Este “fortalecimiento” opaco de los servicios es un apresto represivo y político, preventivo si se quiere, en vistas de una gran crisis. Los "fondos reservados" servirán para aceitar el andamiaje de "la casta", como ocurrió siempre en el pasado (desde los sobresueldos y "gratificaciones" que Menem distribuía entre jueces, legisladores, funcionarios y periodistas, a las valijas del Senado durante la presidencia de De la Rúa, según Mario Pontaquarto) para asegurar la aprobación de la reforma laboral. En ese sentido, se dispondrán para apuntalar a un gobierno asediado por el fantasma del default, de un lado, y las presiones devaluatorias del otro.
Las provocaciones contra las manifestaciones y organizaciones populares se multiplicarán. Estamos ante un gobierno "liberticida": pretende prohibir la protesta callejera ("protocolo antipiquete") y el derecho a huelga y disolver a las organizaciones sociales, con asistencia del Poder Judicial. Caputo, según se encarga hoy de subrayar Clarín, es un “funcionario sin firma”, por lo tanto, al margen de los mecanismos "institucionales" de rendición de cuentas. El “asesor” sindicado como una figura clave del gobierno reviste como monotributista, a pesar de ostentar amplias facultades. Es el jefe de las "bandas digitales" paraoficiales que asolan las redes, hostigando a opositores y críticos. La red social de Elon Musk, X, acaba de cerrar una cuenta atribuida a Caputo, @snakedoclives, por publicar amenazas violentas contra periodistas y ex funcionarios. Los Milei son una camarilla protofascista que promueve el desarrollo de un movimiento de tales características, siguiendo los pasos de los Trump y los Bolsonaro.
Jacyn
25/07/2024
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