El 16 de junio, la gobernadora, a través de sus redes sociales, anunció la vuelta a la presencialidad a partir del 22, para las escuelas de todos los niveles y modalidades, exceptuando solo el nivel medio del departamento General Roca, que incluye a las ciudades más grandes de la provincia después de Bariloche, y donde el sistema de salud sigue muy comprometido. El Ministerio de Derechos Humanos y Educación cuenta con el aval del Ministerio de Salud, que mediante resolución define como “procedente el regreso a las aulas en función de los datos epidemiológicos”.
El licenciado en administración de empresas que ocupa el Ministerio de Salud desde 2014 -Luis Zgaib- “entiende” que se debe volver a las escuelas en pandemia, pero en siete años no ha comprendido la necesidad de salas UTI para el hospital de El Bolsón, Choele Choel o San Antonio Oeste, ciudades centros de una comarca y con aproximadamente 20.000 habitantes cada una. Hoy propone el regreso a las aulas en un contexto de permanente riesgo de colapso sanitario, atendiendo a pacientes en globas y trailers, con familiares pidiendo un respirador vía redes sociales o con traslados sanitarios de más de 700 km para acceder a una cama UTI, para atención de COVID o cualquier emergencia. La baja de contagios registrada es leve y nada asegura que se mantenga mientras se habiliten más actividades sociales.
La dirección de UnTER
Cinco días después de la orden de retorno a la presencialidad, el plenario de secretarios generales del sindicato docente provincial, UnTER, sesionó de modo virtual y definió por mayoría seguir exigiendo al gobierno un regreso a las aulas “cuidado”.
Antes de desarrollarse el plenario, la dirección del sindicato fue llamada a una reunión con el gobierno para el mismo día de regreso a la presencialidad en la provincia.
La convocatoria del gobierno no tiene temario, pero la dirección Azul Arancibia no vaciló en garantizarle la ´normalidad ´del retorno a las escuelas a costa de exponer al contagio a la comunidad educativa. Todo un grupo social que no está vacunado en su mayoría, que usa el transporte público, que vuelve a escuelas deterioradas en pleno invierno patagónico. La dirección del sindicato sigue hablando de ´presencialidad cuidada´ y cacarea que quiere vacunas, pero rechaza todas las iniciativas de protesta que llevaron al plenario las seccionales opositoras. Compañeras y compañeros fallecidos en el país por COVID nada importan, la dirección de UnTER no está dispuesta a exigir nada, sigue acomodándose a la presencialidad cuidada para no incomodar a la patronal, por eso se niega a llamar a un Congreso del sindicato y someterse a una exigencia de plan de lucha.
La situación de la comunidad educativa
El porcentaje de vacunados de la comunidad educativa es, en general, muy bajo, ya que solo se considera al personal que trabaja en las escuelas y no a familiares y alumnos; la mayoría de los vacunados aún no completan el esquema. Personal docente de nivel medio está siendo vacunado en estos días, con lo cual regresan a las aulas antes de los 15 días necesarios para adquirir alguna inmunidad. La secretaria de políticas Públicas de Salud indicó a los medios que la vacunación de estos grupos depende del avance de la vacunación en cada hospital, ya que en algunos centros se debe seguir atendiendo a personas con factores de riesgo. En el nivel inicial y primario la gran mayoría de las familias pertenecen a grupos etarios menores a los que son prioritarios en los planes de vacunación actuales.
Es necesario sacar conclusiones
En la provincia, como en todo el país, urge reclamar la suspensión de las clases presenciales en pandemia, que se garanticen los insumos para la virtualidad y un salario igual a la canasta familiar para todos los trabajadores.
Exigir a Unter un Congreso provincial para votar un plan de lucha hasta lograr que se completen todos los esquemas y se vacune a toda la comunidad educativa.
La realidad mantiene vigente la consigna “no a la presencialidad sin vacunas”; pero la docencia no puede quedarse esperándolas, tiene que luchar para conseguirlas, promover la formación de comités de luchas, de agrupaciones, asambleas por escuelas, debates virtuales entre trabajadores de la educación y familias. Superar a las direcciones sindicales cómplices de los gobiernos para profundizar la lucha por la salud y la vida.
Mali Quintillán
23/06/2021
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