M. Valverde
Una de las características de la crisis económica es la violencia con la que se están deteriorando los indicadores económicos y su consiguiente plasmación en el fuerte crecimiento del paro.
Así, el desempleo aumentó en el segundo trimestre del año en 207.400 personas, pero es que desde el mismo periodo de 2007, el incremento es de 621.600 personas, lo que supone un aumento del 35,32%. Todo ello, eleva las cifras totales a 2.381.500 desempleados; cifra que no se alcanzaba desde el cuarto trimestre de 2001. La tasa de paro se eleva al 10,44% de la población activa, lo que no ocurría desde el tercer trimestre de 2001. De hecho, y a la espera de lo que diga hoy el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, ya ha quedado desfasada la última previsión oficial, sittuada en una tasa de paro equivalente al 9,8% de la población activa. Incluso, el ritmo de crecimiento del desempleo amenaza con superar este mismo año la última previsión que hizo el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, al calcular la tasa de paro a finales de 2009 en el 11% de la población activa.
Sin duda, el fuerte deterioro del mercado de trabajo se debe al declive de la construcción y a su repercusión sobre el resto de los sectores, o subsectores, de la economía. En el segundo trimestre, la construcción destruyó 122.400 puestos de trabajo, y 215.700, en el último año. En términos relativos, e interanuales, la ocupación en el sector está cayendo un 8%, casi el doble de lo que ocurre en la agricultura, que es el otro sector que destruye ocupación. La caída de la actividad en la construcción ha provocado que el paro en el sector haya aumentado en el último año casi un 130%, hasta 211.600 personas.
Precisamente, la Encuesta de Población Activa demuestra también que la industria está muy lejos de tomar el relevo de la construcción como motor de la economía y, en consecuencia, que llevará mucho tiempo el cambio de modelo productivo, tan deseado por el Gobierno, la patronal CEOE , el Círculo de Empresarios, los sindicatos y los numerosos gabinetes de análisis económicos.En términos anuales, la ocupación en la industria apenas crece un 0,91% y se muestra incapaz de absorber toda la demanda de trabajo.En el último año, el paro en este sector ha crecido un 50%.
En medio de tantos datos malos, y paradójicamente, se puede decir que la destrucción de empleo está provocando el descenso de la tasa de ocupación temporal. Así, y por primera vez desde principios de los años noventa, la tasa ha bajado del 30%, hasta el 29,39% de los asalariados.
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