viernes, 22 de noviembre de 2019

Rita Segato, el golpe y la mordaza



La antropóloga Rita Segato fue entrevistada por la feminista boliviana María Galindo desde su programa paceño Deseo. Las afirmaciones que expresó allí fueron luego reproducidas por el periódico golpista argentino Infobae, recortadas del audio original para colocar a la antropóloga en el campo en el que milita el empresario dueño del medio, Daniel Haddad.

Su audio a Galindo está inscripto en una militancia contra el golpe que están llevando adelante a través de un “Parlamento de las mujeres”. Las mujeres paceñas de clases y condiciones acomodadas, disertan contra el golpe y se encuentran colectando un amicus curiaes contra el decreto golpista que otorga impunidad a las Fuerzas Armadas.
En la entrevista, Segato presentó sus consideraciones críticas sobre Evo Morales, planteó que le costaba mucho hacerlas por la mirada acrítica que existe en Argentina sobre él (con razón, viendo la andanada de insultos que recibió como respuesta), enumeró alguna de las causas por las cuales según su entendimiento “sale a la superficie” el fascismo en Bolivia, habló de que Evo “cae por su propio peso” y planteó que la superación al “golpe de Estado” no provendría de un “binarismo” político, al que caracterizó como una “mochila de la Guerra Fría” (Radio Deseo, 19/11).
A Segato le reprochan, en nuestro país, que critique a Evo Morales, que no lo considere víctima del golpe a él. Luego de la polémica, Segato reafirma: “la víctima es la gente, la whipala, los pueblos, ellos son la víctima. Yo creo que le debemos poner el nombre a las cosas. Es un golpe ahora. Lo digo al final de mi entrevista. Y ella (María Galindo) me dice ‘quizás no fuiste muy lógica en el orden que presentaste las cuestiones’. Mi intención fue poner el énfasis en los errores que no pueden cometer, para que no perdamos las victorias. Evo tuvo inmensas victorias en este tiempo y luego las arriesgó. Eso es algo que no se debe repetir” (Pasaron cosas, 20/11).

La montaña rusa

La antropóloga viene siendo colocada como una referencia en nuestro país. Su posición sobre las mujeres y el rechazo a lo que ella llama “el victimismo” le ha valido reconocimiento, y también otros destratos. Además, caracterizó correctamente que la movilización de las mujeres en Brasil contra Bolsonaro no eran tan grandes como en Argentina debido a la profunda institucionalización del feminismo en ese país, o sea, por su falta de independencia política. Sus méritos en lo relativo a la caracterización de lo que ocurre en Ciudad Juárez muestran, sin embargo, un límite profundo a la hora de encontrar las responsabilidades políticas del negocio del tráfico de mujeres y del proxenetismo. La denominación de “segundo Estado” al territorio en el que las fuerzas políticas gobernantes han naturalizado el proxenetismo, la trata de personas, el femicidio en masa y otras prácticas relativas al enorme negocio capitalista en torno al cuerpo de las niñas y mujeres, resulta un tanto absolutorio del “primer” Estado, el Estado capitalista, aquel en el que los capitales de la trata de personas y del negocio de la explotación sexual se blanquean con el aval de los congresos.
Rita Segato ha dado conferencias para el Ministerio de Derechos Humanos del gobierno de Urtubey, un gobierno destacado por la tortura a las niñas violadas, el desplazamiento de los pueblos indígenas como los producidos en la chiquitanía boliviana y conocida como la provincia con el protocolo para impedir el aborto legal más restrictivo del país. Estas incursiones, criticables para nosotros, fueron saludadas por sus actuales detractores, que en definitiva fueron quienes la mostraron como una intelectual crítica contenida y confiable. Con sus declaraciones hacia Evo Morales rompió el molde de esa confiabilidad para un sector del poder.

