Esta movida político-económica y comercial no es rayo en cielo sereno. El Indo-Pacífico ha sido copado por la OTAN, con Australia, Taiwán y con Filipinas. Por allí pasan anualmente 3 billones de dólares en comercio. Estados Unidos envía rutinariamente buques de guerra para asegurar, dice, la ´libertad de navegación´ en aguas internacionales. Al gobierno chino le preocupa que Filipinas se convierta en sede de bases militares permanentes de la OTAN. Un posible acuerdo entre Malasia y China, en el Mar Meridional, serviría de contrapeso en esta ruta marítima.
Un FMI asiático para competirle al dólar
Las reuniones bilaterales también tocaron otro punto trascendente. Anwar le planteó a Xi realizar las transacciones empleando el Ringgit de Malasia y el Yuan chino. El primer ministro malayo reveló que China estaba abierta a conversaciones sobre la creación de un “Fondo Monetario Asiático”, para reducir la dependencia de Asia del dólar estadounidense. Este fondo patrocinado por los BRICS serviría para evitar el “gansterismo” monetario, como el recurso de EEUU a aplicar sanciones económicas a sus rivales. Las sanciones contra China podrían afectar potencialmente a algunas empresas de Malasia que forman parte de la cadena de suministro de China. El gobierno malayo intenta navegar entre ambos bloques, una posición que se hará cada vez más difícil a medida que avance la confrontación entre los dos contendientes.
Mauri Colón
13/05/2023
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