miércoles, 17 de junio de 2020
CABA: el sistema de salud no aguanta la apertura de Larreta-Fernández-Kicillof
La Ciudad debe retomar una cuarentena estricta, controlada por los trabajadores.
Ante el avance de la pandemia a ambos lados de la General Paz, la Ciudad debe retomar una cuarentena estricta, atender las demandas de los trabajadores de la salud y tomar medidas de fondo para que no colapse el sistema sanitario.
En los últimos días los casos de Covid-19 positivos han subido un nuevo escalón, colocándose arriba de los 500 casos diarios en la Ciudad y de los 700 en la provincia. La cantidad de muertos también ha escalado, superando los 20 diariamente. Es la consecuencia directa de la apertura masiva de comercios en la CABA y de industrias en la provincia resuelta semanas atrás.
Sin embargo, tanto Larreta como Kicillof alientan una falsa grieta alrededor de las salidas de niños y la actividad física nocturna, o sea, entre quienes atenderían la “angustia de la población” y entre los que la minimizan cuando todavía no se sabe su impacto ya que han sido resueltas hace solo una semana. De todos modos, la demagogia K contra las medidas de Larreta tiene patas cortas, todas ellas fueron aprobadas por el presidente Fernández. Es por ello que si aumentan aún más los contagios, la prohibición de los “runners” será utilizada como prueba de una vuelta estricta a la cuarentena para salvaguardar lo central para los capitalistas: la asistencia de los trabajadores a las fábricas y comercios.
El resultado de este nuevo salto en los contagios demuestra lo que denunciamos desde hace semanas, la apertura de la cuarentena no obedeció a consideraciones sanitarias sino a presiones capitalistas. Esto vale aún más en el presente. Los indicadores de contagiosidad (R) y de días de duplicación de casos demuestran un aceleración de la pandemia para las próximas semanas tanto en la Ciudad como en la provincia.
Larreta se resiste a una vuelta atrás de la apertura y planteó junto al ministro Quirós que el aumento de casos obedece al éxito del operativo “Detectar”, que pasó de las villas a un cronograma para el resto de los barrios. De este modo pretende ocultar un dato que los especialistas consideran clave. El aumento de los casos positivos de los testeos PCR que ha trepado arriba del 40% cuando la OMS indica que si los positivos superan el 10% quiere decir que se están “escapando” los positivos y hay que realizar más testeos.
La apertura comercial de Larreta tiene varios objetivos. Por un lado ceder a la presión de las cámaras de comercio de la Ciudad, por otro evitar un choque frontal con su base electoral, que en los cacerolazos promovidos por los anticuarentena fue tildado de traidor, y con el sector bolsonarista que los alienta dentro del propio Cambiemos. Pero la razón fundamental es paliar la caída abrupta de la recaudación y que los comerciantes paguen ingresos brutos. En abril la caída real de la recaudación fue del 35%, un derrumbe.
Esto nos coloca frente a una cuestión fundamental en la cual no hay grieta entre Alberto, Kicillof y Larreta. Tanto la Ciudad, como la provincia y el país tienen los recursos para realizar una cuarentena estricta durante más tiempo y para fortalecer el sistema de salud amenazado, solo que todos ellos destinan esos recursos, que son fruto de la explotación de los trabajadores, al pago de la deuda y a asistir a los empresarios. El carácter capitalista del Estado condiciona el combate en regla a la pandemia exponiendo a los trabajadores. En la Ciudad desde nuestro bloque en la Legislatura, Gabriel Solano presentó un proyecto para cobrar más impuestos a los bancos, la industria y la especulación inmobiliaria para obtener esos recursos necesarios. En el Congreso, el Frente de Izquierda es el único bloque que presentó un proyecto para cobrar impuestos a las grandes fortunas y rentas que tanto oficialismo como oposición se niegan a tratar.
En las villas los casos han comenzado a bajar, probablemente ayudados por el operativo “Detectar” que sin embargo tiene enormes deficiencias, pero sobre todo porque como dice el propio gobierno funcionan como ciudades en sí, y como en la Villa 31 el nivel de contagios estimando los asintomáticos es tan alto que la población ha comenzado a inmunizarse. Pero las condiciones de vida en el resto de las villas donde aún no hay un pico son pésimas y la población está en un enorme riesgo.
