lunes, 22 de febrero de 2010

La Metropolitana


Hace dos semanas que se produjo la tan anunciada aparición, en la calles, de la Policía Metropolitana. Cerca de 500 agentes han sido volcados por Macri a las calles porteñas. Medio millar más de armas 9 mm que incorpora el estado para facilitar la tarea del gatillo fácil. Nuevos asesinos a sueldo bajo una misma política represiva, cuyo correlato no resulta ser otro que el fusilamiento de un pibe cada 24 horas.
Más del 70% de los agentes de la “nueva policía” fueron, antes, de la bonaerense, de la PFA o de otras fuerzas represivas del estado. Los propios testimonios periodísticos así lo corroboran.
“Entré a la Metropolitana porque me atrapó lo que proponía. Estamos en blanco, trabajamos ocho horas y podemos ascender. Además, siempre lo voté a Macri", dijo el subinspector Sebastián Ahumada, un ex oficial de la policía federal con doce años de experiencia. En esa Fuerza ganaba $ 2.600. “Casi todo en negro”, aclara. Hoy recibe $ 9.200. Más adelante, en la misma crónica publicada por el diario Clarín el 13 de febrero, afirma: “Vengo de una familia de policías. Papá es comisario inspector retirado y abogado. Es socio del doctor Fernando Burlando”.
El actual oficial mayor metropolitano, ex infante de marina, Luis Javier Mendicino, dijo en la misma nota: “A la Armada le debo todo lo que soy, pero necesitaba un crecimiento personal”. De $ 3.800 pasó a ganar $ 6.400.
En todo este entuerto, no podemos dejar de destacar otra de las patas legitimadoras, el papel de los medios de comunicación, como el multimedios Clarín, que mientras se pelea con el gobierno nacional por el manejo de papel prensa, beatifica desde sus páginas al macrismo y celebra la aparición de la metropolitana.
Mientras en los hospitales municipales no hay insumos o los pacientes internados reciben comer comida vencida, eso si tienen agua y luz, el presupuesto de la ciudad se destina a la “seguridad. ¿Seguridad, para quién?. Para ellos y sus intereses de clase.

CORREPI

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