miércoles, 30 de julio de 2014

Represión en LEAR: la verdad de los hechos*




La patronal, el sindicato SMATA y el gobierno, quisieron dar un golpe duro al conflicto -a esta altura testigo-, de los trabajadores despedidos de la empresa Lear de Pacheco, con la represión de este martes.
Desde las 5 hs. de la madrugada se habían instalado los piquetes exigiendo el ingreso de los delegados y por la reincorporación de los despedidos. Recordemos que los delegados de la Comisión Interna tienen 6 (seis) resoluciones judiciales que obligan a la empresa a que permita su entrada para cumplir sus funciones sindicales, amparadas en la Ley de Asociaciones Sindicales.
La empresa se organizó con la patota del SMATA para obligar a los trabajadores que no están suspendidos ni despedidos a esperar a unas cuadras de la fábrica “hasta que se vaya el piquete”, según informaron trabajadores que están entre ese grupo y mantienen comunicación con sus compañeros que están luchando. De esa manera, afirmaban, iban a poder entrar a trabajar. Su intención era mostrar que “los trabajadores” de Lear “quieren trabajar” (como dice el pasacalle que pusieron dentro de la fábrica, el SMATA y la empresa) y los “ex delegados” y trabajadores “no se lo permiten”.
Cuando vieron que no disuadían a los trabajadores despedidos y a sus delegados a abandonar el lugar, a las 8:30 hs., la policía Bonaerense se puso al frente de la patota de SMATA, en un movimiento evidentemente acordado.
Luego montaron una provocación, dándole vía libre a uno de los patoteros, para ir a golpear a los que estaban al frente de la columna de los delegados y despedidos; en una clara provocación para comenzar la represión. Los videos son elocuentes y muestran cómo se armó todo.
En el minuto 0:15 se ve claramente como la policía da vía libre a uno de los patoteros de SMATA para que vaya a provocar a la columna de los despedidos, delegados y organizaciones solidarias.
Dieron inicio a la represión con gases y palazos, lo que fue trasmitido por los canales de TV (la mayoría de cable), y detuvieron al delegado Silvio Fanti (“Marley”) Alfredo (un ex delegado actual despedido) y a Jonatan Ros, dirigente del Partido de los trabajadores Socialistas.
Fracasó la maniobra que pretendía mostrar a presuntos “trabajadores” que se enfrentan a “los delegados” y “un grupo”. Quedó en evidencia la represión de la policía como antes fue la de la Gendarmería, ahora preparada en común con los dirigentes y el aparato del SMATA, en una acción inédita en los últimos tiempos y de suma gravedad; por la historia negra que tiene en nuestro país esa alianza entre policías y mafia sindical amarilla.
La inmensa mayoría de los periodistas señalaban que la policía actuó a favor de “un sector”que responde a la conducción de SMATA, contra el otro que lucha contra los despidos.
Según informes de quienes están en la puerta de Lear, finalmente ingresaron muy pocos trabajadores, una minoría de los 350 trabajadores no despedidos (contando los reincorporados hasta ahora) que no llega al 15% del total. El resto se fueron a sus casas.
La represión ya despertó una ola de repudios y pronunciamientos que incluyen a Fernando “Chino” Navarro, dirigente del “Movimiento Evita” y jefe del bloque del Frente para la Victoria en la legislatura de la provincia de Buenos Aires, Araceli Ferreyra diputada nacional del FPV y Leonardo Grosso, también diputado nacional por el FPV; Claudio Lozano, también diputado nacional, referentes sindicales como Pablo Micheli de la CTA opositora; personalidades de los derechos humanos como Nora Cortiñas y Elia Espen (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), centros de estudiantes y muchas otras personalidades; entre las primeras repercusiones a horas de la acción.
Los diputados del Frente de Izquierda Christian Castillo, Nicolás del Caño y Néstor Pitrola estaban -cuando cerramos esta nota- en la Fiscalía, junto a los abogados Edgardo Moyano y Agustín Comas, reclamando la liberación de los detenidos.
Un trabajador docente que fue acompañar a uno de los heridos en la represión, escribe desde las inmediaciones del lugar: “Salí de la clínica y justo me cruce a 3 laburantes (de Lear) que estaban ahí pero no entraron. Me decían 'yo no voy a entrar por encima de mis compañeros', 'eran los de la Verde (lista oficial del SMATA NdR) los que entraron patoteando, son unos hijos de puta". Además cuenta que afirmaban "una masa loco la lucha de ustedes desde afuera, hay q seguirla, de adentro hacemos lo que podemos, pero está muy difícil, te da mucha impotencia ver cómo le pegan a los compañeros, pibes que estaban trabajando al lado mío". No pueden patotear, ni comprar la dignidad, afirma el compañero convertido en cronista espontáneo.
Otra trabajadora de la educación que fue a solidarizarse con los despedidos cuenta: “Un trabajador muy joven 'se quebró hablando con otra compañera, se puso a llorar y le contó que trabaja en Lear pero que en estas condiciones no le importa ya callarse la boca, que no se banca entrar a trabajar a costa que les peguen a las mujeres y a sus compañeros. Le contó, además, que la patronal les dijo que hasta las 14hs podían entrar y ella le pregunto quién opinaba que definió que entre la gente con la policía y él le dijo ‘el hijo de p del gordo…’ (en clara referencia a Pignanelli). “Luego este trabajador hablo con un grupo de 5 laburantes que tampoco habían entrado y se fueron a la casa”, culmina la breve, pero contundente crónica desde el lugar de los hechos.
Mientras todo esto sucedía, había una virtual cadena nacional por el secuestro del padre de Carlos Tevez, donde Sergio Berni fue directo a las cámaras anunciar el “heroico” pago del rescate por parte de la familia y a jurar que iba a “perseguir a los captores hasta debajo de la cama”. Las brujas no existen, pero lo que sí existe son captores que “en las generales de la ley”, y más en este tipo de casos no están debajo de ninguna cama, sino en alianza y bajo el mando de las fuerzas de seguridad y de la policía.
En las puertas de Lear see realizó una asamblea con todos los despedidos, y ratificó la jornada nacional de lucha de mañana, donde estará presente el repudio a la represión de la Bonaerense (y la Gendarmería de hace 15 días) a las órdenes del gobierno (provincial y nacional), en defensa de la empresa “buitre” que incumple los fallos judiciales y del SMATA que extorsiona y aprieta a los trabajadores.

Fernando Rosso
@RossoFer
*Una parte importante de este artículo se nutrió de información enviada por el compañero Fredy Lizarrague.

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