domingo, 13 de julio de 2014

La Reserva Ecológica y los depredadores de la construcción



Semanas atrás, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó un polémico proyecto para utilizar parte de la Reserva Ecológica Costanera Sur para el sistema de recolección de residuos sólidos urbanos. El martes, este proyecto fue retirado debido a las críticas que recibió de diferentes organizaciones ambientalistas. En este contexto, el investigador Matías Pandolfi aporta datos sobre la importancia de la Reserva. Llama a seguir en estado de alerta por los espacios verdes. Y solicita que el gobierno porteño escuche a los actores de la Universidad para lograr que la Ciudad verde no sea sólo un eslogan.

La Reserva

La Reserva Ecológica Costanera Sur es un espacio verde de 350 hectáreas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ubicado en la costa del Río de la Plata. En 1986, varias ONGs ambientalistas locales como Fundación Vida Silvestre Argentina, Aves Argentinas y Amigos de la Tierra, propusieron su creación al Gobierno de la Ciudad. Por ser una zona que está temporalmente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan es considerada un humedal. Algo equivalente a lo que se observa en el Delta del Paraná.
Desde 2005 nuestra Reserva está incluida en la Lista Ramsar de Humedales de Importancia Internacional, lo que presupone un alto grado de protección. Este espacio verde alberga unas 300 especies de aves (gran número de ellas de hábitos acuáticos como patos, cisnes y garzas), varias de mamíferos (nutrias, cuises, comadrejas), anfibios (varias especies de sapos y ranas), reptiles (lagarto overo, yararás) y peces en sus lagunas (sábalos, tarariras y mojarras entre otros.)
Para quienes nos dedicamos al estudio de las Ciencias Naturales es un lugar muy apreciado por su valor ecológico y por la relación que hemos tenido con este espacio a lo largo de nuestra vida. Muchos biólogos hemos realizado variados cursos teóricos y prácticos en la Reserva, muchos han sido guías de la misma como primer trabajo, hemos realizado como estudiantes o como docentes trabajos prácticos de observación y toma de datos de fauna y flora. Incluso hay muchos proyectos de investigación científica en ejecución en los diversos ambientes que la componen.
Los habitantes de la ciudad y sus visitantes disfrutan también de este espacio verde como sitio de reunión y de actividad deportiva. Es muy importante para el buen vivir experimentar la distensión que resulta de la conexión con los escasos parches de naturaleza que quedan en una ciudad como Buenos Aires, considerada por la ONU como la segunda peor de América Latina en superficie de espacios verdes por habitante (6,2 metros cuadrados por habitante). Sólo Lima está detrás, con 2 metros cuadrados de espacios verdes por habitante. Para comparar, pensar y movilizar un cambio: Montevideo tiene 12,68 y San Pablo 11,58 metros cuadrados de espacios verdes por habitante. Atenta a esta deficiencia, la Constitución de nuestra Ciudad en su artículo 27 promueve la preservación e incremento de los espacios verdes y no su disminución.

Sin reservas

Esto pareció no importarle a nuestro Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, que tala árboles históricos, enreja parques, promueve la construcción de bares dentro de ellos y ahora pretendía quitarle 7,5 hectáreas a nuestra reserva ecológica para convertirlas en un depósito de vehículos livianos y pesados y también un basural, de acuerdo con dos proyectos de ley presentados que llevaban la firma de Macri; el ministro de Ambiente, Edgardo Cenzón; su par de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, y el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta.
Las mismas ONGs que militaron para la creación de la Reserva, muchos ciudadanos con conciencia ambiental y algunos Legisladores de la oposición, expresaron - firmemente y con sólidos argumentos - su preocupación y desacuerdo con este proyecto de ley y su desconcierto ya que, en los últimos meses, la Reserva había sido objeto de un necesario y postergado plan de mejoras, lo cual incluyó una puesta en valor de sus lagunas y otros sectores. Por suerte la fuerte defensa de la Reserva llegó a buen puerto y el gobierno porteño anunció que retira los proyectos de ley para desafectar siete hectáreas de ese pulmón verde.
De todos modos debemos seguir en estado de alerta para proteger nuestra reserva y nuestros espacios verdes de los depredadores de la construcción que siempre están al acecho. En primer lugar me atrevo a hacer un llamado a la reflexión a los Legisladores Porteños para que no generen ni apoyen este tipo de iniciativas. Especialmente apelo a la historia de varios legisladores de UNEN que han, al menos en sus palabras, mostrado interés por legislar en políticas ambientales responsables.
En segundo lugar manifiesto mi descontento con la falta de vinculación entre el Gobierno de la Ciudad, el Conicet y las Universidades Nacionales cuya opinión en materia ambiental nunca es escuchada. Por último apelo a que nuestros representantes gestionen y legislen para que se protejan e incrementen los espacios públicos de acceso libre y gratuito, y en particular se recuperen las áreas costeras, las áreas forestadas y parquizadas, los parques naturales, las zonas de reserva ecológica, y la diversidad biológica.Tal como menciona en su Artículo 27 y sus incisos la Constitución de nuestra ciudad. Que Buenos Aires Verde no sea un slogan sino un concepto con contenido.

Matías Pandolfi
UBA / CONICET

Ver también:
Comunicado conjunto de Aves Argentinas, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), Amigos de la Tierra Argentina y Greenpeace Argentina: "No se desafectarán terrenos de la Reserva Ecoĺógica Costanera Sur".
Matías Pandolfi: "Bares: Destruyendo espacios públicos verdes" (mayo 2014).
ComAmbiental: "Una ciudad más gris que verde". (2013)

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