viernes, 12 de septiembre de 2008

Una de las últimas entrevistas a Celia Hart


¿Qué te pareció el Congreso del MST?
Me pareció realmente excelente y estoy muy gratificada porque conocí este partido por primera vez en el 2004, después en el 2006 y ahora veo la evolución de lo que a mí me gusta, que no tiene que ser la correcta, pero van en ese camino. Estoy muy emocionada por la trayectoria que están teniendo, la forma de enfocar los problemas, por la madurez política que han demostrado, por su interés internacional, por su reposicionamiento en el país. Y creo que estoy realmente conforme con todo, esencialmente.
¿Qué cambios notaste en tu última visita a la Argentina?
La situación en la Argentina, pues como ya está claro, y lo veo más claro ahora, aunque lo voy a seguir de forma más fría desde Cuba, por las notas y demás uno se da cuenta de que el país ya no acepta muchas de las cosas que están pasando. Esta vez se desbocó por el campo, pero realmente lo que está reflejando es que hay un daño, hay una quiebra del sistema impuesto por Kirchner, como estará en muchos otros países que le quieren dar la mascarada nacionalista o populista, y no lo logran hacer. Esa mascarada, yo siempre digo, que hay que tener mucho cuidado porque primero el capitalismo vino con alianzas, por ejemplo la Alianza para el Progreso, después vinieron las dictaduras militares y también se quebró, después vino el sistema neoliberal, también quebró. Y hay que tener cuidado con esta nueva mascarada, que no trate el gobierno argentino de querer emparentarse con los otros países que en la región están teniendo un movimiento hacia la Revolución, un movimiento revolucionario, con sus zig-zags, con sus vaivenes, como es el caso de Venezuela, Bolivia, Ecuador. Y yo pienso que muchos otros países lo que tienen es una mascarada nacionalista que también se está quebrando. Ya no le va a quedar mucho maquillaje. Ya han probado todas las formas, y bueno, me voy con esa impresión, de que hay que estar con la herramienta bien puesta, que no vuelva a pasar como en el Argentinazo, que no había, a mi juicio, una herramienta que pudiera capitalizar ese desborde popular que hubo en el 2001.
Estuviste hablando de Latinoamérica. ¿Cuál es tu impresión de la situación actual, qué pasa en Bolivia, en Venezuela?
Bueno yo pienso, a grandes rasgos, hago la caracterización de tres bloques de América Latina: bloques que no tienen discusión. El bloque de derecha, como es el caso más espectacular Colombia, que se ha convertido en el portaaviones norteamericano. O incluso México, que son gobiernos absolutamente de derecha que no tienen discusión. Están los otros gobiernos. No voy a hablar de la Revolución Cubana, que es una Revolución Socialista, que es otra cosa. El caso de Venezuela, Ecuador, Bolivia, pues están teniendo posiciones que sí son nacionalistas populares, con los zig-zags de no haber roto con el Estado burgués, eso es otra cosa. Pero están teniendo aceleradamente pasos que sí de verdad son de gobiernos populares. Y este otro grupo de países en los que englobo a Argentina, Chile, Uruguay y Brasil, que le han querido dar un tono nacionalista a gobiernos que no lo son, pero que se presentan así porque no tienen otra forma de presentarse. Los revolucionarios tenemos que tratar de diferenciar eso.
Ya que nombraste a nuestra querida Cuba, ¿cómo es sin Fidel en el gobierno?
Bueno, fue difícil. Fidel se ha convertido en un colega de los medios, está escribiendo muchas reflexiones. Es un momento para reflexionar. En el caso de la Revolución Cubana estamos todos a la expectativa de lo que pueda pasar en el Congreso del año que viene, en setiembre del 2009. Hay algunas medidas que ha tomado Raúl con un carácter, yo lo traté de poner en el artículo de la Revista de América, que si bien son de demanda popular, pues pueden tener un perfil un poco más de, digamos, reforma. Lo que sí quiero dejar claro es que en Cuba no va a ser fácil una restauración capitalista por la tradición que hay allí. Y además tenemos la experiencia de otros países, de otras revoluciones. Y el propio Fidel, en noviembre del 2005 dijo que la Revolución solo podía morirse desde adentro. Con esas reflexiones y con el velo internacional de la Revolución Cubana, yo pienso que tenemos que estar. No es lo mismo con Fidel que sin Fidel. No es lo mismo la Revolución Rusa con Lenin que sin Lenin. Decir que no pasa nada es infantilismo y superficialidad, claro. Teníamos a un guerrillero revolucionario indiscutible en el gobierno de Cuba y pues, tenemos a Raúl ahora, que es una persona muy eficaz, muy administradora y muy buena, pero que no es Fidel. Si me preguntan rápido que pasará cuando Fidel no esté… Que vengan nuestros cinco compañeros, como ustedes que tuvieron a bien aprobar en la resolución, que me ha hecho, además, muy feliz que un partido trotskista se engrampa con las campañas internacionales de esa forma. Ya veo que esta vez los trotskistas, pase lo que pase, no nos van a dejar solos como nos dejaron en el ´59.
