La comitiva legislativa habría solicitado un encuentro formal para ver a “excombatientes”, un eufemismo. Es la primera vez, desde que se abrieron las causas contra los genocidas, que presos por delitos de lesa humanidad reciben una visita oficial. Las fuentes del bloque oficialista confirmaron la reunión, aunque no se dieron detalles de los temas conversados, aunque se descuenta que giraron en torno a la posibilidad de aliviar penas o lograr prisiones domiciliarias. Tampoco se dio difusión a una foto que se habrían tomado los presentes en la reunión, algo curioso puesto que está prohibido el uso de celulares en estos casos. Benedit estuvo acompañado por Lourdes Arrieta, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro y María Fernanda Araujo.
El accionar de los diputados fue remitido a una “iniciativa propia”, en un bloque donde está vedada cualquier veleidad de pensamiento independiente. Por el contrario, responde a la orientación que ha desplegado el gobierno desde su propia campaña electoral: la reivindicación de la dictadura militar y del militarismo ha acompañado cada expresión pública del gobierno, que ha tenido su último episodio en el desfile militar del 9 de Julio. Villarruel llegó a la arena política como defensora de genocidas y es una promotora del cese de los juicios y la excarcelación de todos los condenados.
La reivindicación liberticida del militarismo cumple una función de disciplinamiento social y el envalentonamiento de un aparato represivo que ha recibido gustoso el “protocolo antipiquetes” de Bullrich, que busca ser un cese de las movilizaciones y piquetes. El desarrollo de un Estado policial busca su apoyatura histórica en quienes liquidaron físicamente una generación de luchadores. Redoblemos la movilización por los derechos democráticos a la organización y la movilización, en momentos que la reacción patronal prepara nuevos despidos y suspensiones en masa.
Joaquín Antúnez
17/07/2024
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