La falta de trabajo genuino en el Departamento San Martín y la continuidad de de un modelo de expulsión social en beneficio de las ganancias de multinacionales petroleras que aceleran el proceso de succión de los recursos no renovables, petróleo y gas acortando las reservas de los mismos, y la no nacionalización de estos prosigue desterrando a miles de pobladores a vivir en la pobreza e indigencia, presentando un panorama de multiplicación de reclamos sociales en el norte de la provincia de Salta. A los que seguramente el gobierno responderá con violencia, reprimiendo, encarcelando y criminalizando la protesta, reafirmando este modelo en detrimento de la mayoría de la población y en beneficio de las tras nacionales..
Los recursos del subsuelo, petróleo, gas, y minerales que enriquecen a las multinacionales hoy superan en argentina los 20.000 millones de dólares anuales. Mientras el 30% de argentinos vive en la de pobreza y el 10% es indigente. Desde el 2006 en el país, tres millones de personas fueron destinadas a vivir en la pobreza.
Las enfermedades de la indigencia se acentúan, la desnutrición generada por el hombre es una endemia, la falta de agua potable afecta a cientos de personas, la ampliación de la frontera agraria desaloja a comunidades originarias acrecentando los bolsones de pobreza en las ciudades de la zona, brindándoles marginación y dependencia política asistencialista.
Planta compresora
Mientras el estado prosigue expulsando y empobreciendo a la población las multinacionales hidrocarburíferas quintuplican sus ganancias acelerando la extracción de gas con la instalación de plantas compresoras como la de San Pedrito en funcionamiento y otra en proyección cercana a la frontera con Bolivia. Producción rendida al estado en declaración jurada realizada por las mismas petroleras.
Para Eduardo Paliza técnico en minería ex trabajador de lo que fuera Yacimientos Petrolíferos Fiscales y hoy desocupado, el presente y futuro acentúa el despido y la falta de trabajo para la población, quintuplicando las ganancias de las multinacionales que manipulan la realidad del reclamo social acentuada por los medios de comunicación en el abandono de la zona de las empresas petroleras justificando su partida ante la insistencia de trabajo genuino y la violencia de este derecho reclamado.
“La zona donde están los posos y válvulas esta militarizada” Afirma paliza a la Agenciad de Noticias Copenoa. Para transitar por los caminos comunitarias se deben sortear barreras que están controladas por efectivos de la policía de Salta que trabajan para las multinacionales en el servicio de adicionales por un convenio firmado durante los gobiernos del ex gobernador salteño Juan Carlos Romero con las petroleras y que el actual Juan Manuel Urtubey no modificó. Otras por personal privado y de Gendarmería Nacional. Donde los pobladores deben justificar el transito vecinal para acceder a sus hogares.
El desplazamiento de empresas que trabajan en la industria petrolera en la zona, anunciada en medios de comunicación por consecuencias de los reclamos de trabajo, multiplicarán la desocupación para el dirigente de la Unión de Desocupados de Vespucio Eduardo paliza. “Tienen conectado todo el sistema de extracción de petróleo y gas, solo deben succionar los recursos no renovables para ello instalaron una planta compresora en San Pedrito que quintuplica la producción, para enviar el gas y petróleo a los poliductos de alta presión y su distribución y comercialización. La zona esta militarizada es casi imposible ingresar” Afirma Paliza agregando: “REPSOL YPF extrae 30 millones de metros cúbicos de gas por día y un millón de litros aproximado de petróleo por día de Yacimientos Norte en la provincia de Salta”.
Según Paliza esta maniobra de prescindir del trabajo genuino por parte de las petroleras, amparada en la conflictividad de la zona, altamente difundido por medios de comunicación que omiten el debate sobre las riquezas que se llevan las petroleras y que en muchos casos son financiados por estas. Traerá mayor desconcierto social, delincuencia, desnutrición, mayores conflictos en demanda de trabajo, y en consecuencia violencia preestablecida por estas multinacionales con la connivencia del estado provincial y nacional.
Marco Díaz Muñoz (COPENOA)
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