La pelea que se desató alrededor del Hospital unió a médicos, jefes y técnicos, alrededor de un pliego de reivindicaciones urgentes: salario, condiciones de trabajo y contra despidos, sanciones y aprietes. Con asambleas y debates, apelando a la solidaridad de los vecinos y de las organizaciones sindicales y de lucha, han desarrollado una experiencia que se ha ganado un lugar en la conciencia colectiva de los trabajadores de la región.
Han recogido la simpatía del pueblo de la ciudad, además del apoyo de sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales. Durante todo el tiempo que lleva el conflicto, buscaron abrir un canal de diálogo con el municipio. Lo lograron parcialmente, pero no fue suficiente. El gobierno de Méndez volcó todo el aparato estatal para quebrar la voluntad de los compañeros. Con policías, amenazas, causas penales, violencia, hostigamiento y amedrentamientos de directores y funcionarios, se jugaron con todo al desgaste de los compañeros. La lucha continuó firme, con distintas actividades callejeras y 16 días de paro.
El colapso del hospital es responsabilidad del gobierno municipal. Méndez se ha encargado de vaciar de servicios y profesionales el hospital. Hasta ahora, más de 40 médicos y profesionales han renunciado, superados por el hostigamiento de las autoridades. Servicios completos han sido cerrados o se han quedado sin personal. Solamente el 5% de los trabajadores pertenecen a planta, el resto está precarizado. Los médicos deben tener 3, 4 y hasta 5 trabajos para reunir un salario que les permita alcanzar la canasta familiar.
Saludamos la enorme lucha del Larcade. Acompañamos a cada sector de trabajadores que sale a la lucha, con la perspectiva de que la convergencia de las peleas parciales van a desarrollar una intervención decidida y consciente de la clase trabajadora por la huelga general, en defensa de la salud, por la vacunación masiva de la población, la vida y el trabajo.
Mario Cervino y Ezequiel Amarilla
10/06/2021
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