Todo esto que acabás de señalar implica que puede haber distintos proyectos. ¿Cuáles son las perspectivas?
Bueno, puede haber muchísimas cosas. Te estoy diciendo que hasta el mismo Fidel dijo que puede destruirse la Revolución. Yo no tengo la bola de cristal. Nosotros los que estábamos con Fidel pensábamos que así era para toda la vida. Él ha sido el líder. Porque bueno, Lenin no duró mucho, Mao, el Che… y bueno, Fidel fue al que le tocó durar mucho tiempo, a pesar de los 600 atentados que le han hecho. Los cambios que se han hecho también provienen de las elecciones en EE.UU. O sea, aunque Obama dijo que no quiere saber de Cuba, pero va a tener una estrategia diferente con Cuba. Que puede ser peligrosa. Paradójicamente la de McCain es otra: es otra vez empezar a engrasar los fusiles… ya está claro lo que va a pasar. Obama se opuso a darle dinero a la contrarrevolución a no ser que demuestre su eficacia para tumbar la Revolución. Porque él es un hombre inteligente, pero no quiere el régimen de Cuba. Y claro, a la política a tomar, como es su nueva administración, le decimos "el abrazo de la muerte": flexibilizar las relaciones con Cuba, conversar con determinada gente del gobierno que pueda tener determinadas posiciones. O sea, es diferente, no sé si me entiendes, depende de las elecciones en noviembre, depende de lo que pase en noviembre en Venezuela. Porque ver a Cuba aisladamente del resto de América Latina es un error. El futuro de Cuba está en las calles de Caracas. Lo que deciden ustedes aquí en Argentina repercute en Cuba. Hemos estado 50 años solos. Por primera vez necesitamos colaboración revolucionaria en cada uno de esos países. Entonces no logro verlo como un caso aislado, a no ser en lo que repercute en los demás procesos que están en lucha en América Latina.
Justamente me llevás a la otra pregunta: ¿Qué opinás de la política internacional de reagrupamiento?
Me parece muy bien. Es uno de los intentos más serios que he tenido, y mira que yo he andado por este mundo con cualquier cantidad de tendencias revolucionarias, viendo, mirando. Pero yo pienso que está claro que cuando viene una situación de lucha de clases, los dos enemigos de la revolución, que uno es el sectarismo y el otro es el reformismo, pues se juntan. En el caso de Venezuela, del referendo, nos reunificó. En ese momento cuando estábamos con los compañeros del reagrupamiento fue un momento crucial. Eso no se olvida, no pasa como una simple asamblea o un congreso. Y yo pienso que el reagrupamiento es muy importante. Y pienso que es la misma posición que tienen los compañeros del P-SoL. Y Marea Socialista que es mi hermana, Gonzalo es casi mi camarada. Yo estuve ahí cuando la fundación de Marea Socialista y creo que si ahora nos vemos y podemos hacer todo lo que se planifica para el 50º Aniversario de la Revolución va a ser un momento importante. Que a partir de esos puntos tendríamos que hacer una cosa igual con Bolivia, con Ecuador, qué se yo... Creo que vamos muy para adelante. Ahora mismo yo voy para Panamá. Transmitiré todo lo del Congreso. Yo estoy muy optimista. Como digo, cuando uno está tan optimista, del 100% le sale el 10. Pero con todo este sueño que tenemos, si del 100% nos sale el 10 ya es bastante.
¿Querés agregar algo más?
No; quiero nada más que felicitarlos a ustedes realmente, y agradecerles lo feliz que me han hecho sentir estos días del Congreso, que he sentido una felicidad como si me hubieran regalado, no sé, una casa nueva, un auto nuevo, porque esta es la felicidad que los burgueses nunca van a entender.

Entrevistó: Fabio Marucci

(MST: Alternativa Socialista Nº 483, 10 de setiembre de 2008)

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