblo enclavado en la Cordillera Central, que obligadopor las circunstancias a alzarse en armas ante la agresión institucional que asoló los campos y las ciudades colombianas,lideró paso a paso y sin interrupción durante 60 años,la construcción de un ejército revolucionario, desólidos principios comunistas e ideario bolivariano en lucha por el poder del Estado, armado con una propuesta programática unitaria y popular, de democracia avanzada y de integración latinoamericana, excepcional sintetizador de la experiencia individual y colectiva, de esos que, como decía Jacobo Arenas' en supráctica diaria le arrancaba las verdades a la vida',entendió que solo sobreviviría a la agresión sise organizaba y enfrentaba pelea contra el terror oficial y el despojo de tierras encabezado, este último, por los dueños de las grandes haciendas opuestos a la ley de tierras de 1936, quecorrían los cercos de sus propiedades por encima de loscadáveres y las desgracias del campesinado, su legítimo dueño, en una orgía criminal patrocinada e instigadadesde las grandes ciudades y que, escondida tras la cortina de una confrontación entre los partidos liberal y conservador,respondía realmente a la filosofía del despojo, a la agresión de los ricos contra los explotados, de los grandes hacendados contra los campesinos pobres.
Toda esta vorágine social y política de los añoscincuenta, cimentó en Pedro Antonio Marín conciencia detrabajador agredido por el Estado y por los poderosos, asícomo confianza en la eficacia de una resistencia organizada y legeneró elementos primarios pero sólidos sobre elcolectivismo y la solidaridad como referentes fundamentales de lo queserían sus proyectos definitivos. Esa misma dinámica lollevó a comprender que la superación de la violencia que afectaba al país,radicaba en las definiciones delgobierno central y por tanto eran básicamente políticas.
Y así, al calor de largos años de combates, de organizar militar y socialmente a la población, en medio del fárrago criminal de la oligárquica estrategia de 'a sangre yfuego', de la engañosa pacificación promovida porla dictadura militar,de la movilización obrera contra la presencia colombiana en la guerra de Corea, del pujante desarrollo delos movimientos revolucionarios y de liberación nacional en elmundo y de la revolución cubana en particular, definiósu condición de militante comunista: su compromiso de vida estaría del lado de los explotados, y su existencia seríauna lucha intensa, organizada y hasta el fin por la defensa de los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad, por la conquista del poder político que instaure un régimen dedemocracia avanzada con justicia social como paso y parte inicial dela revolución socialista.
Entendía,por su propia experiencia, que las vías escogidas por cadapueblo para alcanzar esos objetivos no dependen de la voluntad denadie en particular sino de las opciones y espacios que el Estado permita. También, que no existen recetas ni formulasuniversales para avanzar en los procesos revolucionarios por el podersino que cada pueblo, acorde a su historia y particularidades valabrando su propio camino. Por ello el surgimiento de las FARC en ladécada de los años sesenta fue ajeno a la concepciónfoquista irrigada entonces por Latinoamérica como consecuenciadel triunfo del ejército rebelde de Fidel a quien admiró especialmente.
Y así, bajo el liderazgo del comandante Manuel Marulanda Vélez,que siempre unió, convocó, colectivizó, hermanó,comprometió a muchos en la elaboración de los planes yen su cumplimiento, se avanzó de lo elemental a lo complejo.Desde el pequeño núcleo de 42 campesinos en Marquetaliase instrumenta el proceso revolucionario colombiano con un verdaderoejército y paso a paso, con el correr del tiempo y el accionarpermanente, se recogen las experiencias y perfeccionan los elementosque dan cuerpo, estatura, cohesión y proyección a nuestra estructura político-militar como una alternativa depoder:
-Unas normas de comando, unos estatutos y un reglamento de régimendisciplinario.
-Un programa de gobierno sintetizado en la PlataformaBolivariana por la Nueva Colombia como propuesta al pueblo colombianoque materializa reivindicaciones sociales, económicas ypolíticas fundamentales para salir de estado del terror, de lainjusticia social y del arrodillamiento frente al imperio en que nosha sumido la oligarquía colombiana y que nos enrumba hacia laPatria Grande y el Socialismo.
-La Campaña Bolivariana por la Nueva Colombia, que señalizalas tareas políticas y militares a desarrollar para lograr la confluencia del Movimiento de masas con el accionar guerrillero quelleven a la conquista del poder del Estado.
