En sus propias palabras, el gobernador señaló que siempre estuvo su voluntad de adherir a los comicios nacionales y “no someter” a los santafesinos a acudir a las urnas en cuatro oportunidades, con el riesgo de contagios que implicaría.
Lo cierto es que comparte con el gobierno nacional y los opositares la preocupación de que no se discuta política la crisis humanitaria en tiempo, por el riesgo de que quede al desnudo su responsabilidad política y del capitalismo en su conjunto. El ciento por ciento de los gobiernos salieron, en la pandemia, al rescate del capital y en especial de los fondos internacionales y las deudas externas, mientras se hundías las condiciones de existencia de las grandes masas. La pandemia dejó expuesta la miseria social, de un lado, y la quiebra de salud, la educación y el hábitat popular. Santa Fe está sufriendo el peor momento desde su inicio, con más de 3mil casos diarios y los sistemas sanitarios de Santa Fe capital y Rosario saturados.
La consideración sobre los supuestos peligros “sanitarios” que entrañaría la realización de los comicios contrasta lisa y llanamente con la política de ultra-presencialidad laboral y escolar de Perotti y sus opositores de derecha e izquierda. El desmadre de la situación obligó al ejecutivo a improvisar una suspensión clases presenciales, que se pueden reanudar en cualquier momento. Hoy en día, sobre los departamentos más afectados como Rosario, San Lorenzo y la Capital, se renueva semana a semana la prórroga de la suspensión, lo que demuestra su desesperación por retomar la “normalidad” apenas se descomprima el sistema de salud.
La crisis sanitaria ha detonado una crisis política en el peronismo, pronta a estallar, y en el “perottismo” en particular. Perotti ha lanzado su corriente propia, “Hacemos Santa Fe”, que muchos han comparado con las maniobras de Schiaretti, en Córdoba. Se trata de un principio de quiebre del FdT, como coalición nacional.
Somos la única corriente política que se opone a esta clase de maniobras, en el entendimiento de que la pandemia es una cuestión política, que no tiene salida positiva bajo los gobiernos patronales. El manejo de la pandemia, como lo prueba la guerra de vacunas, el acaparamiento de oxígeno e insumos, o incluso medicamentos imprescindibles en la terapia intensiva, ha sido un gran negocio de los monopolios industriales y financieros.
Agustín Fernández
06/06/2021
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