A los 79 años y tras luchar contra un cáncer, este viernes 18 de octubre falleció Ginés González García, exministro de Salud bajo el gobierno del Frente de Todos.
Todos lo recuerdan por haber renunciado tras el escándalo del Vacunatorio VIP, que dio cuenta de que funcionarios y amigos del gobierno “nac&pop” accedieron a la vacuna contra el Covid mientras el pueblo no accedía, se contagiaba y pasaba penurias en el marco de un crecimiento de la pobreza y la miseria. Se había puesto de manifiesto nuevamente que en Argentina impera un régimen de privilegios para unos pocos y de atropellos contra las mayorías.
Desde su lugar como ministro de Salud de los Fernández profundizó el vaciamiento del sistema de salud y fue el responsable del crecimiento exponencial de casos de Covid que llevó a que haya miles de muertos. Por eso hubo luchas de trabajadores contra el ajuste salarial y la falta de condiciones para enfrentar la pandemia.
Asimismo, fungió como lobista de los laboratorios. En medio de la pandemia, subsidió a las clínicas privadas y rechazó centralizar el sistema de salud bajo el control de sus trabajadores y científicos como planteó el Partido Obrero oportunamente.
Esa política ajustadora y procapitalistas de la salud es continuada e intensificada hoy por el gobierno criminal de Milei, que recorta la entrega de medicamentos en el Pami y quiere cerrar hospitales.
González García fue un hombre de Estado y propietario de un instituto privado de formación médica. También se desempeño como ministro de Salud en el gobierno bonaerense de Antonio Cafiero, como ministro de Salud y Ambiente durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, y de 2007 a 2015 como embajador argentino en Chile bajo la presidencia de Cristina Fernández.
En 2002 impulsó la Ley de Medicamentos Genéricos, que cayó con el paso del tiempo y fue resistida duramente por los laboratorios, que en los años posteriores se beneficiaron fuertemente con la comercialización de medicamentos y a través de contratos con el Estado. Fue el artífice, en 2003, de una política de reducción del alcance de la Prestación Médica Obligatoria (PMO).
Enemigo de la lucha de los trabajadores, García llegó a tratar al personal del Garrahan de “terroristas sanitarios” por luchar por un aumento de presupuesto para el hospital y por un incremento de los salarios. En 2005, por otro lado, recibió una denuncia de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con HIV-Sida por “la dudosa calidad de los medicamentos utilizados en Argentina”.
Apoyó los recortes en el Pami que se produjeron bajo el macrismo, y a pesar de su discurso pro aborto legal, antes de que el movimiento de mujeres conquistara ese derecho, se mostró como un freno a su legalización al igual que sus jefes políticos del kirchnerismo.
Ha muerto un enemigo de la salud de los trabajadores y defensor de la de los ricos.
Prensa Obrera
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