La “mudanza” del virus al resto de los barrios va de la mano de dos sectores donde hay que poner el foco, en el transporte donde ha habido casos en colectivos y subtes y en los supermercados donde hay cientos de trabajadores infectados en el Amba por la desidia criminal de las patronales.
Además de la flexibilización progresiva de la cuarentena, la crítica situación que comienza a transitar la Ciudad y el conurbano es el resultado de que los casi tres meses de cuarentena, que han ralentizado los contagios, no han sido aprovechados para fortalecer el sistema de salud.
En los hospitales la situación comienza a ser dramática. Las guardias, las unidades febriles y los sectores donde se debe aislar a la población comienzan a colapsar. Y hay muchos especialistas y científicos que advierten sobre las posibilidades de colapso general. La información brindada por el Ministerio de Salud no refleja esta situación. Por un lado porque solo informa la ocupación de camas de terapia intensiva por Covid de los hospitales públicos -alrededor de 300 de las 1.200 de la Ciudad- que ya llega a la mitad de las disponibles, pero no informa las ocupadas por otras razones. Recientemente Claudio Belocopit, dueño de Swiss Medical, informó que la ocupación de camas de terapia intensiva del sector privado todavía es baja, pero que la mitad se encuentran ocupadas con pacientes con otras afecciones.
Por las propias deficiencias estructurales de los hospitales públicos, se han convertido ellos mismos en un factor de contagio, donde esperan resultados pacientes potencialmente negativos con pacientes positivos o se cruzan sectores Covid con no Covid. El sistema de ambulancias del Same también resulta insuficiente para los traslados que representan toda una complejidad por las propias condiciones de higienización permanente que implican. Es por eso que hay pacientes que deben esperar en sus casas poniendo en peligro a sus propias familias.
La situación de los trabajadores de la salud no es mejor. Es sabido que nuestro país tiene uno de los índices de contagios más altos del mundo en este sector. Sin embargo, Larreta retacea la provisión de equipos de protección personal de calidad y en la cantidad suficiente, lo cual fue una de las demandas centrales de la jornada de lucha de los trabajadores de la salud del 10 de junio. Por otra parte, la escasez de personal comienza a volver crítica la atención porque no alcanza para establecer cohortes de trabajadores que coloquen una barrera a los contagios. Los protocolos dependen de la propia organización de los trabajadores, la desidia gubernamental es total. Recientemente murió un enfermero del Hospital Durand por Covid a quien según denuncian trabajadores de la institución, se le otorgó tarde la licencia por ser paciente de riesgo. Un nuevo crimen patronal.
Frente a este cuadro el gobierno rechaza las licencias y los aislamientos preventivos, porque no quiere contratar al personal necesario para establecer todas las medidas de seguridad. Como alternativa ha lanzado testeos serológicos masivos, que sirven para detectar a quienes han desarrollado una respuesta inmune a la enfermedad, probablemente asintomáticos. De los 1.900 ya realizados, 60 dieron positivos que fueron hisopados con el test PCR y solo siete tenían el virus activo. Por lo tanto, el testeo serológico masivo no sirve para controlar la infección, que requiere de testeos PCR, los cuales sin embargo tampoco evitan los aislamientos, porque si se realizan antes de los siete días del contagio pueden dar falsos negativos.
Es claro que la cuarentena “responsable” de Larreta pretende ocultar esta situación y colocar el peso de los contagios en el comportamiento de la población. No da para más. Para evitar el colapso del sistema sanitario hay que tomar medidas de fondo. Una vuelta a una cuarentena estricta para ser efectiva tiene que estar controlada por los trabajadores y ser acompañada de medidas de fondo, que han rechazado todos los gobiernos: la atención de las demandas de los trabajadores de la salud, el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria, la centralización estatal del todo el sistema de salud, un plan de viviendas y la urbanización real de todas las villas, la asistencia económica y alimentaria a la población sin ingresos, financiadas con mayores impuestos a los capitalistas, sus fortunas y rentas, el no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca y el comercio exterior. Este programa requiere una intervención organizada e independiente de los trabajadores.
Facundo Lahitte
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