En el calendario de la memoria histórica del proceso revolucionario peruano, la fecha del 17 de diciembre del 1965 está ausente
Eso es curioso porque la matanza de guerrilleros y campesinos en la provincia de La Mar (departamento de Ayacucho) muestra claramente el rol político de las fuerzas militares y policiales en un sistema capitalista. Como decía el ex-general del Ejército Peruano Edgardo Mercado respecto a la represión de la guerrilla de la década del sesenta, el objetivo fue “eliminar a los cabecillas para así cortar de raíz los procesos subversivos en estas regiones”. Por eso no se consideró a los guerrilleros como tales, sino como subversivos. El ex-general decía al respecto: “Si se les daba nominación de guerrilleros, ellos tenían derecho a la Convención de Ginebra. Si eran tomados presos, solamente podían dar su nombre, su grado su misión y estaban sujetos a una serie de consideraciones. Por eso no eran guerrilleros, sino elementos subversivos. Mejor vamos a llamarles elementos subversivos porque tampoco son terroristas.”
El asesinato de casi todo el comando “Javier Heraud” del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y luego el encubrimiento de los hechos demuestra que los luchadores para la transformación social, para un proceso revolucionario que conduzca a la liberación real de los pueblos peruanos, siempre serán objetos de represión de los guardianes de este sistema de opresión y explotación. El esclarecimiento real de los hechos y el castigo de los asesinos solamente se puede llevar a cabo cuando el pueblo sea dueño de su propia historia y destino. Aunque si es cierto que en circunstancias especiales, como en el caso de, por ejemplo, el asesinato en Barrios Altos durante la dictadura de Fujimori, la justicia capitalista podría enjuiciar a sus propios carniceros. Sin embargo, en caso de que se juegue el sistema mismo no lo van a hacer.
En la noche del 16 al 17 diciembre del 1965 el ELN se dividió en tres grupos con el objetivo de preparar su salida de la provincia de La Mar para internarse en la sierra de Cusco. Antes de que los tres grupos partieran, convinieron en volver a encontrarse en un lugar y momento determinado. Nunca más el grupo volvió a unirse. Los únicos sobrevivientes eran Héctor Béjar y Edgardo de la Sota. ¿Qué había pasado? No se sabe. Lo que sí se sabe es lo siguiente: En un documento de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) en el que se hace referencia a una carta del comando del Ejército que llevó a cabo las operaciones de contraguerrilla en La Mar, se lee que Edgardo Tello, Guillermo Mercado y Juan Morales murieron en combate el 17 de diciembre. Sin embargo, en un mensaje del general de brigada de la IV Región Militar (Cuzco), Enrique Valdez, se indica que Mercado murió el 24 diciembre. Ese mismo día también Máximo Jaicuri habría caído en combate. Hugo Ricra habría muerto el 25, Celestino Valencia y Julio Oscco el 29 y Pedro Jaway el 5 enero de 1966. Todos habrían dejado la vida en los combates que se llevaron a cabo en el distrito de Chungui.
Las diferentes fechas de muerte indican que después de los combates del 17 de diciembre, los guerrilleros fueron dispersados y luego, uno por uno, asesinados. Homero Juárez, que ayudó la guerrilla, señala que después de su arresto, formalmente en noviembre de 1965, fue llevado como prisionero por el Ejército y vio cómo el Ejército mataba cada vez que encontraba a los guerrilleros en el camino que recorrieron. Dos guerrilleros fueron asesinados en el pueblo de Virgen de Cocharcas, tres en Occsamarca y tres más en Torre. También fueron asesinados dos campesinos que apoyaron a la guerrilla, Inocencia Ccasani y Gualberto Berrocal. En Runahuanay (Chupón), los campesinos reclutados por el ELN, Constantino y Lidio Valencia, fueron igualmente liquidados.
Existen muchas dudas acerca de las fechas de muerte de los distintos guerrilleros. Por ejemplo, Guillermo Mercado “muere dos veces”. El caso de Edwin García es aún más confuso. En un mensaje con fecha de 11 junio de 1966 del ex-general de la IV Región Militar, José Málaga, se lee que García murió el 30 de diciembre de 1966 durante los combates. En un documento del 9 de septiembre de 1966 y elaborado por el mismo Málaga, está escrito que García había fallecido durante este combates. Todo esto se complicó más cuando durante la investigación contra Héctor Béjar se trató de utilizar como pruebas las declaraciones de Edwin García. Estas no estaban firmadas y solo una declaración contenía la fecha del 29 noviembre de 1965. También se presentaron dos declaraciones de Luis Zapata. Ambas son del 30 junio de 1966, pero no estaban firmadas, ni siquiera con una huella dactilar, lo que era costumbre. En una de estas declaraciones, sin embargo, se dice que Zapata habría sido detenido el 31 diciembre de 1965. Entonces, transcurrieron seis meses antes que Zapata hiciera una declaración y después de su muerte.
El asesinato de los camaradas del ELN y los campesinos que ayudaron a la guerrilla debe ser vengado con la toma de poder por parte del pueblo a través de sus organizaciones. ¿Palabras grandes? ¿Pretensiones grandes? ¿Fantasías? Seguramente surgen estas dudas cuando vemos, actualmente, la correlación de fuerzas de clase en el Perú. Pero, ¿por qué la situación es así? ¿Qué se debe hacer y cuáles son las tareas de corto, mediano y largo plazo para que se inicie un proceso que conduzca el país a la transformación social, es decir, al socialismo?
Jan Lust
La Haine
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