Se logró la reincorporación de Anabella Stark y un aumento salarial por encima de la pauta salarial del Estado
Frente a la profundización del plan de lucha votado en asambleas, que planteaba medidas de fuerza de 6 horas en 3 días en la semana durante todo el mes de julio, el gobierno tuvo que recular y ceder frente a una serie de reclamos de los controladores aéreos.
En primer lugar, la reincorporación de Anabella Stark, despedida a principios de año por denunciar acoso laboral y violencia de género. El caso había sido tomado por los compañeros y compañeras de todo el país que mediante fotos colectivas con carteles pedían su reincorporación y hacían saber que no iban a dejar que se quede sin su fuente de trabajo.
En segundo lugar, se logró un acuerdo salarial que en los hechos es superior a la paritaria del 28% que les fuera otorgada al resto de los estatales y otros gremios. Si bien los aumentos al básico son del 28%, todas las cuotas serán marzo a diciembre con cláusula de revisión en febrero, a diferencia de la paritaria general de UPCN que se termina de cobrar en el segundo mes del 2019. Por otro lado, se agregan adicionales que representan un aumento mayor del salario: un suma por única vez equivalente al 19% del salario bruto y un aumento del adicional por refrigerio del 87%, que representa más de $4500 pesos por mes para cada compañero.
En tercer lugar, se frenó el intento de cerrar las oficinas de sectores claves como el Servicio de Información Aeronáutica y el Servicio de Comunicaciones Aeronáuticas.
Finalmente, según el comunicado del sindicato Atepsa, la empresa habría reconocido la injusticia cometida contra controladores de Aeroparque que se encuentran sumariados y habría una rápida resolución favorable a los compañeros.
El acuerdo si bien rompió la exigua pauta salarial del Estado, no logró recomponer la pérdida del poder adquisitivo del salario generada por la inflación. La conquista más importante es la reincorporación de Anabella Stark, no sólo por la fuente laboral de la compañera, sino porque esto servirá para poner freno a la violencia laboral existente hoy en el sector.
En un gremio que históricamente no había realizado medidas de fuerza y donde la actual conducción del sindicato había firmado un convenio colectivo profundamente antiobrero hace 3 años, se fue gestando una organización por la base, mediante asambleas, un congreso de delegados que votó un pliego de reclamos y sus paritarios, y un plan de lucha real, que fue intensificando las medidas de fuerza hasta llegar a julio, mes en el que comienzan las vacaciones de invierno en todo el país y previo a las elecciones nacionales.
El gobierno tuvo que echar lastre ante la evidencia de que la profundización del plan de lucha iba a llevar a demoras y cancelaciones de vuelos en todo el país.
Hay que destacar que la oferta fue aceptada por amplia mayoría en la asamblea de Ezeiza. Los planteos de algunos compañeros para seguir, reflejan el entusiasmo que se ha ido creando al calor de las medidas, aunque no tomó en cuenta el escenario general en el que se estaban dando las medidas.
Esta primera experiencia de lucha debe ser tomada para profundizar la organización por la base y constituir un agrupamiento independiente de todas las burocracias sindicales aeronáuticas, que en función de su apoyo a la fórmula Fernández-Fernández están haciendo la plancha mientras dejan pasar la precarización laboral generada por las low-cost y la política de cielos abiertos a Estados Unidos.
La Pista
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