¿Qué es la proteína Spike?
El SARS-CoV-2 es un virus envuelto de la familia de los betaCoronavirus. Cada partícula viral está conformada por el material genético del virus (ARN simple cadena), una cápside que lo envuelve formada por proteínas y una envoltura de lípidos y proteínas. Dentro de las proteínas de la envoltura, la glicoproteína S o spike (en inglés, espiga) presenta una importancia central en la infección viral. Está compuesta de dos subunidades S1 y S2 que cumplen funciones distintas. S1 interactúa con el receptor celular ACE2 para permitir el contacto entre el virus y la célula que va a infectar. S2 media la fusión entre la partícula viral y la membrana de la célula que infecta, permitiendo que el material genético viral (ARN) pueda ingresar a la célula y el virus pueda reproducirse (1).
¿Qué ocurre con la proteína Spike durante la infección por SARS-CoV-2?
Para que S1 y S2 puedan cumplir sus funciones respectivas, la proteína S debe ser clivada (dividida) previamente en S1 y S2. El SARS-CoV-2 presenta un sitio específico en su proteína Spike que facilita que una enzima proteica propia del ser humano, la furina, puede llevar a cabo esa división. Este sitio es característico del SARS-CoV-2 y no está presente en otros Coronavirus previamente conocidos. Se ha propuesto que este sitio podría ser el responsable de que el SARS-CoV-2 se transmita mucho más fácilmente que otros virus respiratorios (1). Distintos estudios de laboratorio demostraron la ventaja que implica para la infección del tejido respiratorio en seres humanos y para la infección de otras especies como los hurones (2).
¿Qué implica la mutación en el gen de la proteína Spike que se observó en la variante Delta?
Las mutaciones observadas en la cepa Delta se encuentran en el gen que contiene la información para fabricar la proteína viral Spike. Una de estas mutaciones estaría relacionada con el sitio sobre el que actúa la furina de la persona infectada para dividirla en S1 y S2 y que el virus pueda infectar las células del tracto respiratorio. Aunque aún se sabe poco, la evidencia reunida hasta el momento indicaría que la variante Delta presenta una mejora respecto a cepas anteriores para garantizar la supervivencia del virus en las células del tracto respiratorio, aumentando la infectividad.
¿Qué implica en términos sanitarios?
De acuerdo a los datos preliminares, registrados principalmente en Reino Unido, la variante Delta parece ser alrededor de 60% más transmisible que otras cepas anteriores como la Alpha o UK (identificada en este país a fines de 2020). Además, investigaciones realizadas en Inglaterra y Escocia sugieren que les pacientes infectades con esta variante tendrían el doble de probabilidad de requerir hospitalización, por la mayor severidad del cuadro clínico (3).
¿Qué pasa con las vacunas contra SARS-CoV-2 actualmente usadas?
La variante Delta presenta una resistencia moderada a las vacunas actualmente en uso. Un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública de Inglaterra mostró que una dosis de las vacunas de AstraZeneca o Pfizer reduce en un 33% la probabilidad de infección por la variante Delta, mientras que para otras cepas tiene una efectividad del 50%. Con dos dosis de la AstraZeneca, la efectividad es del 60% respecto al 66% logrado para otras cepas. En el caso de Pfizer, dos dosis de la vacuna logran una efectividad del 88% frente al 93% alcanzado con otras cepas (4). Es decir que la nueva variante representa un riesgo mayor por la menor efectividad de las vacunas, particularmente para aquellas personas que recibieron una única dosis.
Las implicancias de la variante Delta a nivel mundial
La propagación de esta cepa ya está causando estragos en diferentes países, comenzando por la India pero siguiendo por otros países de Asia y África. Aquellos países con bajos porcentajes de vacunación, se encuentran en un mayor riesgo debido a la alta transmisibilidad de esta cepa y a la gravedad de los cuadros clínicos que genera. La inequidad sanitaria, económica y social bajo el capitalismo queda una vez más en evidencia. Aquellos países que poseen los recursos para garantizar la vacunación masiva podrán afrontar la propagación de la variante Delta sin mayores sobresaltos. Mientras tanto, países que presentan escasos recursos y baja tasa de vacunación quedarán a la merced de olas epidémicas con consecuencias catastróficas. Es lo que les científiques ya advierten respecto a los riesgos que esto implicará por ejemplo para África (4). Por otra parte, los datos publicados muestran que la estrategia de inocular con una única dosis no resulta viable por la reducción de la eficacia que implica esta cepa y sobre todo por el potencial surgimiento de nuevas cepas que muestren una mayor resistencia a las vacunas actuales.
La aparición de nuevas cepas de SARS-CoV-2 implica que el desarrollo de vacunas para Covid-19 será un proceso constante y dinámico. El retraso actual en la distribución de vacunas a los países pobres debería constituir una señal de alarma inmediata para revertir este crimen contra la humanidad que se encuentra en curso. La política de los Estados capitalistas de mantener el actual sistema de patentes para garantizar el lucro de las farmacéuticas y la privatización de la producción de vacunas y medicamentos son la causa directa e inmediata de la muerte evitable de millones de personas. La lucha para garantizar el acceso a las vacunas, tratamientos y atención médica a la par de la socialización de la producción actual se refuerza.
Lucía Ma
Bióloga
(1) Xia, S., Lan, Q., Su, S. et al. The role of furin cleavage site in SARS-CoV-2 spike protein-mediated membrane fusion in the presence or absence of trypsin. Sig Transduct Target Ther 5, 92 (2020).
(2) Peacock, T.P., Goldhill, D.H., Zhou, J. et al. The furin cleavage site in the SARS-CoV-2 spike protein is required for transmission in ferrets. Nat Microbiol (2021).
(3) https://www.nature.com/articles/d41586-021-01696-3
(4) https://www.gov.uk/government/news/vaccines-highly-effective-against-b-1-617-2-variant-after-2-doses
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