Los orígenes dudosos del financiamiento del candidato presidencial Javier Milei siguen dando que hablar. A pesar de que el dirigente liberal justifica sus ingresos con eventos y cenas empresariales valuadas en miles de dólares, lo cierto que es que en su campaña emergen las manos de los capitalistas que le dan de comer. Entre ellos, Sebastián Braun, integrante de la familia dueña de la cadena de supermercados La Anónima.
Recientemente, Milei fue invitado a participar de un evento corporativo en el Yacht Club de Puerto Madero, organizado por el Círculo Argentino, donde se mostró con uno de sus financistas predilectos, el mismísimo Braun, con vínculos familiares con el ex jefe de Gabinete de Macri, Marcos Peña.
La familia Braun gobierna parte importante de un negocio sensible para las familias obreras: la comercialización de bienes de consumo masivo, entre ellos alimentos. Con alrededor de 162 sucursales en más de 80 ciudades del país, una decena de centros de distribución y dos frigoríficos, entre algunos de sus negocios.
Cuando a mediados del 2022 Federico Braun fue consultado respecto a qué medida toma La Anónima acerca de la inflación, este no dudó en señalar “jocosamente” que “remarcamos todos los días”. Algo que puede ser constatado en la realidad, tratándose de un sector parte de los llamados “formadores de precios”.
Milei tiene como uno de sus financistas a parte de la familia de quienes contribuyen con el traslado de los precios al bolsillo de los trabajadores. No vemos cómo esto vaya a consagrar “el fin de la inflación”, como anuncia el libro del candidato “libertario”.
Ya en el 2021, la fuerza de Javier Milie declaró un aporte empresarial de Sebastián Braun por el valor de $1.100.000. El único de carácter privado que la fuerza liberal transparentó. Sin embargo, son conocidos los vínculos estrechos del liberfacho con el empresario Estado-dependiente Eduardo Eurnekian, a quien favoreció recientemente con la votación de la denominada “Tasa Milei” en los pasajes aéreos.
Además del conocido negocio familiar, Sebastián Braun gestiona el hotel Esplendor, en El Calafate, donde tiene un extraño negocio adquirido en tiempos del macrismos cuando se hizo cargo de un contrato de Aerolíneas Argentinas ofreciendo precios más caros que el resto de las empresas partícipes de la compulsa.
Campaña al mejor postor
El esquema financiero de Javier Milei, sin estructura partidaria ni tradición o cultura militante, está dispuesto como el de cualquier producto capitalista. Milei lotea los espacios y lugares políticos a cambio de dinero y otros favores, como denuncian desde la agrupación La Generación Libertaria. Y se asocia a la casta política de las provincias para cubrir los vacíos.
Por otra parte, los “libertarios” se codean con la casta capitalista por medio del financiamiento con “eventos” y “conferencias” de las cuales participan algunas patronales a cambio de un caché que oscila los 10.000 dólares, según lo declarado por el propio espacio.
Entre algunos de los sectores donde llama la atención se destaca la Sociedad Rural y el agronegocio, donde el liberal prometió eliminar aranceles a las exportaciones, algo que sumaría al encarecimiento de los alimentos y una mayor inflación, refutando el “planteo antiinflacionario” de Milei.
Esta dinámica ubica a Javier Milei como parte de la peor de las castas políticas, ya que hace a la propia definición del concepto en tanto se trata de pertenecer a un grupo reducido de personas que promueven los intereses propios y de un grupo aún más selecto de capitalistas, por sobre los intereses de la población.
Marcelo Mache
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