domingo, 16 de junio de 2024

La contribución de la burocracia sindical a la ley Bases


Lo dijo Andrés Rodríguez: “No teníamos por qué movilizar y menos mezclándonos con otros sectores que nada tienen que ver con nosotros”, “…ganancias, empleo público y reforma laboral lo fuimos negociando hasta atemperar bastantes sus efectos, tanto con legisladores como con el propio gobierno”, “había que respetar la decisión del Congreso que es una entidad democrática”. Y completó “si este gobierno derrapa se generará un vacío de poder porque nadie está en condiciones de ocuparlo, (con el gobierno) estamos en posiciones encontradas pero asumió democráticamente” (Mundo Gremial). Paolo Rocca no pudo expresarlo mejor. 
 Por su parte Bullrich señaló que “cuando se retiraron las columnas sindicales, empezó la violencia” de la cual, como hemos visto, desde las usinas mediáticas de la derecha acusan a la izquierda y el movimiento piquetero y subsidiariamente al kirchnerismo. O sea que la ministra de la represión y la provocación, la del protocolo y de la acusación de terroristas y golpistas a los manifestantes, se ocupó de rescatar no sólo a los “demócratas” como Andrés Rodríguez y Daer, que se quedó paseando por Europa, sino a los que sí movilizaron de manera “individual”, como autorizó la CGT a los gremios que quisieran movilizar. 
 Y efectivamente, la represión se desató sincronizadamente al término del acto de los sindicatos que sí movilizaron, desde el cual se llamó de inmediato a desmovilizar a las 15hs aproximadamente, cuando la ley estaba lejos de haberse votado siquiera en general. El llamado de los cegetistas presentes a irse a la casa a los manifestantes fue el santo y seña de un reforzamiento del despliegue de tropas, tanto conjuntas federales como de la Ciudad, para empezar la represión. 
 Por esas horas la cuenta oficial de la Presidencia acusaba de terrorismo y golpismo a la manifestación. Algunos memoriosos recordamos la operación represiva del gobierno de Duhalde contra el Puente Pueyrredón el 26 de junio de 2002, para la que se preparó una causa por “atentado a la democracia”, algo similar a lo que ahora hace el gobierno y Villarruel que ha pedido ser querellante en la causa contra los compañeros presos, víctimas de una cacería absolutamente arbitraria tras la represión durante cuadras y cuadras a las columnas obreras y populares.
 Con semejante reforma laboral, que en su profundidad supera al menemismo, con las privatizaciones y la delegación de facultades, además del ataque a la moratoria y la reposición de Ganancias, los motivos para una movilización histórica de la clase obrera sobraban. Y así lo vivieron muchísimos trabajadores en todo el país. 
 Esto se vio en la respuesta en los gremios que sí movilizaron con alguna determinación, como el abandono de plantas del Smata en Honda y Toyota en la mañana y la movida de la tarde fuera de turno, lo que sumó varios miles en las columnas de ese gremio. Las buenas columnas de gremios como la UOM, sin paro, o bancarios, o telefónicos, o Camioneros, todos sin paro, fueron muy expresivas aunque limitadas a las cuerpos orgánicos. Lo mismo que el paro de un 40% de la docencia de CABA por llamado a parar de Ademys, con UTE llamando a laburar, lo mismo que el Suteba en la Provincia, cuando progresa la esencialidad educativa en Diputados que es nada más ni nada menos que la liquidación del derecho de huelga de quienes defienden la educación pública. Fue importante en el Sutna que convocó a paro activo de todas las plantas, conformando una columna combativa en medio de su plan de lucha contra los despidos, algo que no hay en ningún gremio que los sufre masivamente como Uocra, Uom o incluso ATE que llamó a parar el 12 pero carece de un plan de lucha cuando se anuncian decenas de miles de despidos más. AGD-UBA movilizó bien en el marco del paro universitario, pero Apuba llevó sólo las personas para llevar el cartel en el marco de un paro nacional de los No Docentes, sólo movilizaron las internas y activistas combativos. Aceiteros convocó a un paro por tiempo indeterminado el día anterior, que al ser conciliado y acatar la medida transformó lo suyo en una movilización también de “cuerpos orgánicos”, por cierto muy pequeños, un error táctico llamativo. El Sipreba no llamó a parar con cien días de lucha en Télam, no entendimos porqué. Arsat en lucha movilizó muy bien, en un movimiento que desborda a Foetra, claramente. El Inti llevó también la columna más importante en mucho tiempo, cuando preparan mil despidos.
 La columna de Camioneros merece un párrafo aparte, porque siendo de cierta magnitud, llegó tarde por Entre Ríos, y quedó estacionada a tres cuadras, después que las tropas federales desplegaron el operativo de corte ellas mismas. El peronismo, dividido, jugó también a no hacer olas, movilizando pero para que se sienta lo menos posible. Todo esto explicó que la izquierda y los sectores combativos no encontraron obstáculos para llegar a las inmediaciones del palco donde debían estar las columnas obreras. Apuntemos que al otro día Camioneros firmó la paritaria junio/agosto por 5%, 3% y 2% para los tres meses. Hugo contradijo a Cavallo que dice que en junio la inflación vuelve a subir y que no baja de estos índices hasta fin de año. 
 En definitiva, la burocracia sindical con diferencias internas que no dejamos de tomar en cuenta, pero que no hicieron la diferencia, jugó como rueda de auxilio del salvataje al gobierno que adentro del parlamento hizo la oposición patronal, con radicales, pichettistas, Coalición Cívica y macristas directamente a favor y un peronismo que hizo lo justo con sus “disidentes” promineros y otros para que finalmente se cumpla el mandato de la UIA, de AEA, de los bancos, del capital agrario y de Came: que la ley salga para dar gobernabilidad a Milei. Y su brutal ataque a las masas y a la entrega colonial del país, agreguemos. 
 Ahora, sobre dieciséis manifestantes pende un pesado proceso penal, que se suma a la persecución al movimiento piquetero y al PO, a los juicios por “reiterancia” en Jujuy o Mendoza, en fin, al agravamiento del carácter represivo de la democracia para llevar adelante el régimen de ofensiva de Milei. Esta faceta opera para acordonar de posibles desbordes la “administración” del conflicto que llevan adelante todas las alas de la burocracia sindical y que están haciendo posible que Milei sostenga su licuadora y su motosierra.
 Todo esto no debe hacernos perder de vista la aguda crisis de gabinete, de disputas intercapitalistas, de la penosa “parlamentarización” de Milei que perdió la calle y no encuentra condiciones para los plebiscitos que prometió en campaña, que fracasó en la movilización en Córdoba, donde fue a llorar el fracasado “pacto de mayo”, la tensión cambiaria, o la recesión pavorosa que va haciendo perder la paciencia a más de un confundido votante de semejante esperpento antiobrero y proimperialista. 
 El planteo de paro activo y plan de lucha para que no pase la ley no pudo ser más certero. En las nuevas condiciones tendremos que hacer madurar las condiciones en el mismo sentido, contra la aplicación de la reforma laboral, en defensa del salario y las jubilaciones, contra los despidos, por las libertades, contra la esencialidad educativa, conscientes de que la derrota de Milei es posible con la huelga general, a condición de superar a la burocracia sindical y al peronismo que nos quiere embretar en su “hay 2027”, para que la tarea sucia de la burguesía la ejecute Milei sin toparse con un levantamiento popular. Y a no engañarse, Moreno y su “asamblea legislativa” es funcional a esa estrategia. No hay tal sin la intervención de las masas trabajadoras, que el rechaza de plano. 

Néstor Pitrola

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