Mauro tenía 35 años, tres hijos. Trabajaba desde los 18 en una estación de servicio y además manejaba un taxi porque la plata no le alcanzaba.
El suyo fue uno de los ocho homicidios que hubo en Rosario en treinta y seis horas y la víctima número 108 en lo que va del año, la cifra más alta desde 2015.
El sindicato de estacioneros llamó a parar de 18 a 22. Se sumó también el de los taxistas y los comerciantes del Barrio Tiro Suizo, donde sucedió el hecho.
Al gobernador Perotti no le quedó otra que ratificar a Claudio Brilloni, ministro de Seguridad nombrado hace un par de meses. Los titulares de la cartera se fueron sucediendo como única respuesta a otros hechos que han conmocionado a Rosario.
Como hicieron los vecinos de Empalme Graneros que ante la inacción de las autoridades, demolieron cinco bunkers en un par de horas por la muerte de Máximo Jeres de 12 años; ahora desde los sindicatos, estacioneros y taxistas, enfrentan a la inseguridad con un paro y cortes de calles frente al asesinato del compañero, tal como lo hicieron los choferes en La Matanza.
Extendamos nuestros métodos por todos los reclamos de la clase.
Asambleas, autoconvocatorias y coordinadoras por la Huelga General.
Silvia Coronel
05/05/2023
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