Las pruebas “Aprender”, promocionadas por el gobierno de Macri, son evaluaciones estandarizadas que no tienen en cuenta el contexto ni la comunidad educativa de los estudiantes sometidos a examen, y tienen por objetivo medir la “calidad” educativa como si esta fuera una mercancía más. Se trata de una vieja política que promueven los organismos internacionales de crédito, como la OCDE y el Banco Mundial, para avanzar en reformas capitalistas en el terreno educativo. En países como Chile, las pruebas fueron la antesala para promover el armado de “ranking” de escuelas para avanzar en el desfinanciamiento público.
Informa el sitio oficial del Ministerio de Educación de la Nación: “La mejora en lengua es del orden del 48% en el nivel socioeconómico bajo; del 43% en el medio y del 50% en el alto. En matemática, la mejora es del orden del 6% lo que implica que casi uno de cada diez estudiantes que se encontraban en las categorías inferiores de desempeño en el 2021 hoy se encuentran en los grupos satisfactorio o avanzado”. En el sector de menores ingresos dos de cada 10 estudiantes subieron a las categorías superiores. En lengua, casi cinco de cada 10 chicas y chicos que se encontraban en las categorías inferiores de desempeño en 2021 hoy están en los grupos superiores” (argentina.gob.ar 18/5). En 2021, siete de cada 10 alumnos (71,1%) no habían alcanzado el nivel satisfactorio, mientras que en el 2022 fueron 37,2%, una mejora de 33,9% porcentuales. La prueba muestral, fue tomada a 123.855 estudiantes de 3.6686 escuelas. Representan al 16% de los alumnos y el 16% de los colegios del país.
La manipulación de las estadísticas que difunde el gobierno es una completa grosería. La “mejora” sencillamente se ha producido porque el gobierno decidió comparar con la última medición (del año 2021), cuando los estudiantes venían de casi dos años completos con educación virtual o remota. El mayor rendimiento se explica básicamente porque en el 2022 los alumnos concurrieron durante todo ese período a la escuela de manera presencial. Se trata de un “rebote”, que es mayor en los sectores más empobrecidos porque durante la virtualidad fueron los que más quedaron excluidos de los aprendizajes por no contar con equipos y conectividad para sumarse a las clases virtuales. No es como afirma el ministro de Educación, Jaime Perczyk, que la mejora se produjo porque se incrementó una hora más de clase (en las escuelas primarias), o gracias a la capacitación docente. Las capacitaciones docentes son absolutamente escasas, y en lo que respecta a la 5ta. hora en la educación Primaria no se ha comprobado que haya incrementado el nivel académico. En el pasado, por ejemplo, no existía, y los resultados de estas pruebas fueron mejores.
Las mediciones indican que según los estándares medidos, los alumnos rindieron prácticamente lo mismo que en el año 2018 (última prueba de primaria antes de la pandemia). A pesar de la manipulación de los datos, el gobierno admite que el 42,3% de los chicos sigue sin llegar al nivel satisfactorio en matemática y 25,6% en lengua. Los resultados de la prueba censal en el nivel secundario aún no fueron difundidos.
El gobierno difunde que la educación va hacia adelante, para mostrar algún “logro” de gestión de cara a las próximas elecciones cuando estamos en presencia de la peor crisis educativa de la historia, con maestros con salarios de pobreza, con ajustes sobre el presupuesto educativo, con escasez de recursos pedagógicos y una infraestructura escolar en ruinas.
Mariano Hermida
23/05/2023
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