miércoles, 24 de febrero de 2010

DANIEL HADAD Y EL INFORMADOR PUBLICO


DE PASADOS VERGONZOSOS Y OTRAS YERBAS

Miguel Bonasso escribió en su momento un informe sobre Daniel Hadad publicado en Página /12.
A esa biografía -realmente completa- le falta un capítulo. Su conexión con la SIDE y su paso por el semanario -hoy desaparecido- El Informador Público dirigido por Jesús Iglesias Rouco -ex columnista del viejo diario La Prensa- hoy exiliado en España.
El Informador Público comenzó a editarse en la mitad de la década del ochenta, y adquirió relevancia editorial -llegó a vender 60.000 ejemplares- durante los alzamientos carapintadas de Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín.
De notable influencia entre los factores de poder y las Fuerzas Armadas, el Informador Público se convirtió en un verdadero bastión operativo de los servicios de inteligencia hasta su desaparición en 1995.
Los sectores del Ejército operaban allí principalmente a través de los informes semanales que escribían (con nombres falsos) Rosendo Fraga -hoy "prestigioso" politólogo- y Carlos Tórtora un agente de la SIDE que por entonces trabajaba como columnista en el diario Ambito Financiero. Los sectores de la ESMA operaban a través de Luis Castellanos y Jorge Lapeña -cuyos nombres figuran en el libro Nunca Más- quienes aparecían como editores con sus nombres propios.
Guillermo Cherasny -un oficial de la SIDE de cuya mano llegó Daniel Hadad al semanario- comenzó a escribir con su nombre propio en 1988. Cherasny, a su vez, fue traído por Jorge Boinvaser, un agente de la SIDE ligado a los servicios de inteligencia de la policía Federal y de la policía bonaerense.
Durante la campaña electoral del menemismo se incorporó como columnista Jorge Asís, por entonces un conspicuo integrante de las tertulias del Florida Garden -la confitería de Paraguay y Florida- una mesa integrada, entre otros, por Cherasny y el "Tata" Yofre, jefe de la SIDE en los primeros tramos del gobierno de Menem.
Antes de huir de la Argentina Rouco -urgido por las 60 causas judiciales en su contra -le vendió el semanario a Guillermo Cherasny y Carlos Tórtora -ya convertido en "operador" de Carlos Corach en el Ministerio del Interior- que manejaron la publicación hasta su desaparición en 1995.

Los primeros "pininos" de Daniel Hadad

Daniel Hadad -por entonces movilero del viejo Canal 2 y "buchón" encubierto de la Policía Federal- comenzó a frecuentar el semanario en calidad de "informante" de Iglesias Rouco. Fue traído por Guillermo Cherasny -con quien compartió el programa La Trama y el Revés en Canal 2- y su función consistía en venderle a Iglesias Rouco -a un módico precio- diversas especies de "pescado podrido" procedente de las usinas de inteligencia de la Federal.
Por entonces -año 1988- no vivía en el dúplex de 800 metros en avenida Libertador, usaba bigote, zapatos acharolados, traje y sobretodo negro con camisa a rayas, y no se manejaba con el tonito seductor de millonario y nuevo Zar de la televisión que utiliza ahora.
Su participación en el Informador Público fue intrascendente, pero le ayudó a anudar los contactos que posteriormente lo posicionaron fuertemente en el entorno de Yabrán.
Sus primeros contactos con el menemismo los hizo a través de Cherasny -al cual Hadad le debe algo más que la fama- quien lo ubicó en la SIDE comandada por el "Tata" Yofre.
Posteriormente -y de la mano de Yofre-comenzó a manipular información para el grupo de inteligencia de Yabrán que operaba en el organismo de inteligencia gubernamental.
Su reconocida astucia y ambición, lo acercaron al entorno íntimo de Yabrán, y se ganó la confianza de don Alfredo, el "hombre", como acostumbraban llamarlo por lo bajo sus hombres más cercanos.

El podio de fórmula 1

La meteórica carrera "financiera" de Hadad -excelentemente descripta por Bonasso en su nota de Página/12- tuvo su impulso inicial con el grupo Yabrán.
El primer tramo de su crecimiento económico desmesurado -cuyo ciclo culmina con la compra de la frecuencia de Radio Municipal, hoy Radio 10- fue posibilitado por su condición de testaferro periodístico del hombre más poderoso de la era menemista.
Menem -al revés de lo que afirman muchos- no le "regaló" la frecuencia radial a Hadad sino a don Alfredo.
Sus contactos con el mundo empresarial, interno y externo, vinieron de la mano de Yabrán. Sus programas televisivos, sus productoras, sus primeras mansiones, fueron compradas con el generoso patrimonio del hombre suicidado en Entre Ríos. Incluso, hay serias y razonables dudas sobre quien es el verdadero propietario de la actual fortuna de Hadad.
Al contrario de lo que sugieren muchos -incluído el propio Bonasso- detrás de Hadad no está la "caja" menemista sino el dinero de Yabrán.
El menemismo -sospechan algunos- puede tener alguna influencia sobre alguno de los grupos financieros que intervinieron en la compra del canal Azul TV, pero no tiene incidencia gravitante en el proyecto político-periodístico que va a desarrollar Hadad con ese canal de televisión abierta.
El proyecto de Hadad (ya se verá sobre la marcha) no tiene que ver con Menem -un muerto político- sino con Ricardo López Murphy y la "nueva derecha" enmarcada en el pensamiento "ultraduro" de los halcones de Washington encabezados por Otto Reich, quien visita esta semana la Argentina.
Hadad es el abanderado periodístico de los sectores que propician la "democracia blindada" en la Argentina.
El proyecto editorial de Azul TV está sostenido financieramente por los grupos -locales y externos- que apuestan a derrocar a la vieja dirigencia política corrupta, y en su lugar instalar a nuevos dirigentes jugados, y sin contradicciones con las ideas ultraconservadoras del capitalismo norteamericano.
Y Menem, jefe de la mafia corrupta tradicional, no encaja en ese nuevo perfil que quiere instalar el capitalismo de Wall Street en la Argentina.

Rodrigo Guevara

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