viernes, 25 de julio de 2008
La historia del hombre que filmó su propio asesinato
ANRed asistió al preestreno del documental "Aunque me cueste la vida", de los realizadores Silvia Maturana y Pablo Navarro Espejo, que aborda la biografía de Leonardo Henrichsen, el reportero argentino que filmó su propia muerte en el golpe de Estado en Chile de 1973. "Quizá la película sirva en el camino de la justicia negada, y si no, quedará como testimonio universal de que 30 años después, Leonardo volvió a La Moneda, pero no como fusilado, sino como memoria de la derrota de sus fusiladores", señaló a ANRed el escritor Modesto Guerrero, autor del libro en el que se basa la película.
La imagen es conocida, y recorrió el mundo en su momento, como un símbolo de lo que se venía: el 29 de junio de 1973 un camarógrafo argentino registra con su cámara un levantamiento previo al golpe de estado que derrocaría en ese entonces al presidente socialista Salvador Allende, conocido como "el Tanquetazo".
Registra unas corridas en una esquina de la capital chilena. Registra una de las tanquetas y una camioneta llena de militares que disparan al aire para despejar de transeúntes el lugar. Registra a uno de ellos, el que está a cargo, dando órdenes. También disparando al aire.
Mirando hacia todos lados. Mirando, de pronto, a la cámara. Apuntando, increíblemente, y luego disparando, también a la cámara, que luego de estar filmando un instante más, cae inexorablemente al asfalto. El reportero argentino Leonardo Henrichsen había filmado su propio asesinato.
Ese sólo registro fílmico, contundente e inédito, y el contexto en el cual se dio, habría bastado para justificar la puesta en marcha de la realización del documental "Aunque me cueste la vida" , de los realizadores Pablo Espejo y Silvia Maturana, que conforman "Adoquín Video".
Pero los méritos del documental (basado en el libro biográfico sobre Henrichsen, "Reportaje con la Muerte" , del escritor venezolano Modesto Emilio Guerrero, y la investigación sobre la identidad del asesino, realizada por investigador chileno Ernesto Carmona) van más allá.
No sólo buscan y encuentran al asesino de Henrichsen, Héctor Bustamante Gómez, al cual se ve huyendo por las calles de la localidad chilena de Conchalí, sino que también da muestra de toda una trayectoria de un ser humano y de un reportero de riesgo cuya tarea lo va convirtiendo poco a poco en alguien que empieza a tomar como militancia el hecho de dar testimonio de lo que sucede en la región. Entonces, el documental nos cuenta como va registrando, y siendo partícipe, de la Revolución Cubana, de los episodios del Cordobazo, del terremoto de Managua, en la Nicaragua de Zomoza, entre otros hechos.
Uno de los entrevistados de la película sostiene que la imagen de su propia muerte lograda por Henrichsen "condensa el clima de época, anticipando lo que iba a pasar en Chile, como laboratorio de prueba de los golpes que luego se iban a llevar adelante contra toda la izquierda latinoamericana" .
Es en este sentido, entonces, donde se puede afirmar que el documental nos ofrece el testimonio vivo de alguien cuya praxis lo va cambiando y formando. Un trayecto que va de aquel reportero de riesgo y aventurero que comienza su oficio en "Sucesos Argentinos", al que luego, finalmente, se forma como reportero de golpes de estado y revueltas populares, dando testimonio de toda una época.
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Ficha técnica:
Producción general: Adoquín Video Dogital.
Guión, realización y montaje: Pablo Navarro Espejo y Silvia Maturana.
Investigación periodística: Modesto Guerrero y Ernesto Carmona.
Duración: 85 minutos.
Contacto: www.adoquinvideodigital.com.ar / adoquin@fibertel.com.ar
Proyección: Ayer fue el pre-estreno. Aún no tiene salas asignadas el documental.
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"Yo mostré la mitad de la historia, ellos la otra mitad"
ANRed entrevistó al escritor venezolano Modesto Emilio Guerrero, coautor, junto al investigador chileno Ernesto Carmona, de "Reportaje con la muerte", una biografía de Leonardo Henrichsen. El escritor reflexionó sobre los puntos de contacto y las diferencias entre el documental de Maturana y Espejo, y el libro, además de la importancia simbólica que tiene hoy la historia del reportero argentino.
ANRed: ¿Cómo y cuándo surge la idea del documental acerca de Leonardo Henrichsen?
