martes, 2 de julio de 2024

Cristina Kirchner: “Yo no quiero que Milei fracase”


Lo afirmó en una entrevista al tiempo que reivindicó el “fin de las ideologías”. 

 La expresidenta y vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner protagonizó un extenso reportaje donde, entre varias afirmaciones, afirmó que no quiere que Milei fracasa, y reivindicó la vigencia del peronismo en un mundo donde para ella “no existen” más los antagonismos ni la lucha de clases. Una visión estrecha de la Argentina, donde las prioridades deberían estar en el pago de la deuda, el ingreso de dólares y la “productividad” del trabajo.
 La entrevista tuvo lugar en el programa de Streaming Gelatina, conducido por el militante peronista Pedro Rosemblat, con motivo del 50° aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón, lo que permitió que el diálogo fluyera entre el pasado y el presente. 
 Cristina fue categórica al señalar que para ella el gobierno de Javier Milei está en manos de una “derecha anacrónica” que “habla de comunismo” y se “quedó en la Guerra Fría”, diferenciándola de la derecha internacional y europea con perfiles más “técnicos”. 
 Esto va de la mano de otra definición de la exmandataria que afirma que “el capitalismo ha dejado de ser una ideología: es un método más eficiente para producir bienes y servicios hasta la actualidad”, por lo que la acción política solo debería circunscribirse a los estrechos margen de las relaciones sociales imperantes. 
 Las afirmaciones de Cristina buscan anular la lucha de clases, poniéndole un cierre definitivo a la historia, como reza la ideología liberal desde la caída del Muro de Berlín, la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría. De allí que su “respaldo” de Milei repose en el marco de sostener las relaciones de clase existentes, cuando los trabajadores buscan las vías para luchar contra las consecuencias de los gobiernos de ajuste. 
 No es para sorprenderse. En otro tramo de la entrevista, Cristina señala que “el deterioro de las Fuerzas Armadas comienzan con el bombardeo en Plaza de Mayo” y que “el 55 es el inicio de la violencia política en siglo XX”, obviando toda la historia de sangre, represión y fusilamientos del Ejército Argentino contra el sindicalismo anarquista y socialista de principios del siglo XX. 

 Un problema de dólares 

Para Cristina todo el problema de la Argentina radica en el pago de la deuda externa y cómo conseguir los dólares para hacerlo. En este punto, si bien intenta diferenciarse de Milei respecto al ajuste fiscal, Cristina presenta una propuesta similar a la del actual presidente, pero con matices. 
 La exmandataria no reniega de la Ley Bases y/o el Rigi, sino del “bajo precio”, de remate, de los recursos nacionales. Para Cristina se trata de negociar un mayor ingreso de dólares para cumplir con el mismo objetivo que Milei: pagar la deuda. 
 “Debemos, según el último reporte del FMI, 400 mil millones de dólares. ¡Y estamos proponiendo un modelo extractivista que no nos deja un dólar!”, afirma la exmandataria, dejando en claro que se trata de un problema de “cantidades”. Cuando Cristina afirma que “no quiere” que Milei fracase omite que su éxito es directamente proporcionar a los padecimientos y el empobrecimiento de la población trabajadora. 
 En otras declaraciones, Cristina vuelve a hacer hincapié en el problema de la productividad, de la misma forma que en su carta había recomendado una reforma laboral que la Ley Bases contiene parcialmente: “El trabajo es un derecho por la dignidad del hombre, pero es un deber de que cada argentino produzca lo que consume. Si le hubiéramos dado bola, nos cierra mucho el término de productividad, nos hubiéramos evitado cosas”, señaló Cristina.
 El planteo “antiideológico” de Cristina Kirchner tiene como contraparte una reivindicación ideológica del peronismo, y de la búsqueda de una sociedad que solo garantice “un piso de oportunidad en el cual la gente pueda decidir” y luego atenerse a las consecuencias. El capitalismo, en todas sus formas, no solo es incapaz de garantizar este “piso común”, sino que la eventual existencia del mismo solo serviría a justificar la explotación social subyacente. Después de todo, todos “tuvimos las mismas posibilidades”. 
 Cristina habla del capitalismo como “el mejor sistema posible”, cuando es este régimen social el que extiende las guerras, muertes, contaminación, saqueo, desocupación, miseria y hambre por todo el mundo, sin ninguna perspectiva de que esto se termine. 
 El discurso de Cristina es similar al respaldo/salvataje de diputados y senadores “opositores” a Mlei y la Ley Bases en el Congreso, ya que más allá de las “ideologías” solo habría mejores y peores gestores del capitalismo: nada que no se pueda resolver con algunos “consejos”.

 Marcelo Mache

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