El distrito estalla de denuncias en los barrios, mientras se retacean los testeos y los insumos sanitarios y alimentarios.
La gravosa situación que atraviesa el distrito de Lomas de Zamora es tal que hasta el propio intendente Martín Insaurralde acaba de anunciar que fue contagiado de Covid-19. Esto revela que las organizaciones sociales y piqueteras y los vecinos que vienen denunciando una crisis sanitaria en los barrios lomenses no se equivocan: con testeos a cuentagotas y operativos marketineros se intenta disfrazar una realidad que escapa al control de las autoridades lomenses.
El distrito padece un raid de sucesos y contagios que ponen de manifiesto esta crisis. El contagio y posterior muerte de la trabajadora de la salud, María Esther Ledesma, del Hospital Gandulfo; el contagio de los concurrentes al Servicio Alimentarios Escolar; la situación que denuncian los vecinos del barrio La Cava, en Villa Fiorito; el numeroso corte del Puente La Noria con vecinos de las barriadas carenciadas de Cuartel IX, en reclamo por alimentos e insumos sanitarios; cuatro casos de contagios en Firestone, ubicada en Llavallol; se trata de un cuadro generalizado donde prima la desidia del Estado municipal, provincial y nacional.
El Ejecutivo de Insaurralde ha tratado de tapar el sol con las manos, desoyendo los reclamos populares y las necesidades de los vecinos, y montando operativos cosméticos en algunos barrios. Sin embargo, la realidad no puede ser ocultada: el distrito asiste a una crisis sanitaria y alimentaria de magnitudes incalculables.
Con tan solo 4.295 testeos realizados se han confirmado unos 509 casos de contagio. Estos datos omiten señalar que el distrito alberga a más de 500.000 habitantes, con algunas zonas donde el hacinamiento y las condiciones de vida son factores que multiplican la propagación del virus. Las encuestas casa por casa no juegan ningún papel para controlar el virus ya que no detectan los casos asintomáticos y muchas veces los vecinos no brindan toda la información por miedo a ser trasladados a “Unidades Sanitarias” improvisadas, donde los pacientes confirmados denuncian que pasan frio y se encuentran en precarias condiciones. A su vez, el Hospital Gandulfo (principal del distrito) se encuentra absolutamente desfinanciado y deteriorado debido a las políticas de vaciamiento de la salud pública. Allí recae la atención sanitaria de la población pobre del distrito.
Reclamamos urgentemente la implementación de testeos masivos en los barrios carenciados del distrito y en todo lugar donde se reproduzcan casos de contagio; el aumento del presupuesto destinado al Hospital Gandulfo y a los hospitales y centros de salud distritales, para que se arbitren todas las medidas preventivas contra el virus; la provisión de elementos sanitarios en los barrios para las familias que no pueden valerse de los mismos; la entrega de alimentos para los vecinos lomenses. Lomas de Zamora requiere un plan integral para enfrentar la cuarentena cuyo control, ha quedado de manifiesto, no puede estar en manos del Ejecutivo municipal y sus “comités de emergencia”. Reclamamos el control obrero y popular de la cuarentena, para enfrentar esta crisis.
Marcelo Mache
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