Pareciera que en un abrir y cerrar de ojos pasaron 60 años, cualquiera podría pensar que lo que se nombran son tres razones sociales diferentes- Dálmine/Siderca/Tenaris- pero no, sólo son nombres de una misma empresa que durante 60 años juntó fortunas, hasta ser los segundos más ricos de Argentina según la revista Forbes.
Detrás de esta fábrica, símbolo del “progreso social” durante décadas, existe un gran negocio basado en la explotación. Padres, hijos y nietos, tres generaciones de trabajadores metalúrgicos, han dejado hasta su vida – como el trabajador de acería Amarilla, quien falleció producto de un accidente laboral- en la que en poco tiempo se convirtió en la empresa modelo, la joya del imperio de los Rocca.
Un breve repaso histórico
A la salida de la crisis de los años 30’, en Italia, el ingeniero Agostino Rocca comienza a tener un desarrollo en su carrera y rápidamente pasa a ser “asesor” del estado fascista, llegando a tener el cargo de ministro de Mussolini. Su desempeño en los negocios fue destacado durante la década del 30’ y comienzo de los 40’, por lo que cuando llegó la guerra hizo nuevos negociados transformando su industria siderúrgica en industria de guerra. La derrota del fascismo determinó que Rocca buscara nuevos mercados para sus negocios como gran empresario de acero y así fue que llegó a la Argentina y en 1945 funda Techint, ligado a las necesidades del estado argentino, vía la comisión nacional de industria.
Así, Agostino comienza a poner en pie su imperio del acero con grandes favores del estado argentino; Rocca comulgó con gobiernos democráticos y militares, con todos hizo negocios y consiguió grandes beneficios, compró voluntades, cooptó sindicatos y se mostró amigo de la iglesia, todo para mantener intactas sus gigantescas ganancias.
Los continuadores cambian de nombre, no de apellido
Ya en el siglo XXI la familia Rocca sigue con su rol de empresario industrial beneficiario de los negocios que genera el estado, con la patria contratista de los 70’ YPF fue hasta los 90 "El gran negocio". Hoy, reestatizada, el negociado cambia de nombre a “Vaca muerta”, pero con un mismo objetivo y los mismos métodos: Grandes ganancias con la extrema explotación de viejos y nuevos trabajadores.
Agustin y Roberto Rocca los interlocutores con la dictadura, haciendo uso de la bicicleta financiera, obtuvieron grandes préstamos internacionales, fueron proveedores exclusivos del estado y no faltaron a la fiesta de la obra pública. Pero lo más aberrante es su responsabilidad en la desaparición de cientos de trabajadores, activistas, delegados y militantes revolucionarios. Los números fríos dicen 275 trabajadores desaparecidos del grupo Techint, en Dalmine/Siderca 60 compañeros fueron marcados, secuestrados y desaparecidos. Agustín muere en 1978 y deja al monstruo en manos de Roberto, segunda generación de los Rocca.
Hoy después de 38 años comienza sonar la posibilidad de que a Dalmine/Siderca se la siente en sillón de los acusados, por su responsabilidad en las 60 desapariciones de heroicos trabajadores que resistieron a la dictadura y los planes patronales quienes intentaban imponer nuevos métodos de explotación. Llegaba la hora de la reconversión industrial, ampliar los mercados, y la variable de ajuste recaía nuevamente en los miles de trabajadores. A los que osaron poner las ideas y el cuerpo la patronal les respondió con desaparición, y a los padres, hijos y nietos que siguieron sufriendo la explotación, mas disciplina, mas ritmos de producción y mas rendimiento productivo.
Pasaron los 80’ y a la salida de la dictadura Siderca, en manos de Roberto Rocca, seguía avanzando. Los nuevos aires democráticos traían nuevos beneficio al imperio del acero, ahora socios de Ricardo Alfonsin. Para los Rocca, 600 millones de dólares para el montaje del laminador 2 (LACO2), para los trabajadores mas explotación.
Los 90’ encontraron a los Rocca siendo socios de Carlos Menen y aprovechando los favores de la flexibilización laboral. Los trabajadores resistieron, en conflictos largos y duros, el mas emblemático de los cuales fue el conflicto de Palanquilla. La reconversión industrial debía pasar, en ese conflicto la UOM mostró su inoperancia y de que lado estaba llevando a los trabajadores a una derrota con despidos, reestructuraciones y mas explotación.
Así pasaron 10 años de congelamiento salarial y el cuentito de la convertibilidad, con el que no dudaron romper relaciones, sabiendo que en el próximo recambio de gobierno llegaba La Alianza y su amigo Cavallo seria parte del gobierno de De la Rua. En aquel 1999 el industrial mas poderoso de la argentina no dudo en sentenciar “el uno a uno no es para siempre”. Reclamos a los cuatro vientos de devaluación y competitividad, es decir, mas explotación. Se abrió el camino a la debacle de 2001.
En estos años el imperio de los Rocca amplia sus fronteras y pone en marcha un proceso de trasnacionalizacion del grupo y a mediados de la primer década del siglo XXI pone en pie el gran monstruo Tenaris, manejando un gran porcentaje del mercado mundial en la fabricación y comercialización de tubos sin costura.
En 2003 muere Roberto Rocca siendo unos de los 300 hombres mas ricos del mundo según la revista Forbes con una fortuna de 1600 millones de dólares, lo que obliga a un cambio de timón. Se hace cargo de la empresa como CEO Paolo Rocca, padre, hijo ahora el nieto a cargo de seguir explotando trabajadores.
Y como no podía ser de otra manera los favores y beneficios continuaron llegando, de la mano de Duhalde primero con la devaluación y de Nestor Kirchner y su plan de un Capitalismo de amigos, entre ellos Paolo Rocca el CEO del imperio del acero Tenaris/siderca. Una década mas de superexplotación, el verso del modelos, las paritarias y papel de la UOM. Pero nuevamente hubo resistencia, presión por abajo de parte de los trabajadores, y aparecieron los favores del sindicato, techos salariales prolijamente cubiertos. En el 2004 por responsabilidad absoluta del la UOM y sus dirigentes se llevo a los trabajadores tras la bandera de “bienvenido señor presidente” para que el imperio del acero en su 50 aniversario sea nuevamente bendecido por los beneficios de un nuevo gobierno y del viento de cola de la economía internacional.
En 2008/2009 nuevamente un despertar, surgía como expresión de resistencia “el sindicalismo de base”.En Tenaris/siderca tuvo su expresión en un puñado de trabajadores, activistas, delegados que ponían en marcha un proceso de agrupamientos, contra la crisis económica, las suspensiones, los techos salariales. Los Rocca acuden nuevamente a sus agentes de la burocracia sindical de la UOM, que golpea con expulsiones. Fuimos 7 trabajadores, entre ellos quien escribe, expulsados por resistir y enfrentar el plan de la patronal, el sindicalismo de base mostró mucho!!!
Llego el 2014, con bombos y platillos el imperio de acero quiere festejar su 60 avo aniversario, nos habla de grandes ganancias acumuladas, de sumas importantes de inversión, de grandes negocios, YPF y Vaca Muerta.
Grandes festejos para la gran comunidad fabril Tenaris/siderca/Campana, maratones, espectáculos culturales, mega fiestas, mientras ellos festejan 60 años de explotación, los trabajadores que durante tres generaciones hemos resistido el avance de tres generaciones de los Rocca, no tenemos nada que festejar.
Padre, hijo y nieto a un lado y otro, patrones y trabajadores construyendo 60 años de historia, estamos con los trabajadores, forjando una nueva tradición, basta de explotación.
Guillermo Betancourt
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