Erdogan ha logrado controlar momentáneamente mediante la compra de gas y granos rusos a precio preferencia. En las zonas arrasadas por los terribles terremotos que causaron más de 50.000 muertes en el sur del país, obtuvo guarismos cercanos al 85 %. La oposición, por su parte, ha logrado hacer de las ciudades y la costa del Egeo su bastión. En las zonas afectadas por los terremotos existe la expectativa de que Erdogan movilice a los pulpos de la construcción de su entorno para el enorme desafío de reconstrucción.
La victoria de Erdogan ocurre en medio de una crisis inflacionaria, que está acompañada con una actividad económica de signo positivo. Las reservas del banco central se encuentran en rojo. Lo que The Economist (28/05) define como el intento por frenar una corrida contra la lira ha terminado en una fuga de divisas extraordinaria, la banca y la bolsa -asociadas a la oposición- han bajado el pulgar a la reelección.
La victoria de Erdogan en un mar de crisis inflacionaria debería alentar las expectativas de Massa. Con, además, un déficit enorme de cuentas con el exterior y reservas netas escasas, se espera ahora una megadevaluación insoslayable de la lira. Otra lección para Argentina será ver como enfrentarán las masas estos golpes próximos y cómo reaccionará el sultán otomano: Erdogan juega su destino político en la guerra OTAN-Rusia; ha provisto de drones a Ucrania y ha comprado misiles antiaéreos a Rusia, además de arbitrar la venta de cereales a través del turbulento Mar Negro. Erdogan seguirá explotando sus oportunidades geopolíticas para evitar que la crisis económica se lo lleve puesto.
Joaquín Antúnez
29/05/2023
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