-El Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, de carácter eminentemente político, de gran amplitud para promover la Plataforma y organizar la lucha de masas en todos los sectores de la sociedad.
Haber convertido a las FARC-EP en una verdadera y real alternativa política, fraguada en la cotidianidad de centenares decombates militares y confrontaciones políticas, es una victoria del esfuerzo de muchos pero es resultado directo eindiscutible de la conducción del comandante Manuel Marulanda Vélez que resume así su polifacética calidad como revolucionario, guerrero, estratega militar, organizador,político audaz y estadista, síntesis difícil deencontrar en un solo individuo y que lo eleva al pedestal de losgrandes revolucionarios de nuestra América en todos los tiempos.
Su decisión de alcanzar las transformaciones sociales y políticaspor las vías menos dolorosas fue permanente. Consciente que en las guerras los más afectados son los sectores populares,buscó sin descanso los caminos de reconciliación de lafamilia colombiana a través de acuerdos y propició persistentemente el diálogo con los distintos gobiernos, que sin excepción, pretendieron por esa vía, someter suvoluntad de lucha a cambio de migajas, o, como en las conversaciones del Caguán, sólo ganar tiempo para fortalecer suscorruptos aparatos de guerra bajo las humillantes condiciones impuestas por el gobierno de Washington.
El comandante Manuel Marulanda explicaba que una solución diplomática del conflicto solo sería posible con unalucha de masas muy combativa dada la esencia extremadamente violentay rapaz de la oligarquía colombiana.
Sus últimos 6 años los vivió a plenitud, enfrentandola más grande ofensiva militar contra insurgente desarrolladaen Latinoamérica: cerca de 400.000 efectivos de la fuerza pública, con un plan elaborado en Norte América,financiado, dotado y controlado por Washington y dirigido sobre el terreno por oficiales gringos pretendiendo la imposible misiónde doblegar la decisión de lucha de un pueblo.
Murió invicto nuestro comandante a los casi 78 años, en medio de las selvas y con el tranquilo acompañamiento de los suyos.
Enemigo absoluto de las lisonjas y de cualquier intento de culto a supersona, nos inculcó en sus cátedras y con su ejemplola trascendencia de anteponer los intereses colectivos a losindividuales, el desprendimiento personal en beneficio de los máscaros intereses del pueblo, la defensa intransigente de los principios y lo definitorio de la práctica de una direccióncolectiva que garantiza certezas en la conducción del movimiento.
Todas esas enseñanzas nos han facilitado ir asimilando su ausencia física y proseguir la materialización de nuestrosplanes de corto, mediano y largo plazo, en el marco de la estrategiade las FARC- EP y de nuestros postulados programáticos aprobados por las Conferencias Nacionales y los plenos del Estado Mayor Central. Nuestra consigna es 'La tarea de Bolívar y Manuel está por hacer y la debemos cumplir'. Hemos jurado vencer y venceremos!
La obra de Manuel Marulanda trascenderá esta horrible noche del terror paramilitar que azota a Colombia, de la guerra sucia,la corrupción administrativa, la injusticia social y el arrodillamiento oficial del gobierno ante la Casa Blanca. La grandeza inconmensurable del comandante, como la del libertador Simón Bolívar, terminará aplastando la mezquina criminalidadde todos los santanderes de ayer y de hoy.
Con Jorge, Timo, Iván, Joaquín, Mauricio, Pablo y todos los mandos y combatientes de las FARC-EP, agradecemos a lasorganizaciones políticas y sociales, Coordinadora ContinentalBolivariana y al hermano pueblo venezolano este enorme gesto.Rendimos postrer homenaje a nuestro inolvidable comandante en jefe y también a Jacobo, Nariño, Raúl, Iván Ríosy a todos aquellos héroes que hoy y ayer ofrendaron su vidapor la hermosa causa de la Gran Colombia, de la independencia y de lalibertad.
Seremos fieles a la frase final del último mensaje de Manuel al Secretariado, fechada el 21 de marzo, que compartimos con todos: 'Nosiendo otro el motivo de la presente me despido de ustedes con unfuerte abrazo revolucionario y Bolivariano, a la espera que podamosresponder con éxito al clamor nacional en campos y centrosurbanos en la lucha por la paz con Justicia Social y Soberanía,utilizando la acción de masas en sus diversas modalidades'.

Porla Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo: venceremos!

Por el Secretariado de las FARC- EP.

ALFONSO CANO

Montañasde Colombia, Septiembre 26 del 2008

Homenajeal comandante Manuel Marulanda Vélez

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