jueves, 3 de octubre de 2024

La crisis capitalista recrudece la pelea por la producción de autos eléctricos


Ante la crisis que sufre la automotriz alemana Volkswagen, en el proceso de reconversión productiva para poder competir con sus pares chinos en la fabricación de vehículos eléctricos, el gobierno de Alemán salió a respaldar políticamente la decisión empresarial pero señaló que no podrá socorrer económicamente a la industria debido a los problemas financieros del país.
 El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, durante una visita a la planta de Volkswagen VW en Emden, advirtió: “Hay límites a lo que el gobierno puede hacer para apoyar a Volkswagen en su actual crisis”. Y añadió que “la estructura y la viabilidad de un negocio dependen de la política de la empresa”. 
 En cuanto a los informes sobre la inminente pérdida de miles de puestos de trabajo en VW, Habeck dijo que no podía confirmar tales cifras. Por un lado, pidió a Volkswagen que mantenga sus centros de producción, pero, por otro, declaró: “No puedo involucrarme” en la política corporativa concreta.
 Martin Sander director de ventas de VW, afirmó que “lo más importante es que recibamos una señal clara de los políticos a favor de la movilidad eléctrica”. 
 A la sombra de esta crisis de VW, el ministro de economía Habeck convocó esta semana a una cumbre del automóvil para el próximo lunes 30 de septiembre, en la que se reunirá con los fabricantes, proveedores y sindicalistas más importantes, para tratar de llegar a un acuerdo productivo que permita competir directamente con la producción china de vehículos eléctricos. Esta solución no traerá condiciones favorables para los trabajadores. 
 El avance de la industria automotriz china por sobre la tradicional fabricación de vehículos en occidente no solo perjudica a la terminal alemana, también genera muchísima preocupación en las demás terminales. 
 Un ejemplo de esta situación es la declaración del CEO de Ford, recién llegado de China, quien comentó en una entrevista con el Wall Street Journal que la empresa se enfrenta a un momento crucial. Señaló que Ford debe avanzar rápidamente en la transición hacia los vehículos eléctricos o, de lo contrario, no podrán competir con los fabricantes chinos en cuestión de meses. 
 Según palabras de Jim Farley “la empresa se enfrenta a un riesgo existencial, debido al rápido avance de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos (…) Los fabricantes chinos están avanzando a una velocidad que supera con creces las capacidades de respuesta de los productores occidentales”.
 Farley también advirtió que si los fabricantes occidentales no actúan rápidamente o empiezan a colaborar con los chinos “corren el riesgo de desaparecer del mercado”. 
 Ford ha comenzado a considerar la posibilidad de fabricar coches en México, lo que podría ser una “puerta trasera” para acceder al mercado norteamericano, pero esto también pone en peligro a la industria automotriz en Estados Unidos y Europa. El rápido ascenso de los fabricantes de vehículos eléctricos en China ha dejado desconcertados a los ejecutivos industriales. Marcas como BYD, respaldada por Warren Buffet, han ganado una importante cuota del mercado. En 2023, BYD vendió más de tres millones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, lo que representa un aumento significativo en comparación con los años anteriores. 
 El impacto de esta expansión ha comenzado a preocupar a gobiernos de todo el mundo. La Unión Europea, por ejemplo, ha revelado planes para imponer aranceles a los vehículos eléctricos chinos, mientras que la administración de Biden en Estados Unidos ha elevado los aranceles a un 82,5% para limitar la entrada de estos vehículos en el mercado estadounidense. Sin embargo, algunos analistas sugieren que estas medidas proteccionistas pueden no ser suficientes para detener el avance de los gigantes asiáticos. Durante el periodo de 2018 a 2023, la fabricación de coches eléctricos en China superó los 13 millones de unidades, una cifra que triplicó la producción de Alemania, que ocupa el segundo lugar. 
 Sin dudas, estas disputas empresariales que solo representan intereses de países imperialistas generan grandes problemas en países periféricos como el nuestro. Teniendo 11 terminales automotrices nuestros trabajadores no saldrán beneficiados con estas políticas productivas. Muy por lo contrario, los obreros metalmecanicos sufrirán las consecuencias de los cambios productivos. Toda esta situación es observada por los sindicatos correspondientes a la industria, tanto el Smata como la UOM no solo acompañan el proceso sino que dejan a la deriva a las y los trabajadores, permitiendo despidos y “retiros voluntarios” para garantizar y demostrar a las empresas orientales que la burocracia sindical está dispuesta a entregar todos los derechos adquiridos a favor de las patronales (de cualquier origen) en desmedro de los obreros. 
 Cabe señalar que las patronales buscan poder implementar cuanto antes la reforma laboral proporcionada por el gobierno de Milei, y respaldada tácitamente por todo el arco político, desde la traición al pueblo con los radicales votando contra los jubilados, el acompañamiento de los bloques dialoguistas y lo discursivo por parte del “peronismo opositor”, con CFK a la cabeza, junto a Máximo Kirchner y Axel Kicillof, diciendo “basta de quejarse” busquemos una salida “dentro de la ley y el orden”, “esperemos a las elecciones y elijamos bien”. Es evidente que todos los representantes de los intereses burgueses buscan avasallar los derechos de la clase trabajadora.
 A las empresas no les alcanza con los beneficios obtenidos y, buscando mejores condiciones de estabilidad financiera, deciden hacer grandes inversiones en el país vecino. En Brasil las terminales automotrices que también están radicadas en nuestro país ya han invertido en lo que va del 2024 más de 10 mil millones de dólares. 
 Al igual que el gobierno nacional los gobernadores aprovechan la coyuntura político-económica y hacen ajustes en sus jurisdicciones, garantizando la gobernabilidad, resguardando a los patrones poniendo a sus servicio las policías provinciales para reprimir cualquier intento de reclamo obrero. 
 Es evidente que la salida para los trabajadores no puede ser esperar a las próximas elecciones o quedarse quietos, mirando como las reformas en las condiciones y en los derechos laborales dentro de la industria automotriz, en particular, pero también en la situación general de la clase obrera, van degradando nuestras vidas.
 Desde la Coordinadora Sindical Clasista y el Partido Obrero proponemos reforzar las organizaciones obreras combativas, para poder recuperar los sindicatos con delegados que representen los verdaderos intereses obreros y así dar una salida de conjunto organizando la movilización de las y los trabajadores para derrotar a Milei con la huelga general.

 Christian Carl

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