El campeonato mundial de fútbol sub20 debía desarrollarse este año en Indonesia, elegido como sede por la Fifa. Pero… Israel terminó integrando la nómina de seleccionados a participar.
Esto produjo una ola de masivas movilizaciones populares rechazando su participación, como forma de solidaridad con el pueblo palestino, sometido a una sangrienta política sistemática de aparthaeid, persecuciones, cárceles y asesinatos a mansalva.
La ola de repudio fue creciendo y, finalmente, el gobierno indonesio se vio obligado a plantear la prohibición de la participación de Israel en el certamen mundial. Fue una sufrida decisión para el gobierno de Indonesia que había invertido grandes sumas en la remodelación de estadios y obras públicas para garantizar el evento y los negocios turísticos que se desarrollarían en torno a él. Para el gobierno indonesio tenía, aparte, el propósito de hacer olvidar el dramático recuerdo de la estampida del año pasado en un estadio de futbol que costó la vida de 135 espectadores.
El equipo israelí salió nominado, por primera vez, el año pasado, cuando ya estaba designada la sede del campamento en Indonesia.
Un arma de lucha
Los boicots a diversos eventos deportivos mundiales donde pretendía participar Israel se han vuelto bastante frecuentes, como forma de solidaridad contra la represión sionista al pueblo palestino.
En el año 2018, el gobierno de Macri autorizó la participación del seleccionado argentino en un partido “amistoso” con el equipo israelí en Haifa. Fue en los preliminares del campeonato mundial que se realizó ese año en Rusia (donde Israel no había salido seleccionado). Pero el gobierno sionista aprovechó este compromiso trasladando la sede del evento a Jerusalén, la ciudad que se había declarado, unilateralmente, capital oficial de Israel, resolución reconocida por el presidente yanqui Donald Trump. Un movimiento internacional de pronunciamientos se manifestó en contra de que el seleccionado de Messi se prestara a esta provocación propagandística del sionismo (el partido iba a jugarse en un estadio asentado sobre una vieja aldea árabe erradicada por los sionistas). La Argentina finalmente anunció su retiro de este evento.
Cinco años después, ante la crisis del mundial de Indonesia y para reconocer al equipo sionista, el “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA, ofrece a la Argentina como sede del mundial de sub20. Y esto se hace con el apoyo del gobierno argentino: Sergio Massa, el ministro de economía devenido en primer ministro de facto, fue el que firmó los avales de autorización.
La alianza con el sionismo es política de Estado: lo que Macri no logró en el 2018, lo hace hoy el gobierno “nacional y popular” de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa.
El mundial se inicia el sábado 20. Israel jugará contra Colombia el domingo 21 en el estadio de La Plata (luego deberá continuar otras fechas en Mendoza, etc.).
En el acto realizado ayer frente a la Embajada de Israel para repudiar los bombardeos sionistas contra Gaza y objetivos palestinos, un dirigente de la hinchada del club Comunicaciones denunció esta situación y llamó a organizar repudios a la presencia sionista. No se trata de no mezclar política con deporte, se trata de detener el genocidio del pueblo palestino.
Pronunciamientos y actividades en repudio al equipo sionista representante de una potencia racista-imperialista. Solidaridad con los palestinos. Fuera el sionismo de Palestina. Cese de los bombardeos, retiro de las tropas sionistas de los “territorios” palestinos.
En la Argentina hemos vivido la utilización del mundial de futbol de 1978 por la dictadura de los Videla y Massera. Y contamos con el apoyo de amplios sectores democráticos a nivel internacional que denunciaron y boicotearon la masacre represiva en desarrollo en nuestro país. Gracias a ellos se conocieron las atrocidades represivas de la dictadura.
Sigamos ese ejemplo de solidaridad internacionalistas antisionista y antiimperialista.
Rafael Santos
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