jueves, 17 de julio de 2008

RETENCIONES RECHAZADAS EN EL SENADO


Mamarrachos a la interna del "proyecto nacional y popular"

Y finalmente, pese a la insistencia argumentativa de un desesperado Miguel Pichetto, el vicepresidente Julio Cobos votó en contra del proyecto de retenciones móviles, tras el empate en senadores. La medida, que según voceros variopintos del oficialismo suponía la profundización de un proceso de redistribución de la riqueza, quedó anulada. El espacio kirchnerista, tejido a la anchas en tiempos de victorias, continúa resquebrajándose en cada resbalón.
Los popes de la patria sojera, que durante el período kirchnerista aumentaron sus ganancias exponencialmente, disfrutan de la relación política de fuerzas que les es favorable. Los intentos de golpe institucional carecerán de sustento: esta vez la negativa vino de adentro, del puro rosqueo de los propios y el soñado -y esbozado- sistema bipartidario de centro, con una versión progresista que encarnaría el kirchnerismo. Sus capacidades de bloqueo en términos de avance de políticas populares quedaron hoy marcadas.
“Que se rompa pero que no se doble”, insistió Picheto citando a Yrigoyen ante un vicepresidente que se encorvaba pidiendo cuarto intermedio a ver si algún senador cambiaba su voto. El mendocino apeló tembloroso a un supuesto “consenso” que a esa altura era imposible. Si hubiera encontrado un helicóptero, seguro lo abordaba. Ya varios senadores del bloque oficial habían cruzado el charco.
Como un símbolo, inmediatamente los militantes de los movimientos sociales se desmovilizaron de Plaza Congreso, donde el vice los dejó sin nada y donde ya no tenían rol que sostener. Embretados en agenda ajena, abandonados a instancias en las que no tienen incidencia, un ex gobernador conservador define por todo el declamado proyecto nacional y popular y ahora habrá que acatar. “Más democracia” defendían los carteles del acto oficialista del martes. Allí habló Daniel Scioli, otro de los cuadros oficiales.
“Por un país federal, eso es lo que se está construyendo”, gritó eufórico y psicótico Eduardo Buzzi, de Federación Agraria, en el Rosedal, acompañado de buena parte de la derecha que el kircherismo no contiene, a la que el federalismo nunca le importó y mucho menos, claro está, ningún atisbo de la más mínima redistribución de "sus" ganacias.
Hacia dónde buscará oxigeno el oficialismo en un momento de insoportable retroceso de su consenso; cómo salir de un atolladero en el que se asimiló linealmente retenciones a redistribución; y sobre todo, el futuro de una derecha que se demuestra como opción válida, inclusive para parte de la tropa oficial que no desconoce esas lides. Desafíos de un gobierno que en la peor noche, dependió de un político como Cobos. Iba a pasarle alguna vez, de tanto cobijarlos.

PRENSA DE FRENTE

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