Las dos uniones de sindicatos del transporte, la CATT y la UGATT, anunciaron, a principios de mes, un paro general del transporte como respuesta al ataque del gobierno de Milei a los trabajadores aeronáuticos. Convocado para el 17 de octubre, luego fue postergado para este miércoles 30. Sin embargo, no contará con la adhesión del gremio de colectiveros. En tal caso, no puede hablarse de un paro general de conjunto, si bien afectará al funcionamiento del subterráneo, trenes, aviones, pesca, camiones y puertos.
Al paro del transporte va a adherir el conjunto de la actividad de camioneros (transporte de larga y corta distancia, logística, correos), los pilotos de APLA y los aeronavegantes de AAA, los portuarios y los choferes de trenes de la Fraternidad, que pararán los trenes a pesar de que la Unión Ferroviaria no adhiere. También se han sumado los patrones de la pesca, los docentes universitarios, ATE -con un paro de 36 horas-, los científicos del Conicet y la oposición docente de la provincia de Buenos Aires, entre otros. La incorporación de distintos sectores a una huelga del transporte expresa la necesidad objetiva de los trabajadores de encontrar un eje de confrontación de fondo con el gobierno de Milei, algo que esta huelga está muy lejos de ofrecer.
El programa de la medida es totalmente difuso. En un comunicado, los convocantes resumen el reclamo en la falta de recomposición salarial, la libertad sindical y la defensa de la Soberanía Nacional sobre los distintos modos de transporte. La CATT, además del conjunto de gremios de la CGT, vienen de apoyar la reforma laboral del Gobierno. Esbozan un programa ´soberanista´ con el objetivo de posicionarse de cara a una negociación con el Gobierno. En el programa del paro está totalmente ausente la defensa del presupuesto universitario y de las tomas estudiantiles.
UTA
La posición de la UTA de carnerear la huelga del transporte expresa el profundo alineamiento político de parte de la burocracia sindical de Roberto Fernández con el Gobierno. Las patronales del transporte desde hace rato que reclamaban la liberación de las tarifas. Han contado siempre con la conducción de la UTA para expresar los reclamos de carácter patronal. El gobierno de Milei no ha liberado totalmente las tarifas, pero ha autorizado un tarifazo fenomenal en los precios del boleto y ha desregulado medidas de protección de los pasajeros de larga distancia, en favor de las patronales del transporte.
En las últimas horas, como parte de la discusión paritaria, la UTA anunció un paro para el jueves 31, por cuerda separada, y con un margen de varios días para negociar levantarlo. Los salarios de los choferes siguen congelados en $1.060.000 desde julio pasado. En definitiva, UTA se delimita de la huelga de CATT-UGATT, como reflejo del apoyo de la gran patronal del transporte a Milei. En un mismo sentido, la Unión Ferroviaria tampoco adhiere al paro, aunque los trenes no funcionarán por la huelga de la Fraternidad. Es una expresión de apoyo rotundo de los herederos de Pedraza a la agenda privatizadora del Gobierno.
El paro del transporte, aunque se transforme en una expresión del repudio de los trabajadores a Milei, no abre ningún camino para la derrota del Gobierno. Así lo han organizado conscientemente sus convocantes, con el moyanismo a la cabeza. Por eso no hay ninguna movilización convocada para que los trabajadores se expresen en las calles, ni mucho menos está prevista una confrontación para derrotar el protocolo represivo del Ministerio de Seguridad. Tampoco ha habido prácticamente asambleas preparativas en ningún establecimiento para discutir la huelga. Y no está planteada ninguna continuidad de lucha.
Pablo Busch
28/10/2024
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