lunes, 8 de febrero de 2010

Noticias sobre diarios.

Sus conflictos, marchas y escraches han sido invisibles para los medios (por la ley según la cual entre bueyes no hay cornadas) pero los trabajadores de Crónica y Crítica hace meses que tiran y no aflojan reclamando derechos a las patronales. Ahora parecen haber llegado a logros parciales en dos casos: en Crítica se firmó un acuerdo que sus 230 trabajadores esperan sea cumplido, y en Crónica están a punto de lograr reincorporaciones y el fin de los despidos, demostrando que lo único imprudente es quedarse sentado esperando las noticias. En estos casos, al menos, existen comisiones internas y trabajadores dispuestos a hacer algo, cuestión inexistente en lugares como Clarín.

Crítica situación

El diario Crítica fue motorizado por el periodista Jorge Lanata en marzo de 2008, quien abandonó el proyecto en abril de 2009 rumbo a la televisión, acaso empujado por la falta de consistencia de los resultados. La empresa quedó en manos del español Antonio Mata, quien había llegado al país como presidente de Aerolíneas Argentinas mientras la empresa estuvo bajo la órbita del grupo Marsans, que vendió la línea en condiciones lo suficientemente turbias como para llevar a su re estatización en septiembre de 2008. El segundo en la empresa llamada Papel 2.0 es Carlos Mateu. Quedó cada vez más evidenciada la tendencia de los medios convencionales a funcionar no como entes de información o expresión, sino como simples operadores de intereses políticos y de negocios (anunciada por lavaca en el libro El fin del periodismo y otras buenas noticias). El diario por otra parte, se instaló en una meseta de ventas de menos de 7.000 ejemplares.
Más allá de las operaciones y laberintos políticos, desde mediados de 2009 vencieron los acuerdos salariales en la empresa, y los trabajadores de Crítica se sentaban a negociar una vez más. Acordaron, entonces, un refuerzo remunerativo de 250 pesos hasta fines de octubre. Pero el plazo volvió a vencerse sin posibilidad de discutir siquiera sueldos, aguinaldos y remunerativos: sumados a los 250 pesos, los periodistas reclamaron un 25% de recomposición, obteniendo una rotunda negativa desde la patronal.
Sin soluciones llegó diciembre, y afloró una mala nueva: el salario correspondiente a noviembre no estaba en el banco. Sólo con medidas de fuerza y retención de tareas se efectivizó el primero de una serie de pagos en cuotas anunciado por la empresa. Tampoco se cumplió y se llegó a un pronóstico de verano tormentoso, con dudas sobre el pago de diciembre y el aguinaldo.
Las audiencias con el Ministerio de Trabajo fueron inútiles en primer momento, y el ministerio tuvo que anunciarle a Mateu que sería llevado a las reuniones por la fuerza pública si seguía sin presentarse. Siguieron las marchas y medidas de fuerza de los trabajadores y finalmente se llegó a un esquema de cronogramas de pagos de enero y febrero, además de un parcial acuerdo de marzo 2010 a marzo 2011 con un aumento acumulativo del 13,6%. Hay 230 trabajadores que esperan que no se trate sólo de palabras prometidas.
Los puntos básicos acordados:
Ø Recomposición de noviembre del 2009 a marzo del 2010, de 250 pesos más los remunerativos.
Ø Del 2010 a 2011, marzo a marzo, una recomposición que acumula un 13,6%
Ø Pago de las facturas más viejas a los colaboradores, y su negociación del pase a planta.
Ø Se convino que no habrá despidos ni represalias contra los trabajadores, a cambio de que éstos no tomen medidas de fuerza.
El tira y afloje del diario se resume en su incapacidad de sustentación autónoma y en la natural necesidad de financiarlo. Sobre la salida de Lanata, que incluía su nombre en la portada como director del diario, en el boca a boca de la redacción no flota sino bronca. Incluso periodistas convocados directamente por Lanata aseguran haber quedado defraudados, y la imagen más típica que usan para describir su actitud es la de quien abandonó un barco (cosa que ocurre sólo cuando los barcos se hunden). Según los trabajadores, los sueldos viajan de España a Buenos Aires ya que el propio diario no es capaz de generarlos. Martina Noailles, delegada de la comisión interna del diario, intenta desentrañar el porqué del conflicto: “Hace dos semanas cerró la aerolínea Quantum, que es de Marsans, hay crisis en algunas de sus empresas, la canilla empezó a cerrarse lo estamos pagando nosotros”. Otro posible rebote negativo dependerá de la influencia en la empresa de la crisis de la burbuja financiera hispana.
Los trabajadores de Crítica creen, además, que estas falencias desnudan algún tipo de jugada a futuro: “Creemos que va a haber una venta del diario o de sus acciones, y que los tipos querían cerrar el acuerdo para vender la empresa sin conflicto y con una recomposición salarial baja y a largo plazo”, especula Noailles.
Martina y sus colegas lograron un acuerdo, pero no bajan la guardia: “Para el primer punto que ellos incumplan, nosotros estaremos listos para tomar medidas de fuerza”, remata. Y, desde su personal experiencia, descarta el optimismo.

Crónica: peras al Olmos

Después de dos intentos fallidos de gerenciamiento, en 2005 llegó al diario Crónica el Grupo Olmos, fuertemente vinculado con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Se alejaba definitivamente el fundador del periódico, el mítico Héctor Ricardo García, que hace poco rechazó con enorme gentileza una propuesta de entrevista para lavaca con la siguiente frase: “Les agradezco que hayan pensado en mi. Pero yo no existo”. No es para tanto: sigue a cargo de Crónica TV.
A la cabeza de Crónica quedaron Raúl Olmos y su hermano Alejandro, actual director del diario. Su jugada inicial fue caso conocido: cerraron la edición vespertina, echaron a sus trabajadores, contrataron a unos 50 patovicas para golpear a la gente en las asambleas y disuadir cualquier intento de reclamo. El grupo, del área de la obra social de la UOM, tiene un nombre que ningún humorista hubiera imaginado: Forjar Salud.
Años de conflicto derivaron en septiembre de 2009, cuando la empresa presentó al Ministerio de Trabajo un procedimiento preventivo para despedir a 148 trabajadores – 99 gráficos y 49 de prensa- con el 50% de la indemnización. A pesar de asambleas y campañas públicas en su defensa, comenzaron los despidos masivos, se agregaron 31 trabajadores que decidieron irse, y el viernes 29 de enero los Olmos completaron su promesa: echaron a los 21 que faltaban para llegar a los casi 150 despidos. Todo en medio de una planta prácticamente militarizada, con los trabajadores custodiados y perseguidos por una patronal-sindical.
Los trabajadores resolvieron realizar un paro de una semana; la minoría continuó sacando el diario. Nancy Acosta, dijo a lavaca que el jueves 4 se llegó a un preacuerdo, con la reincorporación de 9 trabajadores gráficos, además del compromiso de estabilidad para todos durante un año. Cabe señalar que la empresa recibió 128 millones de pesos por parte del gobierno. La audiencia, sin embargo, se suspendió, y la ratificación de estas medidas aún no tiene validez. “Vaya uno a saber…”, responde Nancy al preguntársele sobre este suspenso.
Muchos despidos, algunas reincorporaciones. ¿Es un pequeño triunfo? Nancy responde: “Sí, porque hay reincorporaciones y eso es difícil de lograr. Pero también es cierto que muchos colegas se fueron, y la patronal se sigue negando a discutir de salarios. Todavía hay frentes para dar batalla”.

www.lavaca.org

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