Mordazas

El texto y la reflexión de Segato importan menos que la operación mordaza que se intenta crear. El texto crítico del psicoanalista kirchnerista Jorge Aleman sería la síntesis de este operativo. “Los intelectuales que nos quieren deconstruir de nuestro apoyo incondicional demuestran cómo un ejercicio crítico es solo para ofender a una causa”, afirma, lo que equivale a confesar que es inocuo leerlo, porque repetirá sin más lo que diga Morales. Fin del pensamiento y mordaza a la crítica.
No es posible que prospere un golpe fascista en Bolivia sin explicar la orientación de la política económica de Morales, su caída en la consideración popular y su responsabilidad en el desarrollo de una corriente religiosa y promilitar. Sin embargo, existe un sector que busca silenciar esta crítica bajo sentencias y afirmaciones completamente vacías de contenido y destinadas a obturar cualquier pensamiento, ya no socialista, sino mínimamente crítico. Esto es lo que ocurre con el caso Segato y su crítica a Evo Morales, escueta y limitada, por cierto.
Segato encuentra en el programa de María Galindo un espacio para hablar de lo que está prohibido en Argentina, llama golpe al golpe e intenta ser consecuente con un punto de vista que el feminismo evomoralista o peronista soslaya fuertemente: destaca el contenido misógino de Evo Morales y lo encuentra incompatible con un movimiento progresista. “Evo está aquí prácticamente canonizado, lo cual es insoportable, entre otras cosas porque nosotras sabemos cómo es el machismo de Evo, algo que aquí cuando lo cuento, lo explico, no me lo creen. Esa idea (de Morales) de que me jubilaré ‘y cuando me retire lo haré con mi charango, con mi coca y con mi quinceañera’, cuando la digo, la gente me mira con sospecha”. Nobleza obliga, Rita Segato intenta ser consecuente con la idea rectora de la incompatibilidad de un progresismo antifeminista y por eso es condenada. “Es un tema central: la agresión verbal, física, psicológica, moral a las mujeres es una agresión política, no una agresión basada en las intenciones de la libido, del deseo, de la punción masculina. Son agresiones políticas que delatan la voluntad de poder, la voluntad opresiva de los líderes que así se manifiestan. Falta mucha lucha para poner en el centro ese tipo de cuestiones”.
Esta reflexión influye menos en la situación boliviana que en la realidad actual Argentina, donde Segato tiene repercusión. Sus detractores abren el paraguas sobre nuestro país donde, por mucho menos de un golpe, reclaman pensamiento único y unanimidad de apoyo al gobierno venidero. Mientras Daniel Hadad logra una operación mediática, el bloque político que busca amordazar a Segato deja pasar el acuerdo de la iglesia con Cambiemos y el Frente de Todos, que impidió que se trate un proyecto con dictamen en Diputados para adecuar la Ley de Educación Sexual Integral. Con ese fracaso, sumado al escándalo sobre el protocolo ILE, el golpismo se anotó unos porotos en Argentina. Estos sectores consideran más importante amordazar a Segato que cuestionar el silencio del Papa Bergoglio sobre el golpe en Bolivia, máxime cuando la Conferencia Episcopal Boliviana se inscribió abiertamente en el golpismo.
La operación en ciernes tiene dos pinzas: los golpistas tergiversando para sacar provecho, de un lado, y del otro los antigolpistas tergiversando también para instalar un maniqueísmo político, en función de que el campo de la lucha contra el golpe sea enteramente dominado por el espacio político que busca un acuerdo con golpistas y trabaja para desanimar la lucha popular. El presidente indígena prefiere convocar a la España monárquica para que intervenga, antes que reposar sobre el pueblo movilizado, porque recuperar el poder ungido por la lucha del pueblo condiciona al gobernante a cumplir con las expectativas que las mayorías populares depositan en él.
Menos incondicionalidad con Evo Morales y más incondicionalidad con los pueblos pobres de La Paz, Potosí, Cochabamba y tantos otros que están dando pelea en las calles y están siendo masacrados, porque aunque también quisieron amordazar esa crítica, la renuncia de Evo Morales era falso que iba a evitar derramamiento de sangre y a las pruebas nos remitimos.
Dice Segato tratando de sacar conclusiones: “ese golpe de Estado es de una nueva modalidad, un nuevo tipo, y se da después de un vacío de poder. Fue un golpe oportunista que entonces sucede a posteriori de ese vacío de poder que se origina por muchos errores y excesos del gobernante”. Sin embargo el golpe en Bolivia tiene más de tradicional que de “nueva modalidad”. Golpes con nuevas modalidades fueron los de Honduras, Paraguay o Brasil y digamos también que todos los golpes son “oportunistas”, o mejor dicho se valen de oportunidades que se crean para avanzar. El de Bolivia es un golpe que produce un regreso a los tradicionales golpes yanquis de los ‘70, con intervención de fuerzas militares y el apoyo abierto de la Iglesia Católica, el silencio cómplice de Bergoglio y también el apoyo de las evangélicas.
En definitiva, la tergiversación operada sobre Segato tiene como raíz común la búsqueda de un silenciamiento al respecto de la crítica de la corriente “populista”, del “nacionalismo burgués” o de las corrientes “nacionales y populares” como se autodefinen en contraposición a las llamadas “neoliberales”, un juego de alternancias capitalistas sobre la que se montaron años de desigualdades sociales, expropiación del pueblo, de sus recursos naturales y del producto de su propio trabajo.
En su reflexión final Rita Segato afirma que “es una importantísima oportunidad, una más de tantas, para mostrar, para entender que la política está pasando a nuestras manos, que es la hora de pensar entre todas, perfilar, lo que es una manera femenina, una politicidad -como le llamo en clave femenina-, una u otra forma de gestión que tiene que ver también con una gestión comunal entendida mejor de lo que se ha entendido en Bolivia hasta el momento”. Su propuesta sólo es viable poniendo como norte la lucha por un gobierno de los trabajadores, o sea, empoderando a la clase social que es víctima de este golpe. El intento de buscar alternativas que refuercen a los pueblos, su lucha y organización, debe ser valorado.
Los gendarmes del pensamiento único no dudaron en demonizar a quien hasta ayer tomaban de referencia, sólo a los fines de no abrir ni el más mínimo espacio crítico al respecto de las corrientes gobernantes y los intereses políticos que defienden y sus responsabilidades en estos escenarios tan convulsivos que paga el pueblo trabajador con su sangre y sacrificios. En ese linchamiento no estuvo en discusión una cuestión de observaciones para corregir un desvío en el orden de prioridades para enfrentar el golpe en Bolivia. Lo que primó fue el intento de amordazar una crítica Evo Morales y por ende, al Frente de Todos en Argentina, que es de donde provino la acción en redes.
Es necesario derrotar el golpe en Bolivia, y se puede hacer tomando de referencia la consistencia y la conciencia de quienes se mantienen movilizados a sabiendas de que el imperialismo ni duda ni dudará en seguir derramando sangre con el objetivo de hacerse del gas y del litio bolivianos, y de reforzar el eje bolsonarista en la región.
Viva la movilización popular contra el golpe imperialista. Fuera Jeanine Añez, Camacho, Murillo y todos los fascistas.

Vanina Biasi

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