Modesto Guerrero: La idea de hacer una realización cinematográfica en formato documental nació un año después de publicado el libro en 2002, en Buenos Aires. La idea surgió en la casa de Pablo y Silvia tomando mate, comiendo empanadas y hablando sobre el libro "Reportaje con la Muerte", y los efectos en el ámbito de la vida política, que es un aspecto que trato poco y con prudente distancia en el libro.
Ellos dos le dieron una dimensión que apenas se asoma en el libro: el de los derechos humanos contenidos en el acto de muerte de Leonardo. De allí el epígrafe de "Aunque me cueste la Vida": "Primeras imágenes del genocidio". Yo lo anuncio en el texto, ellos lo llevan hasta sus últimas consecuencias.
En esa medida, y en los aportes que profundizan la historia de Leonardo Henrichsen, la película de Pablo y Silvia tiene dos valores agregados. Ellos muestran por primera vez de manera y en forma masiva, el rostro del asesino y cómo fue "cazado" en un barrio oculto de los arrabales de Santiago. Eso es un mérito en doble sentido. Primero, encontrarlo; segundo, completar el relato con la contraimagen, o contraplano, con la cara del autor de la muerte de Henrichsen. Yo mostré la mitad de la historia, ellos la otra mitad.
ANRed: ¿Qué importancia encuentra en su historia?
M.G: La importancia de la historia de la muerte de Leonardo radica en dos hechos que se interrelacionan: Primero, fue la imagen más llena de patetismo humano del genocidio que se asomaba con los golpes militares de Yakarta, Brasil, Ecuador, Bolivia y Uruguay, que luego continuaron con Argentina y otros países; segundo, se trató del primer periodista que moría asesinado en medio de un golpe de Estado durante todo el siglo XX, el siglo de los golpes de Estado.
Esos dos hechos valían la película y la biografía, pero hay más. Leonardo fue un reportero de riesgo, cubrió 23 golpes de Estado, se largó a la selva de Camiri, en el sur boliviano, en 1967, a buscar al Che para entrevistarlo; allí conoció a uno de los amigos del guerrillero, el otro argentino Ciro Roberto Bustos, dibujante y militante relacionado con el Che, que en 2007 publicó en Buenos Aires su autobiografía donde relata su historia con el Che y devela información de quienes entregaron al Che.
Régis Debray acusó siempre de eso a Ciro, y Ciro cuenta su historia. Leonardo conoció a Ciro en una celda de Camiri, mientras al lado procesaban a Debray. Leonardo estuvo preso con Ciro, pero no por guerrillero sino por desobedecer una orden militar de no filmar el proceso contra Debray.
Leonardo fue uno de los más completos camarógrafos y mejores reporteros de imagen en situaciones de violencia que tuvo Argentina entre finales de los 60 y 1973. Así lo reconocieron muchos colegas de él, y sobre todo la exigente TV sueca, que lo contrató por su excelencia. Su vida fue una ventura dentro de una generación que vivía la aventura más romántica del final del siglo XX, surgida de la Revolución Cubana. Su valor nace ahí, en su contexto social, histórico, generacional, al que él aportó su cuota de heroísmo y sacrificio. Aunque Leonardo no llegó a ser militante, es perceptible en su conducta su radicalización política en el terreno de la conciencia antimilitarista, es decir, democrática.
ANRed: ¿Cuál es hoy en Chile la situación penal de sus fusiladores y del oficial que ordenó el fusilamiento del documentalista?
M.G: El oficial que ordenó su fusilamiento murió en noviembre de 2007 en Santiago, de una enfermedad. Por lo menos eso es lo que informaron las autoridades. Tratándose de Chile, aún bajo la sombra jurídica del pinochetismo, hay derecho a dudar de su muerte, luego de saber que el mismo Estado lo cubrió y protegió bajo otra identidad por más de 30 años.
El abogado chileno de apellido Villarán, lleva adelante una causa en la que exige al Estado chileno en la instancia judicial, para que se declare el caso como "crimen de lesa humanidad", usando para ello los mismos argumentos de la Junta Militar de Pinochet, el día que se instauró como poder de Estado.
Hasta ahora, a Villarán le han rechazado todos sus pedidos, incluso los que ha hecho en nombre de los familiares de Leonardo en distintas oportunidades. Es un caso políticamente abierto, aunque judicialmente incierto, tratándose del Estado chileno.
Esperamos que la película sirva a la causa de Villarán. El hecho de que la avant-premiére de la película vaya a ser el 29 de julio en el Palacio Presidencial de La Moneda, en Santiago, quizá sirva en ese camino de justicia negada, y si no, quedará como testimonio universal de que, al final, 30 años después, Leonardo volvió a La Moneda, pero no como fusilado, sino como memoria de la derrota de sus fusiladores.
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