sábado, 12 de enero de 2013
75 años de compromiso
Con motivo del 75 aniversario de la fundación de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), Marcha publica una entrevista a su presidenta, Graciela Rosemblum, realizada por Radio Sur. Un recorrido por la historia de la organización y la situación actual de los derechos humanos en la Argentina.
“La Liga ha sido un faro de luz en la historia de nuestro país, en los momentos más oscuros, levantando la esperanza en la elevación de los compañeros, señalando la posibilidad concreta de defender los derechos humanos, las libertades públicas y democráticas”. Así definía el líder sindical Agustín Tosco la labor de esta organización defensora de los derechos humanos, cuyos 75 años de lucha han marcado las páginas de la historia del movimiento popular en nuestro país. Figuras de la talla de Ezequiel Martínez Estrada, Eduardo Barcesat, Julio Viaggio, Antonio Sofía pasaron por las filas de la institución, que nació al calor de las luchas obreras y de solidaridad con los republicanos españoles a principio de siglo. Durante la última dictadura cívico-militar, estiman en alrededor de cinco mil los recursos (individuales y colectivos) de hábeas corpus presentados por la Liga. En su local de la calle Corrientes 1785 se recibían denuncias y se produjeron algunos de los primeros encuentros entre los familiares que luego fundarían Familiares y Madres de Plaza de Mayo. Allí se realizaron muchas de las reuniones que construyeron gestos de resistencia como la visita de la Comisión Interamericana por los Derechos Humanos (CIDH) en 1979 o las históricas solicitadas publicadas en el Buenos Aires Herald, La Prensa y Clarín. En vísperas de la visita de la CIDH la Liga fue una vez más allanada y saqueados sus archivos.
La LADH fue una de las organizaciones fundadoras del Espacio Memoria, Verdad y Justicia en el año 1996. Carlos Zamorano, un abogado histórico de la Liga, fue el redactor del proyecto de Ley de anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, presentado por Izquierda Unida en 2003. Actualmente la LADH es querellante en más de 60 causas en todo el país por los crímenes cometidos en la última dictadura, incluida la denuncia contra Isabel Martínez de Perón, Alfredo Martínez de Hoz y el directorio de ACINDAR.
A continuación, la entrevista realizada la semana pasada en el programa Con el pie izquierdo, donde Graciela Rosemblum abordó la actualidad de la lucha por los derechos humanos y de los juicios a los genocidas y realizó un repaso y balance de estos 75 años de la Liga.
- ¿Qué suceso dio nacimiento a la Liga en 1937?
Dos cosas. En nuestro país había una organización importante de solidaridad con la España Republicana que era el Socorro Rojo Internacional, en su versión argentina. Y además, una comisión por la libertad de los presos.
Esas dos vertientes, muy plurales en su composición, dieron origen a la Liga en una asamblea donde también había delegados paraguayos, chilenos y uruguayos. Por eso también hablamos de la solidaridad con los pueblos que luchan. Una cuestión que estaba presente y sigue estando presente en nuestra forma de trabajo.
De hecho, hoy por hoy la solidaridad por la libertad de los 5 compañeros cubanos presos en Estados Unidos o contra el bloqueo a Cuba, así como el impulso y apoyo al movimiento popular colombiano, demuestran la preservación de esos elementos, pensados en el día de hoy y la realidad argentina y latinoamericana actual.
- ¿Qué significan estos 75 años?
Lo más acertado que hemos podido decir de nosotros desde la Liga es que hemos aportado a la construcción de un valor cultural. Valor cultural entendido como la construcción de la solidaridad como una herramienta de organización del movimiento popular, de desarrollo de subjetividad. Lo que hemos podido construir es que se puede modificar la realidad, que se puede luchar contra la impunidad en su concepción más amplia. No sólo en las cuestiones que hacen a la represión de la vida y la libertad si no en todas sus formas.
Entonces, ese valor cultural que la Liga ha ayudado a preservar, que ha demostrado en la práctica ser heredera de otras formas de luchas que ha tenido nuestro pueblo desde 1890 por lo menos. Desde aquellas primeras huelgas obreras y después contra la ley 4144 de represión a los inmigrantes, se ha preservado hasta el día de hoy y ha cobrado vida también en otros. Eso también es ese valor cultural, donde se pretende que lo que uno se propone sea también parte del discurso y del hacer de otros. En eso florece la idea de valor cultural, de solidaridad, de pelear contra la impunidad y poder interpretar la historia desde los que sufren, los que pelean, los trabajadores, los excluidos.
Esta es la idea fundamental que hemos intentado instalar en este aniversario de la Liga. Que terminó con esa fiesta que es muestra de que la alegría también es parte de nuestra construcción.
- ¿Cómo podrías resumir los avances en derechos humanos respecto a lo sucedido en la última dictadura?
Creo que después de mucho batallar, hoy lo que fue la denominación de la última dictadura en la Argentina se ha modificado por dictadura cívico-militar. Pero no solamente se ha modificado en el discurso, sino también en los hechos.
En La Plata terminó hace poco el juicio oral por el denominado “Circuito Camps” que entre los acusados tenía por supuesto al ex comisario Etchecolatz, pero también Jaime Smart que era el ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Y en ese fallo, nuevamente ejemplar, con la presidencia del doctor Carlos Rozanski, se aceptó un término legal por el cual nosotros batallamos todo este tiempo. Se aceptó que los civiles que colaboraron deberían ser condenados por el delito de genocidio en nuestro país.
Esto es un paso realmente importante, producto de muchos años de pelea del movimiento popular. No solamente en los términos del discurso, sino fundamentalmente es una batalla ganada en el terreno del derecho. No hay pena para el genocidio en nuestro país y por eso era la excusa para no condenarlos.
Creo que es muy importante que Jaime Smart haya sido condenado y fue procesado quién era ministro de Justicia también. Además, hay un pedido de investigación sobre el Seminario Mayor de la Iglesia Católica de La Plata lugar donde los sobrevivientes denunciaron que se hacía la comida para los centros clandestinos.
Pero también un llamado de alerta por los hechos ocurridos en Bariloche y otros lugares del país dónde se ratifica lo que hemos dicho desde la Liga. Nosotros valoramos lo que se ha hecho en torno a la política de memoria en cuanto a lo sucedido en la dictadura, pero hay grandes atrasos en la construcción de una política de Derechos Humanos en su concepción más integral.
Creemos que debe ser un llamado de alerta en 2013. No se puede construir una democracia real si no se la profundiza en los términos de “vida digna”: salario, educación, vivienda, etcétera.
Marcha
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