sábado, 6 de julio de 2019

La crudeza del invierno en la Argentina del FMI



Y la respuesta de estudiantes y trabajadores

La muerte de cinco personas que vivían en la calle, por hipotermia, conmovió en estos días al país.

El último caso del que se tuvo noticia fue el de Sergio Zacaríaz, cuya causa intentaron ocultar voceros de la Policía de la Ciudad, en una capital nacional donde las personas en situación de calle aumentaron al menos un 32% en los últimos tres años y totalizan 1.146 –ello según cifras oficiales, denunciadas como subestimaciones. Mientras los paradores porteños se encuentran en una situación calamitosa que ahuyenta a quienes necesitan cobijo, y en el programa Buenos Aires Presente de trabajadores sociales llueven desde hace años las denuncias por vaciamiento y ultraprecarización, las aseveraciones de funcionarios como Guadalupe Tagliaferri, Diego Santilli y Mariano Goyenechea según las cuales “hay gente que prefiere no dormir en un parador” retrataron el cinismo del partido de gobierno. Completó el cuadro el diputado cambiemita Fernando Iglesias, quien tildó de “opereta” el ingreso de más de cien personas desamparadas al club River.
Las otras muertes por esta causa se registraron en Mar del Plata, San Nicolás, Venado Tuerto y San Salvador de Jujuy. En Tucumán, los propios funcionarios del gobernador Juan Manzur reconocen el aumento de personas en situación de calle.
El impacto de la “ola polar”, en un país signado por el ajuste y el desguace de la infraestructura, no se restringe a este sector. Es sufrido por todos los estratos de la población trabajadora, que en muchísimos distritos ha salido a hacerle frente con la movilización popular.
Los tarifazos sobre el gas y la electricidad vuelven cada vez más impagable la calefacción para muchísimas familias; el gobierno presentó como toda “solución” la implementación de la llamada “tarifa plana”, con la que mantiene la ruta de dolarización de los servicios y solo posterga el pago de los aumentos en los consumos invernales para el verano. Todo ello en pos de las ganancias de las privatizadas, que fueron beneficiadas bajo la gestión K y en la actual con cuantiosos subsidios, y cuya política de vaciamiento volvió a mostrar el reciente apagón (inter)nacional. El retroceso social que implica este régimen se ve en la introducción en decenas de miles de hogares bonaerenses de medidores prepagos de la electricidad, donde la continuidad del servicio depende de que las familias lo carguen como a un parquímetro. Las desconexiones masivas a la red de gas natural (en Córdoba cayeron 8% en lo que va del año) han llevado a Enargas a evaluar el reclamo de las empresas de extender la metodología a este servicio.
Las garrafas de gas que requieren las familias que se dan de baja o nunca tuvieron acceso al servicio salen entre 400 y 700 pesos cada una, y se usan entre dos y tres al mes. La baja del precio es uno de los reclamos de las movilizaciones de las organizaciones de desocupados, marcando el amplio porcentaje que insumen sobre programas sociales que están en $7.500. Pero las marchas piqueteras, como las que viene realizando el Polo Obrero en Misiones, Mendoza, La Plata y otros puntos del país, exigen también abrigos para el frío y el aumento de las raciones de alimentos en los comedores populares, cuya demanda crece día a día junto al desempleo y la pobreza. El Polo señala como novedad la apertura de comedores por fuera de los barrios de emergencia, como en los barrios porteños de Parque Patricios y La Boca.
El hartazgo con el frío ha sacado a la calle a la docencia y el estudiantado de la provincia de Buenos Aires, que deben asistir al aula con mantas para tolerar la falta de calefacción. Tras la explosión que se llevó la vida de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, el gobierno de María Eugenia Vidal procedió al corte masivo ante el estado catatónico de las instalaciones, pero las obras siguen sin llegar. Se estiman centenares de miles de alumnos de al menos 500 escuelas que se encuentran sin gas, lo que ha sido respondido con la realización de “frazadazos”, asambleas y movilizaciones de los centros de estudiantes y la docencia a los Consejos Escolares en La Matanza, Vicente López, La Plata, Tigre, Quilmes, Las Flores, Malvinas Argentinas y sigue la lista, con una fuerte participación de las seccionales combativas (dirigidas por la Lista Multicolor) de la gremial docente Suteba. La movilización docente-estudiantil se expresó en otros puntos del país, y ya se había hecho sentir al comienzo de la estación en localidades patágonicas como las chubutenses Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn, ante decenas de escuelas sin calefacción.
Bastaron unos días de intenso frío para que se viera en su crudeza, y en múltiples aristas, la decadencia de este régimen social, agravado sin pausa por un ajuste que los partidos de gobierno han prometido al FMI profundizar luego de octubre. En estos mismos días, abrigados como podían, fueron miles los trabajadores y jóvenes los que mostraron con su lucha que esto se ha vuelto intolerable.

Tomás Eps

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