A pocas horas del vencimiento -ya prorrogado- de las negociaciones de deuda, todo indica que el gobierno deberá pedir una nueva postergación. Se ha confirmado en estas horas que las nuevas concesiones de Guzmán no han hecho sino azuzar mayores aspiraciones de los bonistas. Los tres comités de acreedores internacionales, según se informa, han coaligado sus principales reclamos. En ese sentido, BlackRock y otros lograron que endureciera sus posiciones el comité liderado por el fondo Fintech, con fuertes intereses en Argentina (Telecom, Cablevisión, Clarín). Entre las pretensiones que se colocan ahora, están: una nueva reducción del período de gracia, para que Argentina comience a pagar en el último trimestre del 2021 y acelerar el monto de los pagos posteriores; reducir a la mínima expresión la quita de capital, y reconocer los intereses no liquidados en el 2020. Además, se mantiene el planteo de un “incentivo”, o bien ligado a las exportaciones agropecuarias, o bien a la evolución del PBI.
En este punto, y según informa Ámbito, se abrió una discrepancia entre los acreedores. El fondo BlackRock reclamaría ahora volver a un “cupón atado al PBI”, con una razón muy clara: sería el pretexto para introducir desde ahora al FMI, con el pretexto de que las estadísticas de crecimiento económico deberían ser auditadas por el organismo. El monitoreo del FMI coloca la agenda del ajuste y del “plan sustentable” (para el pago de la deuda) que exigen los acreedores.
Juicios futuros
Pero entre las discrepancias de la mesa de negociaciones, existe una que retrata como ninguna cuál es la visión “estratégica” de los acreedores respecto de Argentina. Nos referimos al reclamo de los bonistas que detentan la deuda del período macrista, para que se elimine la llamada “cláusula antibuitre”. A través de esta disposición, y en el caso de una futura insolvencia de Argentina, los acreedores no podían litigar individualmente, ni hacerlo antes del vencimiento de capital de sus títulos. BlackRock y otros están pidiendo ahora que esa cláusula sea derogada en los bonos renegociados. La razón es clara: el valor de reventa de los bonos será otro si se facilita un futuro litigio contra Argentina, ante el previsible escenario de que no pueda pagar sus compromisos. El “valor presente”, por lo tanto, aparece asociado a la “cobrabilidad” en un futuro default. Los mismos bonistas impulsores de este acuerdo tienen claro que Argentina marcha a una bancarrota, y toman sus recaudos.
El carácter entreguista del rumbo de la negociación en curso se advierte, por otra parte, en el anuncio de Guzmán de convertir los actuales vencimientos de deuda en pesos en títulos en dólares. Es lo que haría este viernes con el vencimiento de los 130.000 millones de pesos del BoPoMo, también conocido como “Bono Pimco”. El gobierno ofrecería a este fondo un ´título puente en pesos´, con el compromiso de dolarizarlo… apenas cierre el acuerdo de deuda con legislación extranjera. Lo mismo planea hacer, según informa el periodista Wende (Infobae), con próximos vencimientos de deuda en pesos. A través de estas renovaciones, el “negociador” Guzmán le está diciendo a los acreedores que el arreglo de deuda tendrá lugar a como sea, y aún en las condiciones más lesivas para el país.
Es muy claro, a esta altura, que se está pergeñando un operativo económico y político de confiscación de la Argentina en beneficio de los fondos internacionales, y de la burguesía local que es socia de ellos o que es también -tenencia de títulos mediante- acreedora del país. Que se vaya Guzmán, desconocimiento de la deuda financiera pública y privada.
Marcelo Ramal
17/06/2020
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